China inaugura el puente de cristal más largo del mundo

Dice un viejo adagio que el vértigo no es el miedo a caer, sino el deseo de saltar. Esa frase seguro que resonaba en la cabeza de algunas de las personas que la semana pasada se acercaron a la inauguración del puente que cuelga sobre uno de los más altos cañones del parque natural de Hongyagu, en la provincia china de Hebei. Un paisaje espectacular y una atracción aterradora para los que sufren de vértigo. Mira.

El año pasado, el arquitecto Keith Brownlie describía su primer paseo por el puente colgante del Parque Nacional de Zhangjiajie como una experiencia única en la que se entremezclan miedo y belleza. “Es la relación entre el miedo impulsada por las emociones y la comprensión lógica de la seguridad”, decía. “Estas estructuras se encuentran en el límite entre esos dos sentidos de contraste y la gente a la que le gusta desafiar su mente racional en relación con su miedo irracional”.

Entonces, el de Zhangjiajie, en la provincia china de Hunan, pasaba por ser el puente de cristal más largo y alto del mundo. Ya no lo es. Desde el pasado 23 de diciembre, esa distinción recae sobre el nuevo puente de Hongyagu.

Glass suspension bridge — 488-metres long — opens to public today in Hongyagu scenic sport in north China. pic.twitter.com/u8fLZPu4pH

— Ajit Singh (@ajitbirsingh) 24 de diciembre de 2017

El puente tiene 488 metros de longitud, 2 metros de ancho y está situado a una altura de 218 metros. Para que te hagas una idea, se trata de una altura equivalente a un edificio de 66 plantas.

La pasarela se compone de 1.077 lamas de vidrio transparente de 4 centímetros de espesor, con un peso total de 70 toneladas. “Nuestro puente con suelo de cristal puede soportar hasta 3 mil personas", asegura Yang Shaobo, gerente del Grupo Hebei Bailu. “Pero para asegurar la seguridad de todos los turistas, solo aceptamos 600 a la vez”.

La física de materiales nos asegura una experiencia segura, pero ya sabemos que el vértigo no entiende de lógica. El día de la inauguración, muchos de los más de 3.000 turistas que viajaron hasta Hongyagu disfrutaron con la experiencia. Otros se quedaron literalmente sin aliento.