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Pudiera ser una paradoja, aunque en verdad probablemente sea una mera cuestión de escalada de causa y efecto. Las encuestas demuestran que en España cada vez hay mayor preocupación por la ascendencia de tendencias racistas y, a la vez, se va produciendo un incremento de gestos y acciones efectivamente racistas.
Este vídeo ha permitido ver en todos los rincones del mundo cómo, en una esquina de España, en Bilbao, se producía una afrenta de tintes racistas. Para mayor desgracia, acontece en un parque infantil y varios de los protagonistas son niños. Eso incrementa la triste sensación de que algo que no debería ocurrir sigue ahí latente, como semilla indeseable para prolongarse a través de los años venideros. A menos, claro, que se proceda a corregir esas ideas ya adquiridas con las herramientas de la cultura y de la educación en la Igualdad y la Integración.
El vídeo fue subido y comentado con lacónica tristeza por Mario Whyte Caletrio, ciudadano de Bilbao. Sus propias palabras: “Todos los negros españoles hemos sufrido este tipo de cosas alguna vez”.
Las imágenes nos permiten ver a un niño afrodescendiente, no mayor de cinco años, que no logra evitar verse discriminado a la hora de compartir los columpios y toboganes de la zona de juegos para niños de corta edad de la zona de Santutxu. Los niños subidos a los mismos lugares le hostigan verbalmente -con la capacidad propia de su edad- y con algún que otro toque de mano. Ni la presencia de la madre consigue rebajar el asedio.
La madre opta en un primer momento por llevarse a su hijo a otro columpio, a otra zona del pequeño parque de juegos en la que su crío pueda estar solo, pero parte de los niños deciden aproximarse a él mas, por desgracia, no por buenos motivos sino con la intención de proseguir con ese hostigamiento. La palabra suena un poco fuerte para tales edades, pero digámoslo para instigar a que se corrijan tales actitudes.
Al final, la madre opta por abandonar la zona de juegos con su hijo, a la espera de momentos más tranquilos y de mejores compañeros de juegos para su niño, que no den tanta importancia al diferente tono de piel.
Más de 200.000 visionados deberían hacer que alguien se avergonzase y que optáramos por compartir lo dicho por la activista afrofeminista Desirée Bela-Lobedde, quién sufrió situaciones parecidas en su infancia. Ella anima a corregir estas actitudes y a no aceptarla con la frase hecha de que “son cosas de niños”.
La serpiente sigue poniendo huevos.