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Artículo ¿Por qué un adolescente querría morir por Franco? Penguin Random House

Penguin Random House

¿Por qué un adolescente querría morir por Franco?

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Javier Cercas intenta comprender en “El monarca de las sombras” por qué su tío abuelo dio la vida a los 19 años defendiendo al bando nacional. Nosotros lo intentamos también, gracias a Penguin Random House.

David Romera

21 Junio 2017 13:30

El ciclo de la guerra civil iniciado por el autor con la exitosa “Soldados de Salamina”, se cierra con “El monarca de las sombras”, donde Cercas lleva a cabo, de nuevo, una arriesgada y “detectivesca” búsqueda en primera persona hacia las “razones del enemigo”.

Javier Cercas se hizo escritor para contar esta historia, pero justo cuando empezó a escribir, lo descartó por completo. ¿Por qué? Por vergüenza. Él, republicano de pro, no entendía las razones por las cuales un familiar tan cercano y tan joven llegase al extremo de morir por Franco.

Es este un libro de preguntas incómodas, por ello este será un artículo incómodo. Debe ser así.

Vayamos pues a lo que nos ocupa: ¿por qué un adolescente querría morir por Franco? Ahí van unos cuantos motivos que hemos rescatado a raíz de la historia de Manuel Mena, protagonista de "El monarca de las sombras" y tío abuelo del autor. Y no sólo eso, porque una de las claves de la novela es que, gracias a ella, podemos rescatar estos mismos motivos, aunque no nos haga gracia o no lo queramos ver, para explicar situaciones parecidas que están presentes en el mundo en el que vivimos hoy día.


1. No eras parte de ningún sitio

La violencia alcanzó incluso a los niños, que se tendían emboscadas en las calles, se apedreaban entre ellos o se refregaban las piernas con ortigas.

Cercas nos describe la España de pre guerra como un polvorín. La II República no dejaba de recibir patadas en las espinillas. Un adolescente como Manuel Mena no se veía representado por nadie política ni moralmente. Sus únicos recuerdos de infancia eran el hambre y el miedo. Y así pasaba, que en ese caos económico y moral, cualquier propuesta “social” era bienvenida si pulsaba la tecla adecuada: Identificación.

Podríamos decir que en 2017, este tipo de propuesta tiene pelazo rubio, flequillo imposible y se inventa palabras como covfefe. En 1936, en España, también teníamos muchas propuestas que nos hacían sentir menos feos.

2. Eras seducido por Falange

Hay un sistema capitalista que […] se lleva, sin trabajar, la mayor parte de la producción y hunde y empobrece por igual a los patronos, a los empresarios y a los obreros.

Piensa en la cantidad de políticos a los que se les podría atribuir esta frase. Ahora entenderás por qué a ojos de Manuel Mena, Falange era, en palabras del propio Cercas: “Un partido que, con su vocación antisistema […] y su demagogia cautivadora, parecía fabricado a medida para abducir a un estudiante recién salido de su pueblo.”

Manuel Mena buscaba respuestas a la apocalíptica situación del país y pareció encontrarlas en la “revolución” propuesta por la rock star política del momento: José Antonio Primo de Rivera.  Ahí es donde entraba en escena Franco, que tonto no era y sabía que esa “savia nueva” era purito oro. ¿Y cómo te convencía para que dieses la vida por él?

Muy fácil.



3. Franco te convertía en un héroe

Rodeado desde muy pronto por una aureola épica, para la propaganda franquista el alférez provisional no tardó en convertirse en el prototipo de héroe.

Desde el momento en que eras nombrado alférez provisional, te convertías en una suerte de cruzado que viajaba por el país, metralleta en mano, en busca del Santo Grial.

Este viaje “extraordinario” guardaba evidentemente un venenoso secreto. El autor nos lo explica en la novela afirmando que, durante estas “aventuras”, ya sean pasadas o futuras: “no se aprende nada salvo que los hombres podemos llegar a ser mucho peores de lo que somos”.

Dicha reflexión nos lleva a pensar en situaciones actuales, en esos adolescentes que piensan: <<¿Quién no quiere ser un héroe?, ¿Quién no quiere vivir aventuras alrededor del mundo?>>. Da igual paloma mensajera, Facebook o el medio que quieras: alguien te invita a luchar por una causa divina, te promete que serás un superhéroe  y, lo mejor de todo, aunque mueras, en el otro lado te espera el Edén.

¿Te suena?


4. Estabas en un callejón sin salida

Resultó herido por fuego enemigo en cinco ocasiones y vio morir y mató a un número indeterminado de hombres. Es muy posible, sin embargo, que terminara su vida sin haberse acostado con una mujer.

Entonces llegaba el momento en el que, al igual que le pasó a Manuel Mena, te dabas cuenta de que la guerra en la que estabas metido no era tu guerra. Así se deduce de la conversación entre Javier Cercas y su tío Alejandro, uno de los muchos personajes secundarios de esta novela:

-          ¿Estás diciendo que Manuel Mena estaba harto de la guerra?

-          Exactamente – contestó mi tío-.Harto.-Y añadió-: Si hubiera podido habría vuelto a casa.

           Pero estaba atrapado, y no podía.

Y eso es lo peor, que cuando te paras para pensar <<¿Qué coño hago yo aquí?>>, las situaciones como esta te llevan por delante como un tsunami. Es el punto de no retorno. Sin comerlo ni beberlo estás obligado a morir por tu patria, por tu dios, por tu banda, por tu colega, por lo que quiera que se le ocurra a alguien que no eres tú.

Entonces un buen día, una bala impacta, como en el caso de Manuel Mena, en tu cadera y va directa al estómago. Lo peor no era la causa de tu muerte, ni el desencanto, lo peor era que, aunque te decían que eras un héroe, un mártir, un ídolo…



5. Eras otro adolescente que había muerto por Franco

¿Sabes qué sacaron en limpio de la guerra? Nada.

Y entonces ya no quedaba nada. Cercas nos explica que Manuel Mena no tuvo gloria ni fue recordado más allá de una pequeña calle en su pequeño pueblo de origen (Ibahernando, Cáceres), y que fue la propia familia quien decidió silenciar su existencia quemando cualquier rastro de su pasado.

El complejo y la vergüenza hicieron que nadie hablase de él hasta hoy, como el complejo y la vergüenza impidieron a Javier Cercas escribir este libro hasta hoy.  De él, rescatamos, entre todas, esta reflexión final del autor sobre su tío abuelo:

“Murió por culpa de una panda de hijos de puta que envenenaban el cerebro de los niños y los mandaban al matadero.”

Ojalá estas palabras no sirviesen para hablar del presente, pero es imposible no pensar en ellas como una noticia de hoy, como una noticia de mañana.


6. Y ahora, la pregunta incómoda


Todo es todavía más complicado de lo que crees.


Porque lo realmente difícil, lo imposible, lo necesario, viene en este momento.

Porque este artículo incómodo, de este libro incómodo, pretende que tengas todo el miedo a hacerte la pregunta que da sentido a “El monarca de las sombras”.

Puedes no hacerte la pregunta si no quieres.

Javier Cercas se la ha hecho.

Si quieres acompañar a Javier Cercas en su viaje hacia el entendimiento de su (nuestra) historia, puedes acceder desde aquí a la página de "El monarca de las sombras".



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