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Mientras lees esto, un descapotable y un maniquí están viajando por el espacio

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Space X, la compañía de Elon Musk, acaba de revolucionar el futuro espacial con el lanzamiento de la nave más poderosa que existe y que ha depositado un coche en el universo

A.O.

07 Febrero 2018 12:07

Elon Musk ha demostrado que el cielo puede ser suyo. La compañía privada Space, fundada por el empresario de Silicon Valley, hizo despegar ayer el gigantesco cohete Falcon Heavy desde la misma plataforma que lanzó a la humanidad a la Luna con el programa Apolo (1961-1972). Ahora se asienta el plan para una futura misión a Marte.

De forma simbólica, en esta prueba de vuelo, ha catapultado una cápsula que albergaba un descapotable de Tesla rojo, la marca de coches eléctricos del multimillonario. A bordo va un maniquí vestido de astronauta al que ha apodado Satrman, en honor a David Bowie. Mientras sonaba la canción Space Oddity, también de la estrella de música.

Falcon Heavy es la nave con mayor potencia y con más capacidad de carga que existe (64 toneladas) desde el cohete Saturno V, en la época de Apolo, aunque no lo supera. Sí dobla la capacidad de la nave en activo más poderosa que había hasta el momento, el Delta IV Heavy de la empresa ULA.

Con una altura de 70 metros y con un peso de cerca de 1.500 toneladas, el éxito del despegue de Falcon Heavy se celebra porque supone la posibilidad de enviar un enorme carga al espacio, como sondas a planetas hasta entonces imposibles. Y más importante: ha dejado claro que se pueden abaratar los lanzamientos al reciclarse el material de los cohetes.

Falcon Heavy lo componen en realidad tres cohetes. Los dos laterales ayudan a acelerar al del centro y se separaron a los dos minutos y medio. Ambos regresaron a la pista aterrizando verticalmente. El cohete central voló más tiempo hasta lanza la carga y luego se se estrelló en el océano y no ha podido ser recuperado por lo que el plan no ha sido tan perfecto como querría Musk.

Aún así, la reutilización de las piezas significará un cambio en la industria espacial. De hecho, el coste de un viaje de Falcon supone 90 millones de dólares, una cuarta parte de un despegue de Delta IV. Puede tratarse de una nueva carrera hacia la conquista del espacio. Su idea es seguir intentándolo hasta alcanzar el planeta rojo.

El maniquí lanzado junto al coche se dirige a una órbita a unos 400 millones de kilómetros de la Tierra, donde se quedará flotando. A no ser que un asteroide lo fulmine. Lo primero que hará es atravesar una región cercana con alta radiación conocida como "cinturones de Van Allen", eso podría alterar los sistemas electrónicos del vehículo. Su recorrido, se puede seguir en un streaming en directo.

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