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El odio contra lesbianas es una mancha que se extiende por Argentina

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Paula es lesbiana, es argentina y tiene una misión: mapear los crímenes de odio e impedir que las víctimas sean olvidadas

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21 Octubre 2019 16:25

Hay mapas de ciudades, hay mapas climáticos, hay mapas políticos... esta es la historia de un mapa de odio.

Cada 7 de marzo, se celebra en Argentina el Día de la Visibilidad Lésbica. La fecha fue elegida en recuerdo de Natalia “La Pepa” Gaitán, quien a los 27 años fue asesinada por el padrastro de su novia, el 7 de marzo de 2010.

La historia de “La Pepa” es estandarte para la militancia lesbiana argentina porque desnudó cuán lejos puede llegar el odio. Hoy, su cara sonriente está estampada en banderas y camisetas.

Paula E. (así se identifica ella en sus redes) es estudiante de Trabajo Social y hace 10 años que trabaja en el área de sistemas de una empresa. Lesbiana y activista, el año pasado notó que muchos casos de violencia hacia su comunidad pasaban desapercibidos en los medios y quedaban algo olvidados por la militancia.

“También veía que entre las personas heterosexuales hay una percepción de que las lesbianas no sufrimos violencia, que no nos violentan y que con las leyes que hay acá en Argentina no tenemos más problemas”, explica.

Pepa Gaitán Foto
Natalia "Pepa" Gaitán fue asesinada en 2010 por su orientación sexual.

En Argentina, el matrimonio entre personas del mismo género es legal desde 2010. Se llama “matrimonio igualitario” y contempla los mismos derechos para parejas hetero y homosexuales.

El país también tiene una legislación de vanguardia para las personas trans. La Ley de Identidad de Género argentina permite que las personas trans y no binarias accedan gratis a tratamientos hormonales y puedan cambiar legalmente de género y de nombre sin ninguna intervención judicial.

Pero los cambios en las leyes no alcanzan para terminar con la violencia.

Paula lo sabe bien: todo el tiempo, le llegan historias de otras lesbianas que son agredidas, discriminadas o insultadas.

“Por eso se me ocurrió la idea del mapa, para llevar un registro y ayudar a visibilizar los casos”, nos cuenta.

Cuando empezó con el mapeo, Paula estaba especialmente conmovida por algunos casos recientes, como el de Sofía, una lesbiana que en septiembre de 2017 fue insultada, primero, y golpeada después por un grupo de varones mientras iba a trabajar.

También le dolió la historia de Marian Gómez, quien en octubre del mismo año fue detenida por la policía en una estación de Buenos Aires cuando besaba a su esposa, Rocío Girat. ¿La excusa? Que estaba fumando en un espacio prohibido. Los oficiales la trataron como si fuera un varón. Tres semanas después, el Estado argentino aprobó un protocolo de actuación para el registro y la detención de personas del colectivo LGBT.

Paula también quería sacar de cierto olvido colectivo la historia de Marcela Crelz, una lesbiana de 54 años que fue degollada por su madre en octubre de 2016, porque no aceptaba que su hija hubiera empezado una relación con otra mujer.

En el mapa, Paula no solo registra situaciones de violencia física. También hay episodios de discriminación en lugares de trabajo, bares y escuelas y muchos casos de violencia institucional, muchas veces con participación de las fuerzas de seguridad.

Para alimentar el mapa, utiliza información de medios mainstream e independientes y recibe información vía redes sociales.

“Algunos pocos casos me los pasan las personas que fueron violentadas. Me ha pasado que me contacten por privado y me comentaron cómo fue la situación, entonces acuerdo con ellas qué pongo en el mapa y lo subo”.

El Estado argentino no lleva registro oficial de crímenes de odio.

Marian Gomez y Rocío Girat
Marian Gómez y Rocío Girat / Foto: Instagram

De Buenos Aires al Bolsón

Hay más de 40 hechos mapeados en Buenos Aires, pero también en otros puntos de Argentina —Rosario, Tucumán, Salta, Córdoba, La Plata, El Bolsón, etc..

Son historias de chicas que se besan en una plaza y son detenidas por actos obscenos en la vía pública”, parejas expulsadas de bares y pizzerías por estar de la mano o darse besos, una psicóloga echada de su trabajo después de anunciar que se casaría con una mujer, etcétera.

Cuando empezó el mapa, cargó 19 episodios de violencia que ella ya conocía. En un año, sumó otros 24. La mitad eran actuales: esto significa que en promedio, al menos una vez por mes una lesbiana es agredida en Argentina.

"Siendo una problemática hiperinvisibilizada, no me quiero imaginar la cantidad de casos que no me entero", dice Paula.

La situación en América Latina no es mejor: en enero de este año, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos expresó su preocupación por el crecimiento de los ataques violentos a personas del colectivo LGBTI en la región.

En Brasil, por ejemplo, una persona se suicida o es asesinada cada 19 horas víctima de homofobia. En el comunicado, la CIDH señala que “las mujeres lesbianas corren un especial riesgo de violencia sexual como resultado de la misoginia y la inequidad de género”.

Salirse de la heteronorma en América Latina se paga con el cuerpo y a veces, con la vida.

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