Los aficionados del Real Madrid ya han devuelto más de 3000 entradas de la final de Champions...
No se trata de ninguna broma. Las difíciles condiciones para llegar al Olímpico de Kiev y ver la final de la Champions League han hecho que muchos hayan tenido que renunciar a su sueño.
Antes del 8 de mayo 24.268 socios del Real Madrid confirmaron su intención de viajar a Ucrania ver la tercera final de Champions consecutiva de su equipo. Una cifra algo corta si se compara con las 73.314 peticiones para la final de Lisboa'14 o las 56.047 y 44.755 de Milán'16 y Cardiff'17.
El problema no es que los madridistas ya no sientan tanta pasión por su equipo, sino la odisea que tienen por delante: 3.673 kilómetros de Madrid a Kiev, 36 horas en coche propio -no se puede entrar con uno de alquiler en el país- y 360 euros entre gasolina y peajes.
Desde Madrid tan solo hay dos vuelos diarios directos -el día de la final no hay -, desde Liverpool ninguno.
En el Madrid unas 3.000 de las 12.802 entradas sorteadas ya han sido devueltas porque los socios no pueden hacer frente al coste del viaje. La ocupación hotelera ha llegado al 99% en la capital ucraniana y las habitaciones alcanzan los 7.000 euros por noche.
Hasta los propios jugadores del Madrid están devolviendo algunas de las entradas asignadas por el club -unas 800-, y eso que en otras finales fueron motivo de discusión entre futbolistas y dirigentes.
Por su parte, en el club inglés había 25.578 personas dispuestas a ir a Kiev, aunque muchos hayan renunciado. La UEFA ha repartido el 30% de las entradas del estadio para cada club: 17.000 para cada uno, reservándose la propia UEFA el 40% de los tickets restantes para patrocinadores y compromisos varios.
El precio de las entradas oscila entre 55 y 450 euros, haciendo que sea un evento dedicado a los turistas. Una entrada en la zona neutral costaba en taquilla 70 euros, la cuarta parte del sueldo medio mensual en Ucrania, donde ver la final de Copa en el campo cuesta 2 euros.
Estos precios hacen que el gobierno de Kiev se frote las manos, pronosticando que los 90.000 aficionados foráneos dejen en la ciudad unos 31 millones de euros.
Ante este panorama, muchos madridistas han optado por ver la final en el Santiago Bernabéu, donde se instalarán pantallas gigantes y podrán animar al equipo en las gradas por 10 euros.
Para los valientes que al final sí viajan a Kiev se ha creado un grupo de Facebook llamado "Kyiv FREE couch for football fans 26/05/18" en el que ya hay más de 8000 miembros. En él muchos ucranianos han ofrecido alojamiento gratis a los hinchas de Madrid y del Liverpool.
La solidaridad entre ciudadanos parece la única manera de combatir los intereses de empresas y políticos que han convertido el viaje de miles de personas en una odisea.
