Oh! Parece ser que estás usando adblocker y lo respetamos. Por eso podrás seguir disfrutando de nuestros contenidos sin problema pero quisiéramos pedirte que lo desactivaras para nuestro site. Ayúdanos a seguir adelante y a luchar por aquello en lo que creemos.
Content
La crueldad más tonta, para cosechar risas y likes
Playground community
09 Octubre 2018 20:45
Las maneras que tienen los humanos de ser crueles con los animales son innumerables. Hoy no toca hablar de los daños supuestamente aceptables de la cadena alimentaria. Tampoco de tradiciones o fiestas con o sin ínfulas artísticas, y que despliegan un sinfín de modos de tortura y muerte de animales. Tampoco es día de hablar de zoológicos, acuarios o circos, en los que distintas ‘bestias’ son enseñadas con técnicas nada amables a ejecutar gracietas, acrobacias y números diversos para nuestro “entretenimiento”. Eso está mal, pero existe una crueldad aún más estúpida que todas esas.
A veces, cuando menos te lo esperas alguien tiene una idea de esas que mejor se hubiera guardado. Y el objetivo puede ser cualquier mascota que haya cerca. ¿Cuántas veces no habéis oído hablar de alguien que hace fumar o beber bebidas alcohólicas, usualmente a perros o gatos? ¿O pájaros, o incluso un mono? ¿O un zorrillo, si están de camping y se acerca, asustado y hambriento?
Algo así ha sucedido en los momentos registrados por este vídeo, subido a distintas redes sociales hace unos días. En la grabación, vemos a un pez bagre que, recién atrapado por dos pescadores argentinos, está emplazado al borde de la barca. Como para hacer el chiste que estuviera acodado a la barra de un bar. Y allí, el pez parece dar sorbos a una lata de cerveza que sujeta uno de los dos pescadores junto a su boca.
Al estar fuera de su elemento, al estar asfixiándose, el pez boquea y procede a ingerir el producto, pareciendo una parodia de un ansioso bebedor. ¿Divertido?
El pobre pez está ingiriendo una bebida carbonatada y alcohólica. Tan solo con esos dos elementos ya le estamos forzando —sí, el animal está siendo forzado— a meter en su cuerpo algo que su metabolismo no está preparado para ingerir y procesar. Ni los gases, ni el alcohol, por suave que fuera la cerveza.. Dicho de otra manera: si ese animal hubiera sido puesto en libertad por los pescadores, probablemente hubiera muerto por la “broma”.
Los comentarios en redes se dividen entre los que hacen los coros a esta gracia y los que protestan contra este acto. Algunos dicen: “Al fin y al cabo, se lo llevan para comer, va a morir de todas maneras”. Pero eso no implica el disfrute de un acto cruel y de este vacuo y arrogante experimento. La cerveza por fuera, en la receta, en el momento de cocinarlo. Si no queda más remedio.
share