Tras un año dejándose querer por otros clubes, si se va al Barcelona el francés necesita despedirse a lo grande del Atlético
Parece imposible que Griezmann no sea noticia casi siempre. Si no son sus goles, son sus declaraciones, si no son sus disfraces, es el por qué de su afición al mate, si no es su bajón de rendimiento, son sus celebraciones.
Antes de la final de la Europa League entre OM y Atlético y Lyon es claro protagonista. Antoine nació en Mâcon, a 60 kilómetros de la ciudad donde se celebra el partido. El Olympique de Lyon le rechazó. Con 13 años, se lo llevó la Real Sociedad. Fue clave para subir a los donostiarras a 1ª con 19 años, y para llevarles a la Champions tres años más tarde. Un Atleti campeón de Liga pagó 32 millones por él en 2014. Con Simeone se ha hecho un mejor jugador, más completo, ha pasado de ser un extremo veloz a ser un segundo delantero mucho más determinante que nueves como Mandzukic, Torres, Gameiro o incluso en estos meses Diego Costa.
De rojiblanco solo ha ganado una Supercopa. En el último año, Griezmann se ha dejado querer por el Manchester United y el PSG. Ni siquiera ha sido tajante cuando se le ha relacionado con el Real Madrid. "No descarto nada", dijo, en una frase demasiado fácil de sacar de contexto y que molestó a la afición atlética. Esta temporada, desde que llegó Costa, Griezmann ha mejorado notablemente un inicio gris: junto al hispanobrasileño ha marcado 20 goles desde que Costa llegó al equipo, 13 de ellos haciendo pareja sobre el campo con él. De nuevo, el colectivo, el cholismo, hace funcionar a la individualidad.
La final contra el Marsella es una oportunidad para Griezmann. Seguramente la última.
Si no hace un buen partido, el equipo pierde y se va del club, su recuerdo no será demasiado bueno entre la afición atlética. Será más Agüero que Falcao. Si hace un buen partido, seguramente sea porque el grupo entero ha hecho un buen partido y así lo normal es que el Atlético de Griezmann gane un título europeo. Aun así, con todo el peso que él mismo se ha puesto en la mochila, lo suyo será que además marque tres golazos. Ya no depende solo de él.