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¿Por qué a la guinda de "The Process" se le ha olvidado tirar a canasta?

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Una enfermedad sin precedentes ha obligado a Markelle Fultz a reeducar todo su cuerpo

Omar Naboulsi

27 Febrero 2018 16:45

La temporada de los Philadelphia 76ers está saliendo a pedir de boca. La reconstrucción del equipo en la que llevaban años trabajando parece completarse con Joel Embiid como cara visible de "The Process". El pívot camerunés está acompañado por más talento joven. Dario Saric y Ben Simmons son los escuderos perfectos para llevar a cabo un juego físico y lleno de highlights.

Juntos han hecho que los Sixers estén actualmente clasificados para los Playoffs, aunque sus aficionados echan de menos a la guinda del proyecto.

Markelle Fultz fue elegido en la primera posición del Draft'17 con la vitola de ser el mejor anotador de su generación -1998- siendo base, pero en los únicos 4 partidos que ha jugado en la NBA solo ha anotado 6 puntos de media, con un 33,3% de acierto en tiros de campo.

De hecho, su mecánica de tiro ni se parece a la que exhibió en los Huskies de la Universidad de Washington, donde metía 23 puntos de media con una explosividad y una velocidad de ejecución considerable.

¿Qué le ha pasado a Fultz para que en 6 meses parezca un jugador sin federar lanzando a canasta?

Los Sixers se dieron cuenta en septiembre. Fultz llegó al training camp del equipo con un tiro raro, completamente diferente al que practicaba en la Summer League, un par de meses antes. En ese momento, el cuerpo técnico vio que había algo que estaba afectando a su rendimiento.

Tras jugar los partidos de pretemporada y los 4 primeros de liga, las especulaciones entre la prensa sobre qué ocurría realmente con el base no paraban de crecer, pero el equipo no soltaba prenda. De un día para otro, Fultz fue apartado del equipo "para los siguientes partidos" y unos días después fue declarado oficialmente como baja indefinida, a expensas de ser evaluado 3 semanas después.

El diagnóstico anunciaba un desequilibrio en el músculo escapular, una lesión poco común en el baloncesto y que afectaba a su manera de lanzar.

Getty

Parecía que los médicos habían encontrado la raíz de los males de Fultz. En noviembre la franquicia sacó otro comunicado asegurando que el base estaba mejorando progresivamente de sus dolores, incluso unas semanas después filtró que no sentía dolor en su hombro derecho, algo que parecía indicar que su regreso estaba cerca. Nada más lejos de la realidad. Llegó febrero y Fultz seguía en el sique seco. Los rumores sobre su lesión seguían creciendo porque por internet estaban circulando vídeos de sus entrenamientos en los que se le veía lanzando aún con un deje ortopédico.

Harto de los dimes y diretes, el propio jugador compareció ante los medios y confirmó que sufría disquinesia escapular. Nadie se había atrevido a revelarlo públicamente porque es una enfermedad poco común que puede truncar su carrera.

"Podría volver ahí fuera muy pronto o podría no volver a jugar esta temporada. No puedo contestar a esa pregunta porque no sabemos la respuesta. Nunca había visto nada así. Nunca he visto algo parecido a ningún jugador", dijo Bryan Colangelo, el general manager de los Philadelphia 76ers, cuando le preguntaron por la lesión. Y no mentía.

Si buscamos una definición de disquinesis escapular, es "la pérdida de la sincronía normal en el complejo articular escapulo-torácico, dando lugar a una alteración de la posición y de los movimientos normales de la escápula durante los movimientos glenohumerales". En otras palabras: Fultz manda el mensaje a la escápula del movimiento que quiere realizar, pero esta no responde bien.

Desconocemos qué tipo de disquinesia padece -hay hasta 3 diferentes-, pero alguno de ellos están asociados a los espasmos, tics musculares y en el peor de los casos, Parkinson.

Ahora se entiende por qué lanzaba tan mal en los últimos meses. Hasta tendría sentido el vídeo en el que aparece tirando con su mano izquierda, ya que en algún momento de la rehabilitación el cuerpo técnico podría haberse planteado la opción de convertirlo en zurdo si seguía sufriendo espasmos.

Sea como sea, en estos meses Fultz ha tenido que reeducar toda su mecánica y la mayoría de movimientos que practica en la cancha de baloncesto cuando va a cargar el brazo, ya que el cuerpo no le responde como antes y debe acostumbrarse a ello.

Resulta difícil imaginar que vuelva a jugar esta temporada al hacer frente a un problema tan peculiar, sin precedentes conocidos en la historia de la NBA. Por el momento, se deja ver lanzando a canasta antes de los partidos, cada vez desde más distancia.

¿Será 2018 el año en que "The Process" se complete con todas sus figuras?

Cuanto menos, es el más ilusionante para los aficionados de una franquicia histórica que no ve a sus jugadores en unas Finales desde 2001, comandados por Allen Iverson. Por si la vuelta de Fultz no es suficiente, la ciudad tiene claro a quién quiere para convertirse en candidatos al anillo y lo ha hecho saber con pancartas gigantes.

¿Qué estará pensando Lebron James sobre esta propuesta?

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