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Tenistas, sin los recogepelotas no sois nadie

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Las recientes imágenes de dos tenistas maltratando a recogepelotas obligarán a la ATP a reformular las reglas del tenis para evitar la humillación pública de más niños

Marc Casanovas

11 Octubre 2018 17:46

Según el reglamento aprobado por la Federación Internacional de Tenis (ITF), un buen recogepelotas debe estar atento al juez de silla, moverse rápido por la pista, nunca tocar la red, trabajar en silencio, no tapar la publicidad ni el tiro de cámara de televisión y, sobre todo: un recogepelotas debe ayudar a los jugadores en cualquier cosa que necesiten.

Lo que no indica el manual es que "cualquier cosa" incluye aceptar gritos, broncas, maltrato laboral y la humillación pública por parte de sus supuestos protectores, los tenistas.

¿Para cuándo una regla que obligue a los tenistas a llevar sus propias toallas? Y los niños solo tengan que preocuparse por las pelotas de tenis.

Judy Murray, entrenadora de tenis

Un deporte con 145 años de vida obsesionado con vender distinción al mundo se ha visto comprometido con dos acciones reprobables en las últimas semanas. Primero fue el tenista español Fernando Verdasco, que con un gesto clasista abroncó a un niño por su tardanza en ofrecerle la toalla para sacarse el sudor.

Su gesto tirano no ha pasado desapercibido e Incluso la ATP está estudiando incorporar toalleros en la pistas para liberar a los recogepelotas de esta carga. Judy Murray, una de las grandes entrenadoras del circuito, así lo exigía con este tuit:

Pocos días después, otro gesto antideportivo ha manchado los cimientos del buen tenis. Esta vez fue la tenista bielorrusa Sabalenka, que lanzó al suelo una botella vacía en un torneo disputado en Pekín sin esperar la ayuda del recogepelotas. De nuevo las redes sociales se incendiaron para criticar el comportamiento vejatorio hacia los niños como si fueran criados de los tenistas.

Es curioso porque el tenis profesional no existiría sin la ayuda de los recogepelotas y los tenistas se empeñan en recompensar su preciada labor con gritos, maltrato laboral y humillaciones públicas.

Lo sabe muy bien Roger Federer, que fue recogepelotas antes de convertirse en el mejor tenista de todos los tiempos. La imagen de la elegancia personificada compareció ante los medios para frenar una espiral peligrosa y posicionarse a favor de los recogepelotas como parte fundamental de su deporte:

“Son muy importantes para nosotros, pero no es fácil para todos los tenistas controlar las emociones. Debemos respetar a los recogepelotas porque son también quizá el futuro de nuestro juego", dijo el actual número dos del mundo.

Debemos respetar a los recogepelotas porque son también quizá el futuro de nuestro juego.

Roger Federer

Federer habla de futuro, pero se olvida del presente. Debido a la naturaleza de este deporte, sin ellos el tenis profesional sería imposible porque si los propios jugadores tuvieran que recoger las pelotas sueltas por la pista, el partido sería eterno.

Pero, ¿qué derechos laborales tiene un recogepelotas y cuáles son los requisitos para ser uno de ellos?

En la década de 1920 los niños recogepelotas empezaron a aparecer en las pistas de tenis británicas, pero no fue hasta 1977 que las niñas pudieron hacer los mismo que sus compañeros masculinos. Pocos torneos son tan transparentes como Wimbledon. En su web oficial publican toda la información necesaria para convertirse en recogepelotas de uno de los Grand Slam con más solera del circuito ATP.

Recogepelotas en Wimbledon

Hay varios métodos de selección o reclutamiento. En muchos torneos, como en Wimbledon, se seleccionan niños y niñas en escuelas después de aprobar una serie de pruebas que tienen que ver con la capacidad física, resistencia y concentración. . En otros torneos, como el Open de Australia y el Open de EE.UU., las posiciones se anuncian y se realizan pruebas abiertas para todo el que lo desee.

Una vez seleccionados pasan por entrenos obigatorios y por sesiones de capacitación en la pista. Durante dos horas y media unos 50 o 60 niños realizan cuatro sesiones por semana para llegar listos a los partidos profesionales.

El ejemplo numérico de Wimbledon es revelador: un total de 250 niños y niñas de entre más de 700 solicitudes son designados oficialmente como recogepelotas. Su edad media es de 15 años y normalmente son "contratados" durante dos años en los que combinan una hora de trabajo y una hora de descanso.

Lo del contrato es un decir porque en la mayoría de torneos no hay remuneración por los servicios prestados. Lo hacen por "amor al tenis".

En un debate abierto en Internet sobre la conveniencia de remunerar a los recogepelotas un argumento destacaba por encima del resto: "Se les paga en experiencia. La oportunidad de ver a los mejores jugadores del mundo desde una distancia tan cercana es más gratificante para estos jóvenes que cualquier suma de dinero. Los niños quieren crecer para ser el futuro del tenis. Ser recogepelotas les da la oportunidad de observar los movimientos de los jugadores, el juego de pies y diferentes estilos de juego. Todo esto les ayuda en su propio desarrollo".

Se les paga en experiencia. Para estos jóvenes ,la oportunidad de ver a los mejores jugadores del mundo es más gratificante que cualquier suma de dinero.

Es decir, un salario ridículo convertido en una fantasía de valor incalculable para los adolescentes enamorados del tenis. Por eso la mayoría provienen de escuelas oficiales donde entrenan miles de horas para algún día llegar a ocupar la pista como sus ídolos. Unos ídolos que, a veces, se convierten en su mayor pesadilla.

Una de las honrosas excepciones que siempre han pagado una cantidad económica a los niños y niñas recogepelotas es el Open de EE.UU. En la primera edición de 1968 cobraban 2.20 dólares por hora y en la actualidad ha ascendido hasta los 11 dólares la hora más el vestuario oficial de Ralph Lauren. Los organizadores consideran que es un buen sueldo teniendo en cuenta que el salario mínimo federal en EE.UU. es de 7.25 dólares por hora (aunque no entran a valorar que el ganador del torneo se embolsa 3.7 millones de dólares).

Recogepelotas en el Open de Madrid

Queda entre los recuerdos más funestos el método de selección del Open de Madrid cuando la Federación de Consumidores en Acción (FACUA) remitió en 2004 dos denuncias contra el anunciante Hugo Boss, al considerar que atentaba contra la dignidad de la mujer. ¿El motivo? Seleccionar modelos femeninas en un casting más cercano a la moda que al deporte. Sexismo disfrazado de elitismo que la organización tuvo que lidiar ante la lluvia de críticas.

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