La madre del pequeño persuadió a los trabajadores para que el menor pudiera subir solo y ahorrarse así el precio del boleto
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Hay personas que a lo largo de su vida vuelven a nacer. Personas que superan alguna enfermedad grave o bien se ven envueltos en algún incidente del que uno hubiera apostado que no saldrían con vida, o no del todo enteros.
Lo podéis ver en el vídeo: un niño de 5 años quedó colgando del exterior de una cabina de pasajeros de una noria. A 130 pies de altura (unos 40 metros).
Colgando, únicamente, por el cuello, aprisionado en unas barras metálicas que aseguraban la ventana por la que momentos antes había logrado colar su pequeño cuerpo.
Afortunadamente no se cumplió a la inversa aquel dicho de “si cabe la cabeza, cabe el cuerpo”.
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Sucedió en el Yuhuan Park, en la ciudad de Taizhou el pasado 24 de Septiembre. Y el niño iba solo en la cabina, en vez de acompañado por un adulto (como debe ser, aquí y en China). De acuerdo a las informaciones publicadas por el South China Morning Post, la madre persuadió a los empleados de la atracción de feria para que dejaran subir solo a su hijo para ahorrarse así los 30 yuanes (el equivalente a 3’5 euros) que le hubiera costado pagar un segundo boleto para ella.
Por ahorrarse esa cantidad se ha llevado el susto más grande de su vida. Y afortunadamente solo fue eso: un susto. Aunque como se puede percibir en el vídeo, los allí presentes vieron toda la situación, estremecidos, preguntándose si la cabeza del pequeño iba a escurrirse por entre las barras o incluso si estaría pudiendo respirar de una manera mínimamente normal. O si sus cervicales podrían soportar todo el peso sin daño.
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Así es como Xiao Liang puede decir que ha vuelto a nacer y cambiar incluso la fecha de su cumpleaños. Y su madre se lo pensará dos veces antes de dejar a su hijo a solas en una situación potencialmente peligrosa.
Nunca se sabe lo que pasa por la cabeza de un niño, y precisamente la cabeza le ha salvado en esta travesura que debió parecerle divertida al principio, cuando empezó a sacar las piernas y el torso por esa ventanilla.
Sus llantos eran oídos abajo, en la feria. Y eso era bueno, porque indicaba que respiraba. Y la cabeza fría de los técnicos de la noria también es de aplaudir, porque bajaron la cabina sin prisa, pero sin pausa. Si lo hubieran hecho más rápido quizá el movimiento hubiera logrado algún efecto colateral no deseado en vez de lo que finalmente obtuvo: un susto y algunas magulladuras en el cuello.
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Tras el incidente, las autoridades locales ordenaron el cierre temporal de las instalaciones para realizar una investigación minuciosa acerca de sus medidas de seguridad. No es para menos. Sobre todo si tenemos en cuenta que los parques de atracciones chinos tienen un historial prolijo en accidentes en los últimos años: caídas por asientos en mal estado, cinturones de seguridad rotos que producen que el ocupante salga proyectado al vacío, vagones que se salen de los raíles causando un puñado de heridos…
Lejos de nosotros el ánimo de quitaros las ganas de lograr la diversión que los parques de atracciones prometen. Aquí y en China. Pero mantened la cabeza… sobre los hombros y dentro del vagón.
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