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La fascinante historia real del espía que inspira la nueva serie de Netflix

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Eli Cohen organizaba las mejores fiestas de la alta sociedad Siria de los años 60. Lo que nadie sabía es que era un agente secreto del Mossad

PlayGround

23 Septiembre 2019 19:20

La historia de Eli Cohen no terminó bien. Pero su periplo como agente del Mossad le ha convertido en un héroe nacional en Israel, dónde es considerado uno de los mejores espías de la historia del país.

Cohen es el protagonista de The Spy, una miniserie de Netflix que cuenta su fascinante trayectoria desde oficinista a agente infiltrado en las altas esferas sirias en la década de los 60. La serie está dirigida por Gideon Raff y cuenta con Sacha Baron Cohen en el papel protagonista.

La serie se estrenó el pasado 6 de septiembre y está siendo, en general, bien recibida tanto por el público como la crítica. Aunque es probable que lo más impactante de la misma sea que la historia que cuenta es verídica.

Así pues, ¿quién fue Eli Cohen?

Eliyahu Cohen nació en 1924 en Alejandría en el seno de una familia judía. En 1949 sus padres y tres hermanos decidieron mudarse a Israel, pero él prefirió quedarse en Egipto ayudando a otros judíos egipcios a emigrar a Israel. Fue así como entró a formar parte de la red de espionaje israelí en el país, hasta que ésta fue desmantelada por las autoridades egipcias en 1954.

Tras la Guerra de Suez, en 1957, Cohen llegó a Israel, donde solicitó un puesto como agente del Mossad, siendo rechazado en dos ocasiones.

Tal y como recuerda la BBC, la agencia concluyó que tenía “un alto coeficiente intelectual, un coraje notable, una memoria fenomenal y capacidad para guardar secretos”, pero que “a pesar de su apariencia modesta, era extremadamente vanidoso y tenía muchos conflictos internos”.

Informes internos del Mossad describen a Cohen como una persona con "un alto coeficiente intelectual, un coraje notable, una memoria fenomenal y una capacidad para guardar secretos" que "a pesar de su apariencia modesta, era extremadamente vanidoso y tenía muchos conflictos internos“

Cohen se casó con Nadia Majald, una judía iraquí. Tal y como muestra la serie, tras ser rechazado por el servicio secreto se enfrentó a las nimiedades de la vida civil y a la angustia por no poderle darle a su esposa la vida que le había prometido al padre de ésta. Pero entonces, en 1960, su vida dio un vuelco.

Ante una situación en la frontera cada vez más tensa con Siria, la inteligencia israelí reclutó a Cohen con el objetivo de que pudiera infiltrarse en el escalafón superior del gobierno sirio.

Aprovechando que hablaba árabe con fluidez, así como inglés y francés, el Mossad le entrenó durante seis meses antes de mandarlo a Buenos Aires para que se ganara la aceptación de la comunidad de expatriados sirios en Buenos Aires, Argentina. Para todos ellos, Cohen sería Kamal Amin Thabet.

En Argentina, Cohen se presentó como un rico empresario textil que ardía en deseos de regresar a su amada patria. Logró ganarse la amistad de muchos miembros influyentes de la comunidad de expatriados sirios, entre los que se contaban diplomáticos y personal militar de la embajada.

Una de estas figuras fue el coronel Amin al-Hafez, partidario del Partido Baaz Árabe Socialista y agregado militar en la Embajada de Siria en Buenos Aires, quién después se convertiría en un contacto clave para Cohen.

En febrero de 1962 Cohen se instaló en Damasco avalado por sus nuevas amistades. Ahí empezó a llevar una intensa vida social, organizando fiestas en su casa a las que asistían funcionarios sirios de alto rango. En esas fiestas, que a menudo terminaban en orgías, se hablaba libremente sobre información confidencial. Con el tiempo, Cohen se convirtió en confidente de muchos de sus invitados, cuya confianza se ganó a base de ofrecerles préstamos en efectivo y consejos políticos.

Eli Chen pronto se convirtió en el "soltero" más codiciado de Damasco, con al menos 17 amantes conicidas, todas de familias involucradas en las altas esferas del poder en Siria

Tal y como se muestra en la serie, sus nuevos amigos le llegaron a invitar a sus despachos oficiales, a recorrer bases militares sirias de acceso restringido y puntos de alto valor estratégico, como las fortificaciones secretas situadas en los Altos del Golán, que Israel acabaría ocupando gracias a la información filtrada por Cohen.

Porque al mismo tiempo que se afianzaba cada vez más en la jerarquía política y militar de Siria, el agente secreto mantenía informados de todos sus conocimientos a sus superiores al otro lado de la frontera, ya fuera a través de mensajes en código Morse o mandando documentos de contrabando a través de Europa.

En los Altos del Golán, Cohen sugirió plantar eucaliptos para engañar a los israelíes y hacerles creer que no había fortificación allí, además de dar sombra a los soldados. Fue gracias a estos árboles que Israel pudo saber con precisión dónde estaban ubicadas las instalaciones militares vecinas, lo que facilitaría la ocupación de la región en 1967.

Con el tiempo, Cohen se hizo muy cercano a George Saif, quien ocupó un importante cargo en el Ministerio de Información. El nivel de confianza era tal que no era raro ver a Cohen sentado en la oficina de Saif leyendo documentos confidenciales mientras él hablaba por teléfono.

En 1963, su amistad con al Hafez acabó resultando especialmente valiosa cuando éste se convirtió en primer ministro del país. Hafez le invitó a banquetes y llegó a proponerle como viceministro de Defensa mientras él seguía transmitiendo toda la información que recababa al Mossad.

La creciente agitación interna que experimentaba Siria y los numerosos cambios en el gobierno empezaron a inquietar a Cohen, quien en 1964 viajó a Israel y pidió terminar su misión. El Mossad, sin embargo, le requirió regresar a Siria una vez más.

De vuelta a Siria, siguió transmitiendo información, pero se volvió menos cuidadoso. Su mayor error fue transmitir los mensajes cada día a la misma hora, lo que facilitó que la contrainteligencia siria rastreara su señal.

En enero de 1965, y gracias a equipos soviéticos de radiodetección, agentes sirios irrumpieron en el apartamento de Cohen y lo cogieron en medio de una transmisión. Fue arrestado y torturado, pero siempre se negó a dar información sobre Israel.

Tras su detención se inició una campaña global en la que diversos líderes mundiales e incluso el Papa Pablo VI pidieron su liberación, pero no hubo nada que hacer. El 18 de mayo de 1965, Cohen fue ahorcado en una plaza pública.

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