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AMLO aceptó liberar al hijo de ‘El Chapo’, ¿hizo bien?

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La detención de Ovidio Guzmán desató balaceras en Culiacán y, con tal de frenar la violencia, el gobierno de México prefirió liberarlo

Pablo León

18 Octubre 2019 21:34

La tarde del jueves, México miraba con consternación cómo la ciudad de Culiacán se convertía en zona de guerra. Delincuentes organizaron tiroteos, retenes y quema de vehículos en reacción al arresto de Ovidio Guzmán, hijo del narcotraficante “El ChapoGuzmán.

Pero por la noche, esa consternación se convirtió en extrañamiento cuando las autoridades admitieron haber liberado a Ovidio, con tal de que los criminales dejaran de aterrorizar la capital de Sinaloa.

El terror generado no tiene medida para la comunidad que lo sufrió, pero en términos numéricos, el saldo oficial es de ocho muertes: un civil, un militar, cinco presuntos delincuentes y el interno de un penal, donde 49 reos aprovecharon el caos para fugarse.

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Delincuentes hicieron retenes y quemaron vehículos en Culiacán.

En las primeras horas del viernes, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), asumió públicamente su respaldo a la decisión de liberar al hijo del capo, pues muchas vidas se encontraban en riesgo.

“Se decidió proteger la vida de las personas y yo estuve de acuerdo con eso porque no se trata de masacres, ya eso se terminó. No puede valer más la captura de un delincuente que las vidas de las personas”, argumentó en su conferencia mañanera.

Violencia en aumento

Esta semana ha sido sumamente violenta en México. El lunes, 13 policías fueron emboscados y asesinados en Michoacán, y dos días después, 14 presuntos delincuentes y un militar murieron en un enfrentamiento en Guerrero.

Durante la primera mitad de 2019, el país alcanzó un récord de asesinatos. 17 mil 608 personas fueron víctimas de homicidio y feminicidio, con una tasa de víctimas 4.4% mayor que la del año previo.

De hecho, desde 2006, la violencia en México crece y crece.

La “guerra contra el narco” que emprendió el expresidente Felipe Calderón y la estrategia que continuó su sucesor Enrique Peña Nieto han derivado en más de 250 mil asesinatos y 40 mil desapariciones.

¿Hizo bien el presidente en aceptar la liberación de Ovidio Guzmán?

Si la pregunta apunta a qué es más importante, ¿detener a un capo o evitar más muertes? La respuesta es obvia y siempre será más relevante la protección de la vida.

Pero no es la única pregunta. ¿La estrategia de seguridad que se implementa es la que se necesita? ¿La Guardia Nacional no tiene capacidad para enfrentar al narco? ¿Los servicios de inteligencia están desmantelados? ¿Qué consecuencias tendrá la ejecución de un operativo deficiente y potencialmente trágico? ¿Cuántos territorios ha perdido el Estado mexicano ante el crimen organizado?

¿Hizo bien AMLO? Quizá. ¿Qué hará ahora?

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