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Kepa: la mística mejora de la especie

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23 años. 1,89. El jugador de la Liga del que, sin jugar en Madrid o Barça, más se habla. Grábate su nombre: Kepa Arrizabalaga

Ignacio Pato

20 Diciembre 2017 19:45

Hace poco más de un año, Kepa Arrizabalaga apenas tenía un cromo "coloca". Los "coloca" son un cromo casi de segunda, un por si acaso o, en el mejor escenario para su protagonista, una rectificación de la editorial ante un recién llegado a la liga. Kepa era una alternativa en el álbum a Iago Herrerín. Y Herrerín era el teórico segundo portero del Athletic por detrás de Gorka Iraizoz.

Un par de meses metidos en competición, este orden no valía para nada. Herrerín se iba cedido al Leganés y Kepa le quitaba a Iraizoz la titularidad del último Athletic de Ernesto Valverde. De ahí hasta hoy, Kepa es un cohete. Lleva más de 40 partidos jugados, ha sido internacional con España y es posiblemente el jugador de la liga del que más se ha escrito sin jugar en Barcelona o Real Madrid…

…de momento.

El portero de 23 años de Ondarroa acaba contrato con el Athletic en junio y su actual cláusula de rescisión es de 20 millones. El club vasco le ofrece una renovación que aumentaría su precio -quizá hasta 60 millones- pero que por ahora está congelada. El martilleo del rumor de que el Madrid se lleva a Kepa de San Mamés este mes de enero es cada vez más insistente.

La mística mejora de la especie

Algunas voces se preguntan si Kepa "es para tanto". Para Iñaki Lafuente -exportero que ha jugado once temporadas en 1ª, nueve de ellas en el Athletic-, lo es: "Le veo claramente como un producto de la escuela de porteros de aquí, con una mejora sustancial en todos los aspectos. Una mejora de la especie. Lo está haciendo sensacional. Seguro que aun tiene un montón de cosas por mejorar, quizá los balones aéreos cruzados, pero está en ese proceso".

Está de acuerdo con él Rafael Alkorta. "Me parece un portero de puta madre, para estar diez años en un gran club europeo: City, United, Juventus, Madrid. En la selección tiene una pelea dura con David De Gea, otro de los mejores porteros del mundo", dice el exdefensa, que jugó once temporadas de rojiblanco.

El periodista de Naiz especializado en el Athletic, Joseba Vivanco, destaca "su serenidad y la seguridad que aporta su presencia a sus compañeros". Reflejos y buen manejo con el pie son otras de sus virtudes.

Con su casi metro noventa y un serio 'Arrizabalaga' en la espalda de su camiseta, Kepa es claramente un portero de Lezama, de la escuela Athletic. "Aquí siempre ha habido tendencia a porteros con gran presencia física, quizá la excepción era Juanjo Valencia, pero es que Juanjo era muy bueno y lo suplía con otras virtudes", apunta Lafuente. "Juanjo era tan listo e intuitivo que no necesitaba ni llegar al 1,80", remarca Alkorta, que coincidió, además de con Valencia y Lafuente, con Biurrun, Iru, Kike y Aranzubia.

"Kepa ilusiona mucho, muchísimo", dice Vivanco. "Es ese portero que se esperaba desde que Zubizarreta dejó el Athletic para triunfar también fuera. Se percibe que puede haber esa continuidad entre Iribar, Zubi y él. 'Ese’ portero que de un modo casi místico espera cada generación rojiblanca puede ser él". En una tierra donde, como el mismo Vivanco reconoce, faltan delanteros o extremos, esa eterna búsqueda por 'el' portero explicita su importancia identitaria.

Un palo

El Athletic, coinciden especialistas y grada -aunque la leyenda dicta que en San Mamés ambos son sinónimos-, tiene bien cubierta la portería más allá de Kepa. Iago Herrerín, con sus casi 30 años, una edad perfecta para un portero, ha cumplido con creces siempre que ha sido necesario. Álex Remiro (22 años) está cedido en el líder de 2ª, el Huesca, donde solo ha concedido 13 goles en 19 partidos. Y Unai Simón (20 años) lleva cuatro partidos imbatido con el Bilbao Athletic, además de ser titular en la Sub21.

Nadie puede obviar, sin embargo, que quedarse tan pronto sin Kepa sería un golpe en Bilbao. "Más que en lo deportivo sería un palo en lo sentimental. Kepa representa todo lo que es un cachorro de Lezama. De dónde viene, desde cuándo está, cómo se ha formado o lo que ahora sugiere. Si todo eso que ha mamado desde pequeño no le ha convencido de que, al menos por ahora, el Athletic es el mejor lugar para seguir creciendo, algo se ha roto", afirma Vivanco, que pide al club que lo que ocurre "no se ventile con un discurso políticamente correcto de cara al socio". En su opinión, "algo se rompió" también con las marchas de tres piezas claves hace unos años: "Cuando se fueron Llorente, Javi Martínez y Herrera se venía de muchos años de transición en el desierto, de no aspirar a nada y de repente se habían alineado los astros y el Athletic no era uno más. Ilusionaba y aspiraba a cosas. Ese futuro saltó en pedazos pero se recompuso, irrumpieron Iñaki Williams, Yeray o Kepa. Si Kepa se va, dolería mucho por ese sentimiento de siempre en el Athletic, idealizado o no, de ser especiales. El Athletic vive de su aura, de sus símbolos, de sus tradiciones, de su misticismo, de su imaginario colectivo, que luego se aplica o no se aplica, que es real o no, porque el público de San Mamés no es hoy el que era ayer ni anteayer... Duele darse contra esa realidad. Hoy puede ser Kepa, pero ¿qué sucederá con Yeray, o con Córdoba?, ¿seguirá para siempre aquí Williams? Las dudas estarán ya ahí, sobre todo si Kepa se va. Si Kepa decide quedarse, pero no porque falle su pase a otro club, sino por deseo propio, el Athletic vivirá con su filosofía otros cien años".

"La gente tiene que entender que si alguien quiere irse a otro sitio es por algo -opina Alkorta-. Y aquí siempre que se va alguien hay otro, eso ha pasado siempre". El central fue de los últimos que pasó de San Mamés al Bernabéu.

La puerta y la duda

Ningún jugador del Athletic ha fichado por el Madrid en dos décadas largas. El último fue Aitor Karanka, cuyo deseo de marcharse fue el comienzo de un palmarés con tres champions blancas. Cuatro años antes, la historia fue diferente. Al presidente del verano del 93, José Julián Lertxundi, los aficionados bilbaínos le tiraron tomates por vender a Rafa Alkorta contra su voluntad.

"A mí nadie me dijo que estaba vendido, eso fue lo que más me molesto por parte de la directiva. El primer pensamiento de todo canterano es acabar tu carrera en el Athletic, aunque cuando viene alguien a tocarte la puerta creo que hay que escuchar. Eso sí, hay que pensarlo mucho porque la prioridad, para alguien criado aquí, es quedarse en el Athletic. Es difícil moverte de aquí", afirma el exfutbolista, que considera que en su caso fue, literalmente, "una simple mercancía".

"El futbolista actual ha ganado muchísimo poder de decisión. Hoy si uno se quiere ir de un club, se va", dice. Hablamos de ganas de conocer otros ambientes, de ganar títulos o, sí, de mejorar el sueldo. "Cuando te viene el Madrid pueden entrarte ciertas dudas", resume.

"El futuro de Kepa solo lo sabe él", afirma Vivanco. "Mi opinión personal es que los horizontes futbolísticos de Kepa están más allá de Bilbao. Evidentemente en el entorno no haría ninguna gracia que se fuera al Madrid, y la afición del Athletic es de perdonar muy poco. Será como una pequeña o gran traición a lo que representa el Athletic y a quien te apoyaba".

Una radio en la oreja

El hipotético fichaje de Kepa por el Madrid tendría otra víctima colateral: Keylor Navas. El actual portero madridista lleva años haciendo un buen papel mientras no deja de leer rumores sobre sustitutos, y este año podría ser el de su salida del Bernabéu. Sobre todo si llegan Kepa y, según algunas fuentes, el belga Thibaut Courtois. Dos porteros jóvenes y grandes como nunca para el insaciable Madrid de siempre.

"Ha habido una tendencia hacia eso, aunque no dejan de ser porteros que se mueven muy bien. Antes había más diferencias, porteros más bajitos, más explosivos bajo palos, muy rápidos, y porteros más altos, que dominaban más el área", interviene Lafuente.

Alkorta cree que "ahora se piden muchas cosas. Lo primero que tiene que hacer un portero es parar, luego si juegan con los pies fenomenal. La repanocha ya es que maneje el balón como Ter Stegen".

"Pero es la propia evolución del fútbol la que marca la evolución del portero", opina Lafuente. "Cuando yo empezaba fue justo cuando se quitó la regla de poder recoger una cesión con la mano. Supuso un esfuerzo grande tener que manejarte con el pie porque hasta entonces no se entrenaba, eran todo acciones técnicas de manos o caídas".

Alkorta, que jugó con Lafuente tres temporadas en un Athletic en transición, da un consejo a los defensores y arqueros del mañana: hablar. "Es fundamental que un central tenga una relación muy fluida, de mucha confianza, de mucha comunicación con el portero". Delante de Andoni Zubizarreta jugó tres mundiales, Italia90, USA94 y Francia98. "Zubi era como tener una radio en la oreja. Te volvía loco, pero era necesario. A mi me gustan los porteros así. Una de sus funciones es ver todo lo que pasa y ayudar al defensa", recuerda.

Zubi. Iribar. Kepa. Courtois, Oblak, Donnarumma. Grandes porteros, porteros grandes. "Hoy es difícil encontrar un portero que no sea grande y que llegue a grandes niveles", apunta Lafuente, actual entrenador de porteros del Barakaldo CF.

"El puesto de portero es el único puesto específico que queda en el fútbol", añade. "Es importante que desde chavales tengan una buena lectura del juego que les guíe sobre dónde posicionarse siempre. No es fácil verlo en porteros de corta edad, pero cuando un chaval tiene condiciones las aprecias enseguida". De nuevo, la mística.

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