Parece que todos los animales nos peleamos con los de nuestra propia especie, seamos vertebrados o invertebrados. En este caso, un videoaficionado consiguió grabar una pelea épica entre dos arañas. Aunque, como podemos observar en el vídeo, parece que los contrincantes no estaban en igualdad de fuerzas... A los pocos segundos de empezar su refriega, una de ellas sale corriendo para finalmente acabar dando vueltas en la telaraña de su adversario.
En cuestión de segundos la pobre araña queda perfectamente envuelta en una red mortal, y suponemos que su destino está relacionado con la próxima merienda de la araña ganadora.
Araneae vs. araneae
Dependiendo de la especie, las arañas pueden ser más o menos agresivas las unas con las otras. Sin embargo, estos arácnidos tienen una mala fama que no se merecen, ya que en verdad no suelen atacar sin motivo. Ni a otras arañas ni a los humanos.
De hecho, muy pocas especies de arañas son capaces de hacer daño a un ser humano. Por un lado, porque necesitan un motivo aparente. Y por el otro, porque la mayoría de las especies no posee unos quelíceros lo suficientemente grandes como para atravesar nuestra piel.
Lo cierto es que la pelea entre arañas suele surgir más como defensa que como ofensa. Por ejemplo, existen grupos de arañas que establecen comunidades donde se cuidan entre ellas y pueden llegar a enzarzarse con arañas que no forman parte del grupo.
Por otro lado, en algunas especies de arañas, las hembras se comen al macho para tener suficiente energía durante la gestación. Incluso se ha encontrado una especie (Micaria Sociabilis) en la que el macho es quien se come a la hembra, aunque todavía no se sabe muy bien porqué.
Y luego están las arañas matrífagas. Este tipo de arañas se comen a su madre en caso de necesidad. De hecho, las crías de la arañas aterciopelada (Stegodyphus dumicola) se comen a la madre mientras aún está viva. La araña Amaurobius ferox también es devorada por sus crías tras una intensa interacción con ellas.
Ambas arañas se sacrifican por el bien común de su especie, algo que a veces parece que los humanos no llegamos a comprender.