"Acabo de firmar tu sentencia de muerte. No has hecho nada para que merezcas andar libre nunca más"
Ya es oficial: Larry Nassar pasará lo que le queda de vida metido en una celda. Tras dos décadas de abusos sexuales en las que ha agredido a más de un centenar de menores, la juez Rosemarie Aquilina de Lansing -Michigan- ha condenado al exmédico de la Federación de Gimnasia de Estados Unidos a entre 40 y 175 años de cárcel, una pena que se suma a los otros 60 años que ya cumple por posesión de pornografía infantil.
A sus 54 años, ayer tuvo que escuchar a los últimos tres testimonios de las cerca de 160 víctimas que han comparecido en los 7 días de juicio.
"Acabo de firmar tu sentencia de muerte. No has hecho nada para que merezcas andar libre nunca más", dijo la jueza antes de leer la condena. Minutos antes, Nassar se disculpó ante sus víctimas. "Vuestras palabras estos días me han impactado mucho y me han agitado hasta la médula. Llevaré vuestras palabras conmigo hasta el fin de mis días".
Cuando comenzaron las deposiciones la semana pasada, había 80 víctimas que estaban apuntadas para comparecer. Sin embargo, la fuerza de sus historias duplicó el número de mujeres dispuestas a testificar contra el monstruo de la gimnasia estadounidense.
Todas ellas contaban historias parecidas, como la que explicó Kaylee Lorincz. “Me dijo que me tumbara boca abajo en la camilla y abriera ligeramente las piernas. Me introdujo sus dedos sin guantes en mis genitales. Luego me preguntó cómo me sentía y si ese 'tratamiento especial' estaba haciéndome sentir mejor sobre mi lesión”, expuso la gimnasta, que tenía 12 años cuando sufrió los abusos.
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Nassar manipuló psicológicamente a las víctimas durante años para ejercer sus abusos.
Aprovechándose de su prestigiosa reputación como doctor del equipo olímpico estadounidense, elogiaba a las pequeñas gimnastas que recibía en su consulta decorada con fotos de las estrellas del deporte americano. Les prometía que algún día llegarían a ser como ellas y les traía regalos de los JJOO.
Por último, los testimonios revelaron un patrón de encubrimiento en las instituciones en las que trabajó el doctor. Las víctimas señalaron la complicidad de un sistema en el que entrenadores, asistentes y autoridades de la Federación ignoraron las quejas sobre las prácticas de Nassar.
Habrá que esperar para saber si los dirigentes han protegido algún monstruo más.
