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Escenifica su propio nacimiento para invitar a una chica al baile del instituto

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Esta ‘promposal’ te hará llorar de la risa

Playground community

15 Mayo 2018 14:30

Después de tantísimas películas ‘made Hollywood’ que nos han puesto a la hora de comer; después de haber crecido mamando por la vía catódica de los estilos de vida de los estadounidenses, casi se podría decir que tenemos ya enraizado en nuestro exquisito ADN europeo un aceptable compendio de las tradiciones de EEUU en materias de ritos de paso.

Entre esas tradiciones, pocas destacan tanto como el mítico “Baile de fin de curso”. El ‘Promenade Dance’, la ‘Prom Night’. ¿Quien no se acuerda de Marty Mc Fly de regreso al pasado, alternando con sus propios padres adolescentes en el baile de fin de curso?

Se trata de una fiesta que celebran los púberes americanos de cuarto curso de la escuela secundaria. La jarana esta consiste en llevar a la chica que te gusta a este baile en el que ellos, habitualmente ataviados con esmoquin, recogen a la chica con su bonito vestido en la casa de sus padres. Mientras, las madres lloran desconsoladas al ver lo mayores que se han hecho sus pequeñas y los padres miran con recelo a ese saco de hormonas que piensa llevarse impunemente a la niña de sus ojos.

La prom es, entre otras muchas cosas, el lugar perfecto para dar muestra de tu popularidad en función de quien sea el chico o chica que te acompaña. Por eso el paradigma de la impopularidad es no conseguir pareja para esa noche. De ahí la presión de hacerlo bien a la hora de pedir la cita a la chica o chico.

Antes se trataba de un acto íntimo —por miedo al rechazo, claro— donde siempre el chico lo pedía a ella. Hoy en día ambos sexos se lanzan a ello como si de pedir matrimonio se tratara.

La moda de los últimos tiempos ha provocado que lejos de ser una simple pregunta, ahora se monten grandes parafernalias para solicitar a tu acompañante si quiere ir contigo al baile. Y la cosa va en serio. Algunas de las ‘promposals’ (juego de palabras entre ‘prom’ y ‘proposal’, propuesta en inglés) más curradas dejan en ridículo hasta a la más elaborada de las peticiones en matrimonio que hayamos podido ver.

Desde flashmobs, hasta escenas de teatro, recreaciones de películas, vuelos en helicóptero o una pancarta en medio del patio. Todo vale para que la chica de tus sueños te diga que sí. Hasta escenificar tu propio nacimiento en los pasillos del instituto.

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