El techo de cristal del fútbol mexicano hace que Cafetaleros y Alebrijes se nieguen a jugar la gran final por falta de alicientes
El prestigio del Ascenso Mexicano mengua conforme aparecen informaciones sobre los clubes que han conquistado la competición, ya que ninguno de ellos podrá subir a la Liga MX la próxima temporada por razones administrativas.
Se está gestando una rebelión gracias al Alebrijes de Oaxaca y a Cafetaleros de Tapachula -Chiapas-, los campeones del Apertura y el Clausura respectivamente. En principio deben jugar la gran final del Ascenso, pero podrían negarse porque no pueden subir de ninguna de las maneras. La Comisión Disciplinaria ya les ha amenazado: si ambas escuadras decidieran no participar en la final automáticamente descenderían a la Liga Premier, la tercera categoría.
El funcionamiento del Ascenso -la Segunda División mexicana- es sencillo, ya que la temporada se divide en dos torneos cortos -los mencionados Apertura y Clausura-, y el equipo campeón de cada uno se enfrenta en una final para saber quién sube a la Liga MX, la ansiada Primera División.
Esta temporada los campeones han sido dos clubes que se encuentran en los estados con los mayores porcentajes de población en situación de pobreza. Según los datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, en Chiapas el 76% de la población vive en condiciones de pobreza, mientras que en Oaxaca llega al 66.
¿Por qué Alebrijes y Cafetaleros se han topado con un techo de cristal?
Ambos han sufrido catástrofes naturales y no cumplen con los requisitos establecidos en el reglamento de la Federación Mexicana de Fútbol.Ninguno de ellos tiene un estadio con capacidad para 20.000 aficionados, ya que el Instituto Tecnológico de Oaxaca tiene un aforo de 14.950 asientos, mientras que el de Cafetaleros supera los 18.000 por poco.
Además, al ser dos clubes de reciente fundación -Alebrijes se creó en 2012 y Cafetaleros en 2015- no disponen de los equipos femeninos que exige la Federación.
Si finalmente disputan la final, lo único que obtendrá el ganador será un premio de 120 millones de pesos -unos 6 millones de dólares-.
El reglamento del Ascenso es tan exigente que solo 6 equipos de 16 tenían capacidad para saltar de división: Bravos de Ciudad Juárez, Celaya, Dorados, Atlante y el Atlético de San Luis, la franquicia del Atlético de Madrid en México.
Para acabar de destrozar la metirocracia, los directivos de la Federación ya habían acordado hace unos meses que en las próximas dos temporadas no descenderá ningún equipo de la Liga MX. El último clasificado, en este caso los Lobos de la Benemérita Universidad Autónoma de México, debe pagar una multa de 120 millones de pesos para quedarse en Primera. El objetivo era pasar de 18 equipos a 20, pero si los equipos no pueden ascender por falta de recursos y los Lobos no abona la cantidad fijada, parece complicado que lleguen a ese número algún día.
Al igual que ha pasado con la Euroliga, y puede pasar con la Champions, el fútbol mexicano parece abocado a un sistema de competición cerrado, a menos que sus dirigentes cambien de rumbo.
