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Madrid-Liverpool: esto es lo que esperamos de la final de Kiev

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Electricidad, pegada, presión, fragilidad defensiva, errores, caos, Salah, Cristiano, Klopp, Zidane, Ramos, Firmino... Anticipamos las claves del ¿partido del año?

I.P.

26 Abril 2018 13:06

25 de mayo, Estadio Olímpico de Kiev, final de la Champions League. Se venderán 40.700 entradas del total de 63.000 espectadores que caben en el estadio. El resto son para la propia UEFA, las federaciones, los patrocinadores y compromisos. Cada equipo finalista recibirá 17.000 y otras 6.700 se venderán en la web oficial de la UEFA. El precio está entre los 70 y los 450 euros. Será la 63ª edición del partido cumbre del fútbol europeo de clubes.

Hasta ahí los datos. Lo más seguro es que el título se lo jueguen Real Madrid y Liverpool. Los españoles ganaron 1-2 en Múnich y los británicos 5-2 a la Roma. En los partidos de vuelta puede pasar cualquier cosa, pero sendas remontadas serían una sorpresa mayúscula.

Así pues, ¿qué esperar del Madrid-Liverpool de Kiev?

Fragilidad defensiva solucionada de forma opuesta

El partido suena a sinónimo de goles. La experiencia nos dice que uno de los choques más eléctricos que pueden darse ahora mismo en la élite del fútbol. Sin embargo, una de las claves puede estar en la fragilidad defensiva de ambos equipos.

Es un defecto que ambos equipos han tratado de corregir conforme ha avanzado la temporada. El Madrid, compensándolo con pegada. Ayer tuvimos el último ejemplo. Marcelo arregló su equivocación en el primer gol del Bayern con el magnífico gol del empate. Zidane esperará que Varane siga en racha junto a Ramos y que la lesión de Carvajal no sea nada. Navas tampoco ha tenido su mejor temporada. En el Liverpool, la cosa es más complicada. Prácticamente todo está fiado al holandés Van Dijk y al perro de presa Milner -injusto no destacar que es lleva 9 asistencias esta Champions-. A Klopp no le importa confiar el lateral derecho al juvenil de 19 años Alexander-Arnold. Cuando el rival se acerca al área de Karius, la alarma es roja. Así pasó el martes, cuando un 5-0 triunfal acabó en un agridulce 5-2.

Zidane vs Klopp, gestión vs presión, posesión vs contragolpe

La tentación es presentarlo como un choque entre dos tipos de técnicos que poco tienen que ver con el perfil al uso de la profesión. Ambos comparten un claro crecimiento. Zidane ha aparecido tradicionalmente como un gestor del colectivo más que un estratega y Klopp aparece como el defensor de un estilo, en sus palabras, heavy metal. El francés está en plena fase de demostración de que no es solo un buen conductor de talentos; la prueba es la casi culminada salida de la titularidad de Bale y Benzema en favor de unos enchufadísimos Lucas y Asensio. Con ellos dos junto a Cristiano lanzados hacia adelante, la única duda es en el centro del campo donde Modric e Isco se juegan un puesto, con ventaja de inicio para el croata. La famosa BBC parece historia en el nuevo Madrid.

Esos minutos de vendaval donde el Liverpool parece imparable son marca de la casa Klopp, ya los practicaba en aquel brillante Dortmund de Reus, Götze y Lewandowski. Este año, Klopp ha confirmado ser la némesis de Guardiola con su presión alta. Esta puede ser una de las claves de Kiev: el constante incordio de los de arriba a la salida del balón de un Madrid en el que, eso sí, el balonazo solucionador no es tan anatema como en el equipo de Guardiola. Si consigue zafarse de esa primera presión, no está todo hecho para el Madrid: los jugadores blancos tendrán que esforzarse en acabar las jugadas -rematar, aunque sea fuera- para no exponerse al contragolpe más letal de Europa -Firmino, Salah y Mané- en estos momentos. Milner, eso sí, deberá multiplicarse en la frenada de los llegadores del Madrid, y casi seguro Van Dijk se pegará a Cristiano.

Cristiano y Salah

La tentación de los medios será presentar el duelo como uno entre Cristiano y Salah. Se hablará de dos delanteros con más diferencias que similitudes y seguro se hablará de relevo generacional. Se hablará de Balón de Oro, de los que ya tiene el portugués y de los que el egipcio ganará si gana esta Champions y ficha por algún gigante europeo y acumula más títulos. No será un duelo inédito -ya se enfrentaron en 2016 cuando Salah estaba en la Roma- pero lo que sí es seguro es que ambos van a tener oportunidades de gol por las características del partido comentadas. Eso, y que son dos delanteros completamente diferentes.

Miedo escénico descompensado

El miedo escénico, ¿puede contar? En teoría, sí. A pesar de la grandeza del Liverpool (5 Copas de Europa y 2 finales perdidas, la última en 2007), sus jugadores no están acostumbrados a grandes citas. En el equipo red solo dos jugadores superan la treintena -Klavar y Milner- y sus estrellas más globales -Lovren, Firmino, Henderson, Salah o Mané- no han disputado ninguna final internacional.

Del Madrid -su once titular al completo estará en el próximo Mundial- y miedo escénico solo se puede decir que es el campeón de tres de las últimas cuatro ediciones de la Champions y que en esta temporada ha ganado en París, Turín y Múnich.

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Responsabilidad y frescura

En corto, del Madrid se espera siempre que gane, y esta vez más que nunca. En el año en que se ha hecho ya mainstream que la Champions es la competición del Madrid, fallar en la final contra un rival que no era el esperado al principio de temporada -ni PSG ni City ni Barcelona ni Juve- puede ser sinónimo de fracaso. La Liga y la Copa del Barça contribuyen a añadir peso en la mochila madridista para Kiev: eso sí, si los blancos ganan, ese doblete perderá automáticamente relevancia.

El Liverpool no tiene nada que perder. A pesar de que nunca terminó de abandonar la élite y de que no hay década en la que no tenga un gran equipo -de Barnes a Salah pasando por Fowler y Xabi Alonso- la historia no pesa tanto como puede parecer en un conjunto que viene lanzado y con una autoconfianza a prueba incluso de perder la final. Sin responsabilidad añadida, la final puede ser un auténtico escaparate definitivo para Firmino, Salah, Mané y sus compañeros.

Clásico y sin empates

Poco cuenta, pero entre los dos equipos suman 17 Copas de Europa. Es un partido bonito para los aficionados a ese fútbol con regusto clásico que las nuevas fortunas no terminan de poder matar. En otras palabras, muchos teníamos más ganas de un Madrid-Liverpool que de un City-PSG que demostrase que la Champions se puede comprar directamente.

Los cinco duelos directos previos no defraudan. En el 81 el Liverpool le ganó la final de París al Madrid de los García, en 2009 los reds echaron de octavos a los blancos con un espectacular 5-0 global y hace tres temporadas el Madrid ganó los dos partidos con autoridad en la fase de grupos. Empates nunca ha habido.

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