Mató a su violador, fue condenada a perpetua y ahora será indultada

Cyntoia Brown tiene ahora 30 años.

Los últimos casi 15 de su vida, es decir, la mitad, se los ha pasado entre rejas. Con 16, en Nashville, acabó con el hombre de 43 que pagó por tener sexo con ella pero también intentó hacerlo de manera abusiva.

La mujer le disparó alegando que fue maltratada y que temía por su propia vida. Fue condenada a cadena perpetua.

Ahora el gobernador del estado de Tennessee, Bill Haslam, ha considerado que tuvo una sentencia demasiado dura y la pena de Brown ha sido conmutada con solo alguna condición: deberá cumplir diez años de libertad condicional, mantener un empleo y no infringir ninguna ley estatal o federal. Se prevé que la reclusa pueda salir efectivamente de la cárcel el próximo 7 de agosto. Estos meses, Brown seguirá una preparación para su reinserción en sociedad.

¿Quién es Cyntoia Brown, la condenada a cadena perpetua que apoyan Rihanna y Kardashian?

Ha sufrido toda una vida de abusos

PlayGround /

anna pacheco

/ 2017-11-27

En un comunicado público, ha escrito que "servimos a un dios de segundas oportunidades y nuevos comienzos. El Señor me ha dado la mano todo este tiempo y no lo habría conseguido sin él. Esta decisión es un testamento de su gracia salvadora".

Brown ha agradecido también el apoyo de una multitud de personas que han hecho campaña por ella, inundando de llamadas telefónicas y correos electrónicos a la justicia estadounidense gracias al trabajo de difusión que han hecho de su caso celebridades como Rihanna, Kim Kardashian, Cara Delenvigne, LeBron James o Snoop Dogg.

“Algo está terriblemente mal cuando el sistema legitima a estos violadores y la víctima se aparta de por vida”, escribió Rihanna en su Instagram sobre el caso. Kim Kardashian ofreció incluso a sus propios abogados para ayudar a Brown. La, para muchas personas, injusticia cometida contra esta mujer, crecida en un ciclo de abusos constantes, también quedó reflejada en el documental Me facing live: Cyntoia's story, de Daniel H. Birman.