El sándwich "super arcoíris vegano" se elaboró con leche de coco cuando se suponía que era apto para alérgicos a los lácteos
Primero fue el caso Natasha en 2016. La muerte de una chica de 15 años encendió todas las alarmas de la pobre política de información de alergias alimentarias de la empresa Pret a Manger y, de rebote, del Reino Unido. Ahora sale a la luz un segundo caso mortal, del año 2017. Todavía no ha trascendido la identidad de la víctima, pero otro sándwich vegano de la cadena británica está en el centro de la polémica.
Son dos casos mortales resumidos en dos errores garrafales claramente evitables:
Una baguette de alcachofas y pasta de aceitunas machacadas que contenía semillas de sésamo. Según los carteles informativos del local, supuestamente se especificaban todos los alérgenos.
Baguette de alcachofa, aceitunas y tapenade
Y un sándwich vegano arcoíris que contenía yogurt de coco. Según los carteles informativos del local, supuestamente estaba libre de lácteos.
Super-Veg Rainbow Flatbread
En el primer caso, la cadena se defendió de las acusaciones alegando que había cumplido las leyes estatales informando con los carteles correspondientes. Algo que la familia de la chica siempre ha negado.
En el segundo caso han culpado directamente a la empresa de productos veganos Coyo por suministrar ingredientes deficientes, retirando todos los productos afectados tan pronto como fueron informados del incidente. Coyo ha contraatacado y las dos empresas han cruzado demandas por injurias y especulaciones sin pruebas.
Los dos casos tienen en común la ausencia de información en la etiqueta. Algo que la empresa no está obligada a modificar con las leyes vigentes de la Unión Europea que delegan a cada país la decisión del método de información de las alergias alimentarias: etiquetas, carteles o vía oral. En el Reino Unido se obliga a las empresas de restauración a informar con carteles, pero no con etiquetas en cada producto.
El etiquetado de Pret a Manger
La presión social y mediática tras la muerte de la adolescente lograron que Pret a Manger cediera pese a su oposición inicial y acabase aceptando a regañadientes cambiar el etiquetado de todos sus productos recién hechos.
Un comunicado del CEO de la empresa así lo testifica:
"Quiero decir nuevamente lo mucho que lamentamos la pérdida de Natasha. Dije que aprenderíamos de esta tragedia y aseguraríamos cambios significativos Espero que estas medidas nos ayuden a impulsar el cambio en la industria para que las personas con alergias estén tan protegidas e informadas como sea posible. El etiquetado completo de ingredientes se introducirá en todos los productos que se elaboran en cocina. Las etiquetas enumerarán todos los ingredientes, incluidos los alérgenos ".
El director ejecutivo deja claro que no es solo un problema de Pret a Manger. Es un cambio global que debería afectar al sector y a todo Reino Unido.
Familia de Natasha ante los medios
Los padres de Natasha han reaccionado cuando ha salido a la luz la muerte de otra persona: "Estamos increíblemente tristes. Nuestros corazones están con la familia en duelo", dijeron.
Pret a Manger se ha visto obligada a un lavado de cara tras la muerte de la primera víctima. Está por ver si este segundo caso afectará a la confianza de sus consumidores porque algo mucho más trascendente que una gran empresa alimentaria contra las cuerdas está en juego: ¿es segura la comida recién hecha que compramos? ¿Quién vigila a los encargados de darnos de comer? ¿merecen un mejor trato las personas con alergias alimentarias?
Ahora toda la presión recae sobre Food Standards Agency, la agencia encargada de legislar todo lo que afecta a la política de alergias alimentarias en Reino Unido y que dio el visto bueno a un producto deficiente (y peligroso) que se vendiera en Pret a Manger y también en supermercados y otras tiendas de alcance global.