LumiWatch es un prototipo con proyector láser y sensores que busca combatir el inconveniente del reducido tamaño en los relojes inteligentes extendiendo la pantalla a tu piel
Sí, has leído (y visto) bien: un prototipo de reloj inteligente con proyector láser y sensores te permite manejar las aplicaciones de tu teléfono móvil deslizando tus dedos sobre tu antebrazo.
El denominado LumiWatch es un gadget creado por investigadores de la Universidad Carnegie Mellon para que usuarios como tú podáis realizar alguna acción rápida, sin necesidad de coger el smartphone físico. La idea detrás del artilugio es clara: aportar valor añadido justo donde los smartwatches existentes en el mercado revelan una de sus debilidades.
Porque parte de los problemas que presentan esos relojes inteligentes —más allá de su precio—, es el tamaño de la pantalla, un inconveniente a la hora de realizar tareas y manejar aplicaciones. Y eso se viene notando en las cifras del mercado.
Por ejemplo, en 2015 la consultora eMarketer estimó que las ventas se incrementarían en un 60% durante el año siguiente, pero la subida real apenas fue del 24,7%. Y las previsiones para 2018 tampoco son demasiado halagüeñas: crecerán en torno a un 11,9%, pero en los próximos años ese crecimiento seguirá reduciéndose para caer en cifras de un dígito en 2019, según la misma consultora.
El prototipo de LumiWatch en uso
La sensación de muchos es que el smartwatch pasó de sentirse como el futuro ineludible a algo innecesario; un dispositivo caro que no resuelve ningún problema acuciante. Y eso se debe a sus problemas de usabilidad. El grupo investigador del LumiWatch ha querido resolver eso gracias a la proyección de la imagen en el brazo, con una dimensión de 1024 x 600 píxeles. Unos milímetros más le diferencian del Apple Watch (de 42 mm) pero su principal cualidad es el láser de 15 lúmenes y una matriz de hasta diez elementos sensoriales para su uso táctil sobre la piel.
Su batería dura unas 24 horas de uso no frecuente o unos sesenta minutos de proyección continua. Ahí tampoco hay inconveniente, pero sí en otra circunstancia más compleja, resuelta satisfactoriamente: el desafío de proyectar la pantalla sin producirse una distorsión es el más importante logro.
Cada brazo es distinto, irregular. Era imprescindible una calibración para cada usuario, que se ha conseguido con el gesto de deslizar el dedo para desbloquear. Así, se calibra automáticamente sin necesidad de repetir la acción con cada uso, como puede verse en estas imágenes.
¿Te ves imitando la escena de este video en un futuro próximo, mandando un Whatsapp o reproduciendo un video de YouTube desde tu muñeca con solo tocar tu piel?