El profesor asegura que actuó en defensa propia, pero el vídeo muestra otra cosa
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Nadie duda de que uno de los trabajos más difíciles y comprometidos del mundo es el de educador. En cualquier lugar y circunstancia, incluso en los países más avanzados. E incluso en los países más avanzados hay jóvenes difíciles, complicados y que ponen a prueba la resistencia de las redes educativas y de la capacidad del sistema para no darse por vencidos ante las dificultades que su educación pueda conllevar.
Hay jóvenes de comportamiento errático o incluso delictivo y a través del sistema suelen verse destinados a centros especiales diseñados para implementar su educación. O así debería ser. Pero a veces algo falla. O algunos de los materiales se resienten. Y por materiales, queremos también decir personas.
Este vídeo, difundido ahora por Channel 2 Action News tras obtener la grabación en exclusiva, fue grabado en abril del año 2017 en el comedor del Alternative School de Lumpkin County (Georgia, Estados Unidos), un centro al que acuden alumnos que han tenido problemas en escuelas más convencionales.
Las imágenes recogen el momento en que un profesor llamado Tim Garner de 61 años -o sea, al que le suponemos amplia experiencia- pierde la paciencia o se extralimita en su manera de confrontar una situación con un estudiante de 17 años de edad, y que al parecer tiene un complicado expediente.
Garner buscaba que el alumno limpiase la zona del comedor que había usado y que el maestro juzgaba como inconvenientemente adecentada. El profesor añadiría en el juicio posterior que su actitud fue tal como se ve porque temía precisamente una actitud violenta por parte del alumno. Llegó a esgrimir defensa propia.
Fuera por miedo, prevención excesiva o abuso, el caso es que las imágenes demuestran que sujetó al joven violentamente por el cuello y le arrastró por una hilera de mesas sobre su propia espalda, mientras el muchacho forcejeaba por liberarse. Cuando le permite ponerse en pie, prosigue una discusión verbal hasta que el joven abandona el recinto haciendo una llamada de teléfono, ya que nunca se vio privado de su móvil.
Los vídeos grabados en entornos escolares y que muestran el uso de la violencia o la represión por parte de profesores o fuerzas del orden contratadas suelen traer las de perder para los gobernantes de los centros. Si no es un caso muy obvio de autodefensa hay un comprensible garantismo hacia los adolescentes implicados. En Estados Unidos, además, estas evaluaciones suelen verse a menudo agravadas por conflictos interraciales.
Esta agresión llevó a Tim Garner ante un juez, acusado de crueldad en primer grado contra los niños. Fue arrestado pero puesto en libertad bajo fianza por una cuantía ascendente a casi 8.000 dólares. Lo peor para Garner fue el resultado de su paso por el juzgado: la pérdida de su puesto de trabajo. Más le hubiera valido haber contado hasta 10. Él, que seguro que sabe.