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Ronaldinho deja el fútbol de forma oficial. La que fuera la sonrisa más famosa del fútbol en los últimos años ha decidido colgar las botas después de estar más de 2 temporadas sin jugar un partido oficial.
Su hermano y representante, Roberto de Assis, ha sido el encargado de anunciar la noticia.
"Ya está, se acabó... Esto ya era un hecho -su retirada-, hace muchísimo que no juega", ha explicado Assis en O Globo.
De esta manera se confirma el adiós de un Balón de Oro que jugó sus mejores temporadas en el Barça, donde ganó la Champions League. También fue campeón del Mundial de 2002 con Brasil y la estrella del Atlético Mineiro en la conquista de la Libertadores de 2014.
Sn embargo, por muchos títulos que consiguiera, gran parte del público le recuerda por ser el único barcelonista que fue capaz de arrancar una ovación del Santiago Bernabéu.
Ocurrió en el 2005, con la mejor versión de un Ronaldinho al que solo le faltaban unos meses para ser campeón de Europa. El Barça de Rijkaard se divertía en el césped y le endosó un 0-3 al Real Madrid de Vanderlei Luxemburgo, uno de los más tristes que se conocen.
Ronaldinho anotó un doblete espectacular, acompañado por unos compañeros hipermotivados. De eso también tuvo la culpa…
Tal y como reveló Andrés Iniesta años más tarde, “Ronnie” llevó a cabo una estrategia para que el vestuario saliera a comerse el mundo en aquel partido.
"Poco días antes del Clásico con el Real Madrid, Dinho me llamó a casa en plena madrugada. Respondí al teléfono y me dijo: 'Andrés, sé que son de las 3 de la mañana, pero tengo que decirte una cosa, en junio me voy del Barça. Mi hermano está cerrando un acuerdo con el Real Madrid. Son cifras increíbles a las que no puedo decir que no. Tú eres joven, puedes entenderme... pero por favor, no se lo digas a nadie en el vestuario o en el club, no me traiciones, me fio de ti más que de ningún otro. Buenas noches, Andrés'”.
Cuando quiso responder, Ronaldinho ya había colgado el teléfono.
Al día siguiente el equipo se entrenó con un extraño silencio a su alrededor, dándole mimos continuamente a Ronaldinho, que minutos antes de jugar contra el Real Madrid, tomó la palabra en el vestuario y dijo:
“Chicos, hoy jugamos un partido importante, ellos son fuertes, pero en estos días he descubierto que somos como una familia. He llamado a cada uno de vosotros en mitad de la noche y os he contado en confianza que me voy en junio, pero ninguno de vosotros ha hablado. Después de esto he entendido que estamos dispuestos a morirnos por dentro antes que traicionarnos. Yo me quedo aquí por muchos años...Ahora salgamos al campo y vamos a darle una lección de fútbol a estos del Madrid'".
Esa noche acabó jugando uno de los mejores partidos de toda su carrera. Al señor del bigote que dio la vuelta al mundo por reconocer el talento del rival aún le duelen las manos de tanto aplaudir.
