Ellas beben 10 veces más que hace 6 años y nadie hace nada para buscar una solución: “México se ha convertido en el paraíso del capitalismo salvaje"
Un dato preocupante que no te contarán los candidatos a las presidenciales de México: en 6 años, los menores mexicanos han duplicado su consumo de alcohol. Y aún hay más: las niñas menores de edad multiplican ese consumo de alcohol por 10 en 6 años. Si bien en 2010, el 4.3% de los niños y niñas de entre 12 y 17 años afirmaban haber tenido un consumo excesivo de alcohol el mes previo, en 2016, los casos llegaban al 8,3%.
Así lo afirmaba para SinEmbargo el sociólogo y director de El Poder del Consumidor, Alejandro Calvillo según los datos proporcionados por la Encuesta Nacional de Adicciones con motivo del cercano tercer debate presidencial, en el que se abordarán cuestiones sobre salud pública: “considerando que estas cifras tienden a estar sub-representadas, podemos decir que alrededor de uno de cada diez menores de 12 a 17 años declaró tener un consumo excesivo de alcohol el mes previo”.
Foto: Cuartoscuro
En el caso de las niñas, el aumento es más preocupante y se considera que es el mayor en toda la población. Mientras que en 2010 era del 0,4%, en 2016 alcanzó el 3.9%, es decir, que se ha multiplicado por 10. Las tendencias deberían servir para activar alarmas, pero nadie mueve ningún hilo respecto a esta peligrosa subida en las niñas. No se buscan razones sociológicas ni se intenta entender las causas para atajar el serio problema. “En México no tenemos campañas contra el consumo que muestren que el 6.5% de las muertes prematuras están causadas por su consumo, su vínculo con accidentes viales, con embarazos no deseados, con violencia y descomposición familiar”, dice Calvillo.
Y añade: “¿Sabrán acaso que el 77% de las muertes en nuestro país están causadas por enfermedades no transmisibles y que la mala alimentación, el tabaco y el alcohol son sus principales causas?”, se preguntaba Calvillo. “O, de plano ya están cooptados por las grandes corporaciones y sus asociaciones que han tenido cooptados funcionarios y legisladores?”.
La preocupación no es extraña en otros países como España. Los expertos coinciden con el sociólogo en señalar estrategias preventivas y regulaciones que gobiernos como el islandés habían aplicado con éxito: se pasó de no poder circular los viernes por la noche porque las ciudades se llenaban de jóvenes emborrachándose en la calle a tener una de las juventudes más sanas de Europa. Esta fue su receta para el éxito: informar sobre los riesgos, controlar la publicidad, subida de los impuestos, prohibición de venta a los menores de 20 e incluso de la venta en supermercados. Por otro lado, se estimuló a los jóvenes con un nutrido programa de actividades extraescolares.
En el caso mexicano, el alcohol ha visto incrementada su disponibilidad con la multiplicación de los supermercados Oxxo (a los que también se les señala por su papel en la epidemia de diabetes y obesidad, ya que apenas ofrecen productos frescos y saludables). Pero hay algo todavía más importante, tal y como señala Calvillo: que los que deberían ser regulados tengan el poder de dictar la regulación.
La publicidad sobre alcohol permea fácilmente en los jóvenes mexicanos, según cuenta el activista: entra en las escuelas de la mano de premisas como el consumo responsable, se anuncia en las camisetas de los deportistas, se sirve y se anuncia en los estadios y en los conciertos de música. Para rematarlo, es barato y no se le presenta batalla con campañas de advertencia.
“México se ha convertido en el paraíso del capitalismo salvaje, en el que el Estado deja el campo libre a los grandes intereses económicos sin importar sus prácticas y los daños que generan al medio ambiente y a la salud”.
[Vía SinEmbargo]
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