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Nuestra alimentación determinará el futuro (y sus pandemias)

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Foto: Irene Strong | Unsplash
 

Ganadería intensiva, trata ilegal de animales y disrupción de hábitats resultan una combinación desastrosa de la cual pueden emerger nuevas enfermedades

Laura Marajofsky

24 Marzo 2020 23:55

¿Qué vínculo tienen las nuevas enfermedades virales con la manera en que nos alimentamos y tratamos a los animales (ganadería intensiva, trata ilegal de animales, disrupción de hábitats)? Pues resulta que bastante. Luego de semanas de paranoia y titulares siguiendo el avance de la epidemia, se están empezando a vislumbrar replanteos en relación a los verdaderos causantes en esta nueva época de pandemias desconocidas. Nosotros.

O como se plantea en una editorial reciente de Wired Magazine, “es hora de admitir que como civilización la opción de usar animales para producir carne ya ha quedado demodé”, tanto por ser considerada una opción de crueldad hacia los animales, pero también por ser un sistema poco sostenible para el ambiente y además extremadamente inseguro.

Una de las teorías que han resultado plausibles sobre el origen del nuevo coronavirus es que apareció en la carne y los animales de un mercado ilegal en China y que del huésped animal -aún no identificado- pasó a los humanos. Es por ello que numerosos especialistas están instando a analizar las circunstancias estructurales y culturales que permiten estos saltos zoonóticos (virus que van desde los animales a los humanos) y producen las llamadas zoonotic diseases como el Corona y otros antes de esa -SIDA, Ébola, SARS y la lista sigue.

Pero la aparición de enfermedades zoonóticas no es algo nuevo, lo que sucede es que muchas veces no trasciende a la prensa masiva porque los brotes son controlados o no se expanden tan rápida y mortalmente.

De hecho, al parecer estos “saltos” suceden continuamente, sólo que no siempre éstos coinciden con sutiles adaptaciones o mutaciones que permiten que el virus se transmita más eficientemente de humano en humano. Asimismo, mientras que el virus puede ser inocuo para un animal acostumbrado a convivir con cientos de ellos, no así para un humano, y mucho menos uno debilitado por las dietas industriales o sobre-acostumbrado a los antibióticos como la mayoría de la población.

Crecimiento y destrucción

David Quammen, autor del libro "Spillover: Animal Infections And The Next Human Pandemi", resume las variables que precipitan la ecuación del desastre: población humana en crecimiento, ganado en condiciones poco higiénicas y destrucción de los hábitats naturales.

¿Un cambio copernicano en nuestra alimentación?

Por suerte, las circunstancias que dan origen a estas nuevas pandemias no sólo están siendo miradas más de cerca, sino que tenemos la tecnología para reducir los riesgos modernizando, por ejemplo, la manera en que comemos. Acá la cultura también entra en juego, repensando nuestros hábitos y tomando conciencia de su impacto en el ambiente.

Sabiendo que tanto los animales criados como enjaulados son el vehículo ideal para el contagio debido a sus condiciones de hacinamiento, baja higiene, altos niveles de estrés y abuso de antibióticos, tanto la carne cultivada (carne cultivada directamente de células animales) como de origen vegetal son dos opciones que están cada vez más cerca del público masivo.

Sacar a los animales del sistema es más fácil de lo creemos”, sigue la nota, en tanto se citan estudios que demuestran que para el consumidor comer carne es una experiencia sensorial que puede ser replicada combinando aminoácidos, grasas y minerales. “Ningún animal tiene que ser cazado o maltratado y no tenemos que entrar en riesgo para poder disfrutar una jugosa hamburguesa”. El tiempo y el mercado dirán.

Supermercados del futuro

¿Y cómo serán los supermercados del futuro? Desde espacios con mayor tecnología (el advenimiento de una era donde predomine el online shopping desde tu casa gracias a drones) o tiendas con agrodiversidad y la eliminación total de plástico en los packagings.

¿Podríamos inspirar a la industria para que haya un futuro mejor en materia alimentos? Se pregunta Mike Lee, del proyecto The Future Market, un laboratorio experimental donde se hacen predicciones respecto de cómo estarán diseñadas los supermercados del futuro.

Uno de los aspectos destacados por los futorólogos es la descentralización, ya que hoy en día para hacer nuestras compras debemos acudir a un lugar específico a determinadas horas, pero un cambio de paradigma va revertir esta lógica haciendo que las tiendas se amolden a las necesidades del consumidor y sumando opciones que ya existen como delivery y compra remota, que además prevengan amontonamientos y contagio.

Los súper como grandes granjas customizadas

Otra característica que marca Lee es que los supermercados del futuro se volverán productivos, y serán espacios donde la comida no sólo se compre, sino que también se produzca. Ya sea con indoor o roof farming (cultivos en el techo o interiores) para vegetales o mini-laboratorios donde se cultive carne ofreciéndole al cliente frescura y trazabilidad.

Nuevos productos eco para cuidar el ambiente

¿Pero qué pasa con la comida en sí misma en estas tiendas del futuro? Desde The Future Market Project proponen pensar que los alimentos del mañana serán mejores en lograr alinear tres variables: ser buenos para la gente, el planeta y el negocio. Como la salud y la sostenibilidad deberían ser escalables se trata de pensar en productos diseñados especialmente para abordar todas estas cuestiones (fideos de algas, snacks de desechos vegetales, alimentos con especies que no sean una plaga para el ecosistema).

Las tiendas que se distinguirán serán las que ofrezcan más biodiversidad y envases ecológicos. Adiós al plástico no sólo en bolsas sino en empaques. La gente podrá llevarse la comida directamente de las granjas-super en contenedores reusables o biodegradables.

Por último, como especula Elizabeth G. Dunn sobre el tema, es insoslayable reparar en que el derrotero ambiental hará que la escasez de recursos o la extinción de ciertas especies y el riesgo de pandemias cambien nuestras dietas. “La mayoría de los especialistas consultados coinciden en que comer animales (pescado o carne, salvaje o de granja) se convertirá en un privilegio reservado para los más ricos“.

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