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Cuando una mujer se enamora de una niña

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La novelista catalana Elisabet Riera publica la carta de amor de una mujer madura a su obsesión más íntima: Luz

Luna Miguel

25 Febrero 2017 16:56

Las lolitas nacen, crecen, nos enamoran y mueren.

Ninguna nínfula, por especial que sea, por poderoso que sea su nombre o su corazón, sobrevive al destino cruel de la desaparición. No son sus constantes vitales lo que  a menudo se detiene —aunque quizá en el caso de las más conocidas, Lolita y Monelle, así sea—, es el fuego de su deseo el que se apaga al terminar su historia.

Las lolitas nacen, crecen, nos enamoran y mueren.

Y precisamente ese proceso es el que describe al detalle el nuevo libro de la catalana Eslisabet Riera, Luz, que ahora publica Sexto Piso. Esta especie de carta o de novela breve que a ratos peca de cursilería y que las más de las veces está narrada de una manera valiente y estremecedora, lleva en su interior una historia de amor entre una mujer joven y una niña adolescente.

Aunque la narración en sí guarda el esquema clásico de las novelas de nínfulas —la curiosidad, el enamoramiento, la conquista, la ruptura y la soledad de la voz narradora lejos ya de su lolita— lo cierto es que Elisabet Riera ha conseguido abrir algunas nuevas vías para abordar este amor.

Pero lo interesante de su novela no es que la figura de Humbert —perdón por llamarla así, pero se hace difícil encontrar otro sinónimo mejor que “enamoradizo pedófilo”—  sea una mujer. De hecho, hay buenas novelas protagonizadas por ellas: El lector, de Bernhard Schlink, Las lecciones peligrosas, de Alissa Nutting, o Lolito, de Ben Brooks. Ni tampoco que la relación entre esta Humbert y su lolita sea lésbica.

El paso más acertado de Elisabet Riera con su Luz es el de analizar los motivos que llevan a una persona adulta a obsesionarse perdidamente de alguien más joven. En este caso esos motivos son la soledad, la pérdida y la ruptura. La mujer madura de Luz había crecido sin madre y acababa de romper una relación intensa, y quizá por eso vio en su lolita —¿lucecita?— una vía de escape. Una manera de convertirse ella misma en una figura maternal para su nínfula, al tiempo que olvidar a su anterior pareja con alguien completamente ajeno al universo de las relaciones adultas y a las responsabilidades que estas conllevan.

Las lolitas nacen, crecen, nos enamoran y mueren.

Los adultos se obsesionan, se desenamoran y muy a su pesar sobreviven.

Ese debería ser el resumen de Luz, de Elisabet Riera, y ese debería ser el único motivo para que el lector se acercara a su carta de amor con curiosidad y cariño.


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