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7 breves razones por las que la final de la Europa League es un must

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Decir que es un partidazo es quedarnos cortos. Esta noche será difícil pestañear sin perdernos alguna de estas imágenes...

Ignacio Pato

16 Mayo 2018 14:07

Porque -aunque parezca mentira- Simeone no gana un título desde 2014.

Y además va a estar sancionado, siguiendo el partido en un palco al lado de la prensa donde todos los demás mortales se sentirían como en una suite, pero el Cholo... para el expresivo Cholo eso es estar enjaulado. Las cámaras estarán pendientes de él y puede que el equipo note su falta de calor en el banquillo... aunque el Mono Burgos no es precisamente un pechofrío. El último título del Atlético es la Supercopa ganada al Madrid en 2014.

Por el despertar de un gigante dormido.

Hace 14 años que el OM no está en una final europea. Ha jugado cuatro y ha perdido tres. Volvió a casa sin nada de las de Copa de Europa del 91 contra el Estrella Roja y las de UEFA del 99 y 04 contra Parma y Valencia. En el 93 ganó la Champions convirtiéndose en el primer y único equipo francés en ser campeón de Europa, orgullo que es uno de los lemas de la afición: "Para siempre los primeros".

Porque Griezmann, si se va, necesita irse dejando en el Atleti un título importante.

Es la última oportunidad del francés. Tras un año dejándose querer por otros clubes, de haber aportado goles y puntos, pero también dolores en el corazón del hincha rojiblanco, Griezmann no es que necesite marcar tres golazos y hacer que el equipo gane la Europa League, pero más o menos sí.

Porque el mundo puede descubrir a Thauvin, Ocampos, Zambo Anguissa... y al OM como un muy buen equipo.

Quien diga que el Marsella está a años luz del Atlético se engaña. Sobre el papel, parte en desventaja y es cierto que casi todos los jugadores del equipo madrileño podrían jugar en el OM pero no al revés, pero el equipo de la Provenza no está luchando por Champions en la Ligue 1 y en la final de la Europa League por suerte. El técnico Rudi García ha contagiado espíritu ganador a un equipo con un juego tradicionalmente basado en arreones ofensivos impredecibles y errores de bulto atrás. Con el canterano Maxime Lopez siempre a punto de romper, el oficio cumplidor de Valère Germain en la delantera y el de Rolando y Rami en defensa no lo es todo. Las piezas más explosivas del OM son el ídolo Luiz Gustavo, el llegador Lucas Ocampos, el lateral Jordan Amavi, el potente André Zambo Anguissa y la joya, Florian Thauvin, que ha participado en más de 40 goles del equipo este año. Ah, y el balón de parado de Dimitri Payet, claro.

Porque el Atleti le debe algo en Lyon a sus seguidores.

20.000 atléticos viajaron el 2 de mayo del 86 precisamente a Lyon para ver la final de Recopa entre su equipo y el Dinamo de Kiev. El chasco fue grande porque el equipo soviético de Lobanovski le pasó por encima 3-0 con su fútbol calculado al milímetro. Esta vez aquellos que viajaron en el 86 estarán presentes en el tifo que la afición atlética desplegará antes del partido de hoy.

Por Fernando Torres.

Torres ya ha dicho que se va. Es el deseo de todo aficionado del Atlético -y de muchos que no tienen por qué serlo- que lo haga levantando un título con su equipo del alma, un título que aun no tiene. La imagen del primer capitán Gabi cediéndole ese privilegio, será una de las más buscadas de la noche si el Atleti gana.

Porque es una final con morbo extradeportivo.

Y alarmismo, también. Es cierto que se dan cita dos aficiones con radicales políticamente antagónicos, pero también es cierto que se cuadruplicará la seguridad de un partido de liga francesa. Es cierto que hay antecedentes que no invitan al optimismo, pero también es cierto que hasta el momento todas las declaraciones han sido de una responsabilidad intachable. Lo que se va a ver en Lyon es uno de los mejores partidos que Europa puede ofrecer, con dos de los grandes más atractivos social y futbolísticamente que pueden enfrentarse.

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