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"La ambigua legislación de los zoos no protege el bienestar de los animales"

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El anuncio del cierre del delfinario de Barcelona vuelve a reabrir la polémica sobre la necesidad de cerrar los zoológicos

clara gil

01 Febrero 2017 06:00

Cada vez más partidos políticos incluyen en sus programas alusiones a la protección de los animales. Mientras tanto, la sociedad civil y las organizaciones no gubernamentales son el principal motor de cambio. Sin embargo, el muro contra el que todos topan es el mismo: la falta de una normativa clara que regule, asegure y proteja de forma efectiva los derechos de los animales.

El Gobierno de Barcelona, con Ada Colau al frente, ha anunciado el cierre del delfinario de la ciudad. Esta decisión ha reabierto la polémica sobre la necesidad de mantener zoológicos en las ciudades. De momento, no se sabe dónde irán a parar los cuatro delfines que actualmente residen en el delfinario, pero la opción de invertir diez millones en su reforma ha quedado fuera de la mesa.

No es la primera vez que el zoo de Barcelona recibe críticas. El partido animalista PACMA ya alertó el pasado año sobre la muerte de ocho animales mientras se llevaban a cabo las obras de reforma del zoológico, gestionado por BSM (Barcelona Serveis Municipals), la subcontrata que también gestiona, entre otras actividades, el parque de atracciones del Tibidabo o los servicios de aparcamiento de la ciudad.

La asociación animalista Libera! filtró un vídeo hace cinco años que mostraba las condiciones de las instalaciones en este zoo. También dio a conocer el sacrificio de dos crías de nilgo.



Desde el zoo de Barcelona aseguran que sus instalaciones están en perfectas condiciones y que no existen "sótanos oscuros", tal como denunciaba Libera! También dijeron que el centro cumple con la normativa europea, además de estar trabajando en un proyecto para transformar el modelo del zoo.

PlayGround también ha podido hablar con un trabajador del recinto que asegura que, si bien muchas instalaciones podrían mejorarse, el zoo de Barcelona cumple la mayoría de los requisitos, teniendo en cuenta la capacidad económica de la que dispone.


Sin una normativa de protección de los derechos de los animales

Pero, ¿en qué consiste esa citada norma europea? En 1987 se elaboró un Convenio de Bienestar Animal en el marco comunitario que, según denuncian desde PACMA, "es papel mojado", ya que no recoge una verdadera normativa que proteja los derechos de los animales. España ha tardado 28 años en firmarlo. Se adhirió en 2015.

En 1999 la Unión Europea avanzó un pasó más y emitió la Directiva 1999/22/CE que regula los zoológicos y núcleos zoológicos. La legislación apenas hace referencia al bienestar de los animales. Sus bases son "la conservación de las especies animales y la función educativa de los centros". La legislación, además, deja en manos de cada país miembro la interpretación de la normativa. España la aplicó a toda prisa en el 2003 bajo la Ley 31/2003. Pero ¿de qué manera?

"En España cada Comunidad Autónoma interpreta la normativa como le parece. Nos encontramos frente a 17 tipos de interpretaciones donde la motivación económica tiene más peso que la conservación animal y la fomentación de la educación", explica Alberto Díez de Infozoos, la ONG que engloba a FAADA, Anda y Born Free y que se dedica al seguimiento de las condiciones de los 130 zoos legales que existen en España.

La entrada a estos recintos cuesta, de media, 20 euros y según el informe presentado por la ONG animalista Libera! una familia española gasta un promedio de 100 euros en un día en el zoo.

La ONG (Infozoos) ha conseguido cerrar zoológicos tan terroríficos como el de Toledo. Y está en proceso de transformar otros tantos como el de Castellar, en Andalucía, o el de Cangas de Onís.

En el siguiente vídeo, de La Ruina y Jaime Alekos pueden verse las condiciones en las que mantenían a los animales del zoológico de Toledo:



Entre la ambigüedad y el vacío legal

"No hay una normativa europea de protección de animales ni nunca la habrá", zanja Díez. El Tratado de Lisboa (el análogo europeo de una Constitución) atribuye a los animales la categoría de "seres sintientes". Sin embargo, no ha sido la ley si no la presión social de las ONG'S y los partidos animalistas quienes han conseguido eliminar, poco a poco, la utilización de animales en espectáculos o el tráfico ilegal.

La Unión Europea deja en manos de cada país miembro la regulación y creación de estas leyes y tan solo opera en los ámbitos de Sanidad y Seguridad Alimentaria. Y, aunque pueda sorprender, España no es de los peores países en cuanto a legislación y maltrato animal. Italia y Alemania lideran el ránking, según explica Infozoos.

La regulación de parques zoológicos tampoco recoge qué condiciones debe tener cada especie animal, ni las dimensiones para garantizar su bienestar. Las pautas, además de las mencionadas, recogen que el espacio debe estar "abierto al público".

No hay una normativa europea de protección de animales ni nunca la habrá


"Ahí radica otro de los vacíos de la normativa. La misma ley también recoge el concepto de núcleo zoológico pero no especifica nada más. Puede incluir desde refugios de animales o santuarios hasta criaderos ilegales o zoos encubiertos con especies exóticas. La legislación los engloba dentro de la tenencia de animales, que puede ir desde tener cinco perros y sin apertura al público", continúa Díez.

"Por eso es necesaria una normativa más completa y que analice todos los supuestos. Tenemos contabilizados 130 zoos legales, pero hay núcleos zoológicos que no entran dentro de esta categoría y que pueden estar cometiendo irregularidades contra los animales", añade.

AIZA (Asociación Ibérica de Zoos y Acuarios) ha elaborado una guía sobre las condiciones óptimas que debería tener cada instalación para conseguir que los animales estén en perfectas condiciones, como los metros que debe tener cada instalación, las necesidades concretas de cada especie o la atención sanitaria que precisa cada animal. 

 Por otro lado, la facilidad de adquirir una licencia para montar un zoo dificulta que se garantice el cumplimiento de la normativa y que el bienestar de los animales esté por encima de la motivación comercial. 

"Actualmente se han endurecido las condiciones. Existen más inspecciones y seguimientos para asegurar que las especies estén en un entorno favorable. Pero todavía es necesario un trabajo conjunto que implique la coordinación de todos los especialistas: veterinarios, técnicos de seguridad, biólogos y pedagogos", agrega Diez.


¿Zoos buenos y zoos malos?

¿Pueden existir zoos buenos? Según Alberto Díez sí. Existen zoológicos que han transformado su modelo y que optan por operar más como santuario que como centro zoológico y que priorizan la labor de conservación de especies por encima del interés económico. Un ejemplo es El Karpín, en Vizcaya. Se trata de zoo tradicional que, en su momento, decidió cambiar su modelo comercial y centrarse en la conservación de especies autóctonas.

Otro ejemplo es PrimaDomus, en Alicante, centrado en primates y felinos, todos provenientes del tráfico ilegal, de los circos que cierran o de particulares que abandonan.

Sin embargo, PACMA y Libera! lo tienen claro: "Ningún zoo es bueno. Son cárceles para los animales. No tiene sentido seguir manteniendo a los animales en cautividad para divertimento de unos y negocio de otros. Muchos dicen que el objetivo es la preservación de las especies y después devolverlos a su hábitat, pero eso nunca se cumple y, si se hace, los procesos de readaptación de estos animales son un fracaso", explica Barquero, de PACMA.

Ningún zoo es bueno. Son cárceles para los animales. No tiene sentido seguir manteniendo a los animales en cautividad para divertimento de unos y negocio de otros. Muchos dicen que el objetivo es la preservación de las especies y después devolverlos a su hábitat, pero nunca se cumple y sis e hace los procesos de readaptación de estos animales son un fracaso


"El último ejemplo es el del zoo de Barcelona, que ahora ha traído tres leones marinos, un macho y dos hembras tan solo para seguir conservando la exhibición del animal. No tiene ningún sentido", apostilla.

PACMA ha denunciado en más de una ocasión la situación de estrés que sufren los simios, que no dejan de balancearse sobre ellos mismos o de arrancarse el pelo, o de la situación del rinoceronte blanco adquirido por el zoológico de Madrid. "Son animales que necesitan andar kilómetros y que necesitan criarse en manadas y no en soledad", aseguran desde el partido.



"Lo que debería hacerse es fomentar desde el Estado y desde la Unión Europea una normativa que proteja los derechos de los animales y elimine de una vez por todas los zoos", asegura la portavoz animalista. "Es necesario que se concedan ayudas para todos los santuarios y refugios de animales que favorecen su conservación y bienestar, y que lo hacen sin ningún tipo de ayuda pública", concluye Barquero.

Por su parte, Libera! ya cuenta con un proyecto para transformar los modelos de los zoológicos: ZOOXXI. "La idea es que acaben desapareciendo y que en su lugar se utilicen las tecnologías para fomentar la educación y la empatía hacia los animales", dice Leonardo Danselmi, su portavoz.

Para su desarrollo han contado con gran número de académicos y, entre sus principales peticiones, que también comparte el grupo político de la CUP en el Ayuntamiento de Barcelona, es que los zoológicos dejen de depender de la cartera de Economía —como sucede en Barcelona— o de la Consejería de Interior  —como pasa en Madrid— y se gestione desde Medio Ambiente.

"Parecerá una tontería, pero el hecho de que la gestión y las decisiones se tomen desde Economía no hace más que mercantilizar a los animales", explica Danselmi, de Libera!

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