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En medio de una elección fallida y acusaciones de fraude, los dominicanos toman las calles para exigir un sistema democrático
Por Joan Manuel Andújar Regalado
República Dominicana se moviliza este jueves, cuando se celebran 176 años de su independencia, para exigir un país democrático y sin corrupción.
Los dominicanos se suman a los países de la región que decidieron levantarse y salir a la calle, pero las protestas de hoy no son nuevas, sino que fueron alimentadas por cacerolazos, marchas y manifestaciones anteriores.
Las primeras protestas comenzaron a darse cuando se dispararon los rumores sobre el interés del presidente Danilo Medina (en el poder desde el 2012) de cambiar la constitución para poder gobernar un tercer periodo.
Esto ya había sucedido, desde la proclamación de la ley fundamental en 1844 se hicieron ya 39 manifestaciones, la última en 2015, impulsada entonces por el mismo Medina. Organizaciones civiles de República Dominicana se presentaron a las afueras del Congreso de la República en Santo Domingo con la consigna “No al Continuismo” para rechazar la posible introducción de un proyecto de ley.
La gente salió a las calles en República Dominicana.
El voto automatizado
Luego de estas manifestaciones, Medina dio una rueda de prensa, y para sorpresa de muchos dominicanos, negó tener la intención de presentarse. Pero ahí no acabó la historia.
Todas las agrupaciones políticas tenían que celebrar las primarias simultáneas con un nuevo sistema, el voto automatizado. El PLD (partido al que pertenece Medina) realizó una votación de padrón abierto, sistema que permite que se presenten a votar personas afiliadas y no afiliadas al partido.
El candidato de Medina para estas elecciones era Gonzalo Castillo, de corta carrera política y totalmente fuera del radar de los dominicanos. Por el estrecho margen de los resultados en el PLD, uno de los candidatos, el tres veces presidente Leonel Fernández y sus seguidores convocaron a una rueda de prensa para expresar su inconformidad con el proceso y para denunciar un “fraude”.
Aquí es donde comenzaron a disiparse las dudas acerca del buen funcionamiento del sistema de voto automatizado y detonó el descontento los dominicanos. Esto provocó que el PLD se divida: Leonel Fernández creó su propio partido, llamado La Fuerza del Pueblo, para ir contra el candidato de Medina frente a frente en las urnas.
El pasado 16 de febrero por la mañana, los dominicanos asistieron a las elecciones municipales, pero pasadas unas horas, la Junta Central Electoral sacó un comunicado diciendo que iba a suspender las votaciones. Para el pueblo fue una sorpresa, las redes sociales y los medios tradicionales estallaron: ¿Por qué se les estaba quitando el derecho de votar a los dominicanos?
La Junta Central comunicó que la noche anterior se habían encontrado errores en el sistema electrónico, pero decidió no interrumpir las elecciones hasta que pudo comprobar— en plena celebración de las elecciones— que existía un fallo generalizado en las máquinas de votación que sólo mostraba dos candidatos en las pantallas.
Al suspenderse las votaciones, República Dominicana se levantó. Y al día siguiente ya habían comenzado las concentraciones frente a la Junta Central Electoral, exigiendo la renuncia del pleno. Se vivieron momentos tensos: en una protesta pacífica, la policía comenzó a ejercer violencia tirando gases lacrimógenos. Esta fue la primera de muchas manifestaciones que, desde aquel día, se fueron multiplicando.
Las expresiones de descontento aumentaron mediante carteles, cacerolazos y utilizando el luto en señal de protesta.
¿Qué preocupa a los dominicanos?
Lo que más nos preocupa como dominicanos es conocer las carencias que existen el país y saber que, aun así, tenemos un sistema que no duda en suspender un proceso de electoral altamente costoso. Duele querer lograr "hacer un cambio" para y por el bien del país con el voto y no poder hacerlo.
Como país toleramos por mucho tiempo mil y un atropellos a la patria y a la democracia, hasta hoy. Ante estas circunstancias estamos viendo un nuevo país, de ahora en adelante el dominicano no volverá a dejar pasar el mínimo acto de corrupción y/o de atropello.
Caminando por las calles dominicanas encontramos un gran sentido de unión, que es el que da las fuerzas a las protestas.
Los dominicanos queremos lo mejor para el país, que sea tan hermoso políticamente como lo es de hermoso en las fotos de las playas. Que sea justo, que exista una justicia limpia. Que los habitantes que moran en la isla no sientan mas que desean irse a vivir al extranjero, y los que están en el extranjero deseen volver y vivir nuevamente en su país. Queremos que nada se quede "en el aire" cuando exijamos una respuesta.
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