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Artículo Un hombre le tocó el culo sin su consentimiento y esta camarera le dio una lección de autodefensa feminista Content

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Un hombre le tocó el culo sin su consentimiento y esta camarera le dio una lección de autodefensa feminista

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El vídeo ya ha dado la vuelta al mundo. Miles de comentarios en las redes sociales han puesto a Emelie Holden como el ejemplo a seguir ante estas situaciones

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24 Julio 2018 13:35

Se ha viralizado un vídeo en el que una camarera de una cafetería de Savannah, Georgia, tras ser manoseada por un cliente en la terraza del local. Ante el tocamiento, ella se rebela, le agarra por el cuello y le lanza al suelo mientras le recrimina su acción.

La grabación muestra más allá de toda duda o posible disculpa del acusado, que su intención era exactamente esa: deslizar su mano el trasero de la joven trabajadora. No hay error, ni casualidad, ni roce accidental. Su denunciable actitud le ha dado una fama que ahora le acompañará como una mancha. El tipo lo hizo estando en la cafetería Vinnie Van Go-Go de Savannah, en compañía de su esposa y dos hijos.

La indeseable actitud de este tipo, Ryan Cherwinski, le ha costado un arresto, un cargo, un par de noches encerrado y un antecedente en su historial.

La justificada actitud de la mujer atacada es inspiradora, empezando porque, desde el mismo instante en que sucede el tocamiento, se niega a comportarse como afectada o a buscar ninguna componenda. Emelia Holden, que es el nombre de la aguerrida camarera, toma una acción y la ejecuta ejemplarmente. Procede a autodefenderse, consciente de que es su derecho.

Una vez se ha viralizado el vídeo, miles de comentarios en la redes sociales han ensalzado la acción de Holden contra su acosador.

La comentarista de CNN Alice Driver recordó que ella también fue camarera en la misma ciudad donde ocurrieron los hechos y dice que ojalá ella hubiera tenido el valor y autoconfianza en su juventud que Emelia ha manifestado en esta ocasión. Otros perfiles le echan cierto humor y sugieren que inviten a la camarera de Savannah a viajar en el metro de la capital de México. Los comentarios más comunes indican que seguramente esto servirá de escarmiento al acosador y que, si vuelve a tener ganas de hacerlo, se lo pensará dos veces.

Emelia, por su parte, dice que está convencida de haber reaccionado como debía. Recordemos que, además, optó por llamar a la policía de motu proprio y que —sin ser esa su primera intención— no le molesta ser ejemplo de acciones a tomar en situaciones como la acontecida en su puesto de trabajo. No hay que quedarse quietas, no hay que soportar, no hay que tragar.

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