Estrenamos el nuevo videopodcast de entrevistas horizontales producido por PlayGround y presentado por Ana Polo. Su primera invitada es Desirée Bela-Lobedde, escritora, comunicadora y activista digital.
El fenómeno de los ‘podcast’ y los videopodcast está por todas partes: No descubrimos nada si decimos que la revolución de los podcast nos ha traído una diversidad de contenidos en audio y vídeo insólita hasta el momento: existe un podcast para cada género, cada temática, cada inquietud, cada grupo social, cada momento. Dentro de esa amplísima diversidad, llega algo que todavía no existía, al menos en español: un videopodcast de entrevistas en la cama. Al lado de una ventana. Con sus participantes en posición horizontal. Un programa para saber quienes son y qué piensan algunos de las mujeres más interesantes de la actualidad.
En ese sentido, ’Una habitación propia’ es un videopodcast de tono íntimo, feminista, y con algo de humor donde las entrevistas se realizan en el cuarto de la conductora; y más concretamente, con entrevistada y entrevistadora tumbadas en la cama. Charlando tranquilamente. Casi como si se conocieran de antes y estuvieran poniéndose al día.Y sí, hablamos de entrevistadas porque ni el uso del femenino ni el título -prestado- de Virginia Woolf son casualidad.
“La idea es crear un espacio feminista donde -sin hacer bandera de ello- se dé voz a mujeres e identidades disidentes.” Así define su videopodcast Ana Polo, humorista, guionista y reportera, que ya había ensayado una formula similar en programas de radio como ‘La Segona Hora’, de RAC1.
En sus propias palabras, “un lugar propio donde hablar sobre cuestiones cotidianas, proyectos, reflexiones y reivindicaciones de manera pausada y tranquila, pero no por ello menos claramente.”, advierte.
Según Ana Polo, la principal virtud de estas entrevistas es que el invitado se relaja, y cuenta cosas que hasta ese momento quizá nunca había compartido en público.
“También hay gente que ha estado a punto de dormirse”, reconoce Ana Polo. “O Gente que ha alargado muchísimo la conversación de manera innecesaria. E incluso ha habido gente que se ha sentido súper violenta por estar estirada conmigo y me ha dado las respuestas más cortas de la historia.”
Sea como sea, bajo esta premisa, y tumbadas una al lado de la otra, se rompe el registro convencional de la entrevista cara a cara. Al liberarse de las restricciones del medio se produce un tono distinto, en un entorno cálido y cómodo, el diálogo se vuelve más fresco. Ana Polo invita a las entrevistadas a entrar en la cotidianidad de su habitación creándose así un espacio íntimo entre ambas protagonistas que permite que la conversación fluya naturalmente.
“Solo le vamos a dar voz a mujeres para que puedan contar sus cosas. Que es algo que, por lo que sea, hasta ahora no se nos ha dejado hacer.”, asegura.