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Artículo Los “abominables” consejos de GoFundMe para recaudar dinero contra el cáncer Life

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Los “abominables” consejos de GoFundMe para recaudar dinero contra el cáncer

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Los “abominables” consejos de GoFundMe para recaudar dinero contra el cáncer
 

Poder curarse del cáncer nunca debería parecerse a tener 'likes' en Instagram. Pero esto es exactamente lo que promueve GoFundMe

Franc Sayol

11 Diciembre 2019 18:28

'Seis consejos para recaudar fondos contra el cáncer que te ayudarán a recaudar más dinero'. Se lee como uno de los titulares de Clickhole, la web satírica que parodia las páginas clickbait. Pero es real. GoFundMe publicó hace unos días un artículo que explicaba exactamente lo que anunciaba su titular. El objetivo, decían, era "ayudarte a encontrar alivio financiero para que puedas concentrarte en tu salud". Decimos 'decían' porque el artículo ha sido despublicado. Al parecer los responsables de la plataforma de crowdfunding se han dado cuenta de la perversidad del asunto. Bernie Sanders lo definió como una “abominación” en Twitter. Y no le falta razón.

GoFundMe fue fundada en 2010 por dos expertos en marketing viral, Brad Damphousse y Andy Ballester. Mientras plataformas de crowdfunding preexistentes como Kickstarter o Indiegogo estaban pensadas para ayudar a artistas y emprendedores a llevar a cabo sus ideas y proyectos, GoFundMe se centró en recaudar dinero para causas personales, lo que ellos llaman “aquello que te importa”. Esto podía ser desde un viaje de fin de curso a un regalo para un compañero de trabajo a punto de jubilarse. En la práctica, sin embargo, se ha convertido en la plataforma a la que recurrir en situaciones desesperadas: actualmente, 1 de cada 3 campañas son para causas médicas.

En Estados Unidos, donde el 60 por ciento de las bancarrotas que se producen cada año están en parte causadas por las facturas médicas, cada vez más gente se ve obligada a acudir a páginas como GoFundMe para hacer frente a los tratamientos médicos que necesitan. La búsqueda de la palabra “cáncer” da 3.409.988 resultados. Que la gente disponga de este recurso no es un problema en sí mismo. Es perfectamente lícito que una persona enferma agote todos los recursos a su alcance para intentar curarse, faltaría más. Pero tal y como un portavoz de GoFundMe reconocía a GQ, “una plataforma de crowdfunding no puede y no debe ser una solución a problemas complejos y sistémicos que deben resolverse con políticas públicas significativas”. Entre otras cosas, porque iniciar una campaña de GoFundMe no es una garantía de nada.

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Pero volvamos a los 'Seis consejos para recaudar fondos contra el cáncer que te ayudarán a recaudar más dinero'. Seis consejos que, por algún motivo, en realidad solo son cinco. Algunos responden al sentido común: 'Sé transparente sobre tus necesidades financieras' o 'Comparte con los demás tus necesidades'. Otros, en cambio, resultan más problemáticas. Especialmente el que hace referencia a la necesidad de 'Escribir una historia cautivadora para recaudar fondos'. En otras palabras: demuestra que tú mereces más el dinero que otro enfermo de cáncer.

Como la mayoría de espacios de internet, GoFundMe es un campo de batalla. Por cada historia de éxito hay miles de campañas que no alcanzan sus objetivos. El funcionamiento de la página es algorítmico, por lo que cuantas más donaciones recibes más exposición obtienes. En la práctica, esto significa que para aumentar tus posibilidades de superar un tumor debes dominar los códigos de las redes sociales y la viralidad. Sobra decir que ser fotogénico o tener un círculo social amplio nunca deberían condicionar tus posibilidades de acceder a un tratamiento médico. Pero esto es exactamente lo que está provocando GoFundMe con sus “ consejos para recaudar dinero contra el cáncer”. Está convirtiendo la posibilidad de curarse en una competición por ver quién capta más y mejor la atención de los internautas.

En su libro L'économie de l'attention : Nouvel horizon du capitalisme?, Yves Citton explica como la atención se ha convertido en “la forma hegemònica del capital". También reflexiona sobre lo problemático que resulta dejar que la lógica capitalista reconfigure nuestros regímenes atencionales. Internet prometía ser una herramienta democratitzadora, pero en la práctica la saturación de contenido provoca que solo obtengan un beneficio los pocos que logran atraer la atención. Recordemos: 3.409.988 resultados cuando se busca 'cáncer' en GoFundMe. No hace falta decir que el número de personas que nunca llega a recaudar el dinero que necesitan es inmensamente superior al de las que sí lo logran.

Una de las consecuencias de esta necesidad de llamar la atención es que obliga a aquellos que quieren lanzar una campaña a explicar su enfermedad a millones de desconocidos. Si ya resulta complicado hablar de los problemas de salud con tu círculo cercano, hacerlo en internet puede ser traumático. Al hacerlo, la propia intimidad se convierte en moneda de cambio. La presión para auto-exponerse es uno de los efectos secundarios de medir nuestra valía en función de las redes sociales. Pero mantener la privacidad nunca debería ser un privilegio, y mucho menos en una situación ya de por sí complicada como una enfermedad.

En última instancia, la decisión de quién recibe dinero y quién no lo hace se reduce al capricho personal de los donantes. Un mecanismo perfectamente válido cuando se trata de pagarte la luna de miel. Pero poder permitirse el tratamiento de una enfermedad potencialmente mortal es algo demasiado serio como para dejarlo en manos de la arbitrariedad de los usuarios. O peor: de un algoritmo. Como ocurre con todo lo que tenga que ver con la viralidad, descifrar qué funciona y qué no en GoFundMe es mucho más complicado de lo que pueda parecer. Recientemente, The Atlantic lo intentó averiguar en un artículo que analiza casos de éxito y fracasos.

Entre los primeros está el caso de Chauncy Black, un joven negro que vivía en la pobreza hasta que un hombre llamado Matt White le conoció en el aparcamiento de un supermercado y decidió contar su historia en GoFundMe. Inició una campaña llamada Chauncy's Chance, estableciendo un objetivo de 250 dólares; los que necesitaba Black para comprarse cortacésped y así poner en marcha un negocio de jardinería. La iniciativa acabó volviéndose viral y tras aparecer en los telediarios nacionales acabó recaudando 342.106 dólares. El propio White reconoce en el artículo que el éxito de la campaña fue un “accidente” que debe atribuirse, en gran parte, al “timing”: coincidió el momento más crítico del movimiento Black Lives Matter.

Luego está el caso de Laila Roy, una mujer de Memphis a la que le tuvieron que extirpar el páncreas, el bazo y partes de su estómago e intestino delgado tras ser diagnosticada con pancreatitis hereditaria. Con tal de sufragar un transplante de páncreas, su marido Richard inició una campaña llamada “Transplante para salvar la vida de una madre de Memphis”. Richard compartió fotos de sus hijos y un vídeo de Laila hablando sobre su diagnóstico. Pero nada de esto sirvió. Durante los días posteriores al lanzamiento de la campaña, ni una sola persona contribuyó. A día de hoy solo han podido recaudar 4.888 dólares del objetivo de 72.000. Un fracaso que dejó al matrimonio preguntándose por qué ellos no y otros sí.

El artículo de The Atlantic intenta responder a esta pregunta. Una de las ideas que se apunta es que en mundo inundado de malas noticias, la gente quiere algo que los haga sentir esperanzados. Es por ello que las campañas que se vuelven virales en GoFundMe tienden a seguir un patrón similiar: una persona relativamente acomodada se topa con alguien que merece una vida mejor y comparte su historia; entonces, extraños de buen corazón donan un puñado de dólares para, en el lenguaje optimista de GoFundMe, ayudar a "transformar una vida". Este positivismo también tiene que ver con la posibilidad de anticipar un final feliz. Algo que, desgraciadamente, no siempre es posible con el cáncer.

La meritocracia que promueve GoFundMe es caprichosa y tiende al absurdo. Solo así se explica que alguien pueda recaudar 15.880 dólares en 48 horas para un gato que se ha quedado atrapado en una lavadora y en cambio una persona con una grave enfermedad como Laila sea ignorada. The Atlantic apunta en su artículo que la plataforma “es un espejo que refleja quiénes somos y qué es lo que más nos importa”. Una idea a la que le falta un matiz clave: se trata de un espejo de quiénes somos (o queremos ser) en las redes sociales. Y probablemente ese sea el último lugar dónde habría que mirar para tratar una cuestión tan capital como la financiación de la sanidad.

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