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Los resultados de las elecciones legislativas en EEUU dejan un absoluto récord para las mujeres y una diversidad histórica en el Congreso y la política estadounidense
07 Noviembre 2018 14:02
“Mañana será un nuevo día en Estados Unidos". Las palabras de la líder demócrata de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, tras conocerse el resultado de las midterms estadounidenses son un buen resumen de lo que ocurrió ayer en las urnas de EEUU.
Pocas sorpresas y unos cambios que podrían ser una premonición de lo que ocurrirá en los próximos 2 años de legislatura. Los demócratas tomaron el control de la Cámara de Representantes por primera vez desde 2010 y los republicanos afianzaron su poder en el Senado. Y por el camino, un absoluto récord para las mujeres, un aumento de la participación y una diversidad histórica dentro de la política estadounidense.
En total, 277 mujeres han competido por un escaño en el Congreso o para convertirse en gobernadora de sus respectivos estados. La gran mayoría, demócratas. Hasta ahora 116 mujeres han sido elegidas representantes (95 en la Cámara de Representantes, 12 en el Senado y 9 gobernadoras).
Una de las triunfadoras de la jornada ha sido la demócrata Alexandria Ocasio-Cortez, que ha hecho Historia convirtiéndose en la mujer más joven en entrar al Congreso. Latina, de clase trabajadora y progresista, Ocasio-Cortez ha ganado con amplia ventaja en el distrito 14º de Nueva York. Entre sus propuestas destacan un sistema universal de salud, un sistema público de educación y enseñanza universitaria, una salario mínimo, una reforma del sistema judicial y, por encima de todo, plantar cara al racismo de Trump y eliminar los centros de detención de migrantes.
Rashida Tlaib e Ilhan Omar han sido las primeras musulmanas llegar a ser representantes. La primera, ha conseguido el 90% del apoyo en su distrito en el estado de Michigan. Tlaib, de origen palestino, se hizo famosa en 2016 cuando fue expulsada de un mitín de Trump mientras le preguntaba al entonces candidato si había leído alguna vez la constitución.
Omar, refugiada somalí y migrante, ha logrado un 78% del apoyo en el estado de Minnesota. Llegó a Estados Unidos en 1995, tras pasar cuatro años en un campo de refugiados en Kenia, donde vivía a causa de la guerra en Somalia. Con 12 años solo hablaba somalí, pero muy pronto comenzó a entender inglés y tardó solo 2 años más en comenzar a mostrar interés por la política.
También ha sido una jornada histórica para las mujeres indígenas. Por primera vez, las indígenas americanas tendrán sus 2 primeras representantes: Deborah Haaland y Sharice Davids. Haaland, de la tribu Laguna Pueblo, obtuvo el 59% del apoyo y representará en el Congreso al distrito de Nuevo México. Sharice Davids consiguió el 53% del apoyo y se convierte así en la primera nativa abiertamente lesbiana en llegar al Congreso.
La comunidad latina también está de enhorabuena. Verónica Escobar y Sylvia García se han convertido en las primeras legisladoras latinas en el estado de Texas.
Por otro lado, la enfermera afroamericana Lauren Underwood ganó en el 14º Distrito del Congreso de Illinois, tradicionalmente republicano. Underwood fue asesora principal en el departamento de Salud y Servicios Humanos de la administración Obama y su campaña se dirigió principalmente hacia la atención sanitaria.
I'm honored to be your next representative for #IL14—and your first Congresswoman, ever. This victory belongs to you. pic.twitter.com/cPX0QdTwek
— Lauren Underwood (@LUnderwood630) 7 de noviembre de 2018
El colectivo LGTB+ también ha recibido una buena noticia. El demócrata Jared Polis se ha convertido en el primer hombre abiertamente homosexual en lograr convertirse en gobernador de Colorado.
Tonight, we reaffirm what makes Colorado the amazing state that it is.
— Jared Polis (@PolisForCO) 7 de noviembre de 2018
Here, we dream, we dare, and we do. We embrace big ideas and we work sun-up to sundown to make them realities. We see the highest mountains and we climb them. We face the tough decisions and we solve them. pic.twitter.com/s5TgypKQs5
Estas elecciones se han visto como un referéndum a la administración Trump, un pulso de cómo han sido estos 2 años con el millonario republicano al frente del país.
Más allá de los resultados de las votaciones, Trump ha sido uno de los motivos principales que han llevado a los y las estadounidenses a las urnas. Según una encuesta de la CBS publicada el martes, el presidente fue el factor que llevó al 65% de la gente a votar. De este porcentaje, un 39% oponiéndose a él y un 26% dándole su apoyo. Precisamente la participación ha sido una de las claves de estas midterms. Han aumentado los votos de la gente joven y también de las personas que no suelen votar.
Aunque tras conocerse los resultados el magnate calificaba la situación como “un tremendo éxito”, lo cierto es que la pérdida de mayoría en el Congreso podría abrir la puerta a una serie de medidas que no beneficiarían en nada a los republicanos.
Tremendous success tonight. Thank you to all!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 7 de noviembre de 2018
La primera: el control de la cámara baja del Congreso permitirá a los demócratas bloquear gran parte de las medidas del Gobierno y obligar a Trump a negociar futuros acuerdos y proyectos, como cualquier nueva ley o los presupuestos económicos. Ejemplo de esto sería cualquier intento de desmantelar derechos sanitarios o medidas anti inmigración como el muro de México.
Hasta ahora, los republicanos se encontraban con un Congreso que respaldaba sus decisiones, situación que cambiará en enero, cuando los demócratas aterricen en la cámara.
La segunda: lo más probable es que pronto lleguen nuevas investigaciones sobre el Gobierno y el presidente Trump. Entre ellas, obstrucción de la justicia en la investigación de Rusia, pago a mujeres por silencio o el uso indebido del dinero público por parte de varios miembros del gabinete Trump.
La tercera: ¿Impeachment? Aunque de momento esta posibilidad parece lejana, la victoria de los demócratas ha hallanado el camino a un posible impeachment. Se necesita una mayoría simple para dar el primer paso que llevaría a la destitución del presidente, mayoría que acaban de obtener los demócratas. Sin embargo, luego la medida tendría que pasar por el Senado, que tiene una mayoría de republicanos. Y a día de hoy no parece que su propio partido le vaya a retirar el apoyo a Trump.
La Cámara alta queda pues como una de las esperanzas del Gobierno republicano. La mayoría de escaños permitirá a la administración Trump seguir nombrando a jueces conservadores y tampoco tendrá la obligación de designar a miembros de Gobierno moderados, ya que estos son ratificados por el Senado.
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