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Nadie puede creer el divertido error de estos albañiles argentinos

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La definición perfecta de chapuza

Playground community

17 Mayo 2018 18:02

De sobra es conocida la enorme capacidad creativa que tienen los ciudadanos argentinos. No en vano sus anuncios publicitarios se sitúan de manera anual entre los más sobresalientes, divertidos e ingeniosos del planeta. No solamente eso, también son bastante buenos a la hora de saber reírse de sí mismos cuando una situación lo requiere. Y por dios que la que traemos aquí hoy es una de ellas.

Córdoba es la segunda ciudad del país argento. Aunque mucho menos conocida que Buenos Aires internacionalmente, esta bella urbe tiene casi un millón y medio de habitantes. Es precisamente aquí donde suceden los hechos que refleja el vídeo, y que a la postre se han hecho virales.

Se puede decir que Córdoba tiene muchas cosas buenas, pero tal vez no que tenga los mejores albañiles. Con voz seria y pulso firme, como si se tratase de algo realmente sobresaliente y serio, el hombre que graba las imágenes nos muestra cómo los albañiles tuvieron que soldar un pesado caño metálico macizo en la azotea de un edificio, colocando cada extremo en uno de los lados de dicha azotea separados por al menos diez metros entre sí.

Hasta aquí todo va bien y no se percibe nada extraño. El teléfono se desplaza y graba uno de los extremos. Parece anclado de manera muy sólida y haría falta algo más que un vientecito para tirar esto abajo.

La cosa cambia cuando la persona que sostiene el móvil se desplaza hasta el otro extremo. Según nos vamos acercando entendemos que algo extraño está pasando sin saber exactamente qué. Los operarios están terminando de soldar el otro extremo de la viga. De repente y abriendo un poco el plano, el comentarista nos hace ver que estos expertos trabajadores, tan concentrados estaban en su tarea que no se percataron que la viga atravesaba una escalera metálica, dejándola apresada de por vida. O al menos hasta que uno de los dos caiga, la viga o la escalera. O hasta que la viga recién puesta, sea cortada.

A partir de aquí, lo que deberían ser lágrimas, son risas de los trabajadores que se dan cuenta de su mayestática cagada. Ríen por lo cómico de la situación, pero advertimos tal vez un ligero toque de vergüenza por la pifia. Bueno, al menos el humor no falta en esta bella ciudad.

Cordoba Ciudad Feliz

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