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Una escultura de una alumna de Bellas Artes de la Universidad de Granada ocupa todas las charlas de bar y de los pasillos de la alcaldía de La Gran Sultana. La obra creada por Inma Ferrero contiene trozos de vulva en una bandeja de plástico como si fuera carne a la venta en un supermercado y lleva el nombre de Carne de vulva.En la etiqueta del paquete se lee: "Puede contener trazas de semen, uñas, o restos de parte de mujer".
Y ESTO ha sido demasiado para Ciudadanos, el partido político que ha exigido que la escultura se retire por "herir sensibilidades" poniendo sobre la mesa el debate de los límites del arte y el poder de la censura.
La obra -muy importante- viene acompañada de un texto explicativo que el visitante se puede llevar a casa:
"Critica a la trata de mujeres con finalidad sexual. Se calcula que la trata de personas con fines de explotación sexual es el negocio criminal con mayor crecimiento de todos y en el cual las mujeres y niños son las grandes víctimas. Nada de esto sería posible sin la otra cara del negocio: los clientes".
A Ciudadanos no le importa que Andalucía, con 18.230, sea la región con más prostitutas de toda España, según la última ponencia en el Congreso de los Diputados.
A Ciudadanos le interesa mucho menos que la extinta Fundación Andaluza Fondo para la Formación y el Empleo (Faffe) se gastara 31.969 euros en prostitución entre 2004 y 2009.
Ciudadanos no ha criticado nunca a los clientes de la prostitución que en España generan 18.000 millones de euros al año.
Lo que censura es la escultura de una alumna de Bellas Artes.
La obra forma parte de la exposición colectiva A la calle, donde 200 alumnos exponen sus trabajos en distintos espacios urbanos granadinos. Por lo que han comunicado portavoces de la universidad, la escultura ha sido trasladada del patio del Ayuntamiento a la Casa de San Matías, sede del Festival de Música y Danza, por expreso deseo del partido político después de las quejas de algunas personas.
La Universidad de Granada no quiere que Carne de vulva sea la piedra de fuego para exigir un protocolo mayor que pretende establecer un mecanismo que regule las exposiciones en los espacios municipales y evalúe si una obra de arte es apropiada o no para todos los públicos.
El vicerrector de la Universidad de Granada y una de las comisarias de la exposición han expresado su preocupación por el tinte conservador de la medida: "Entrar a censurar es un tema delicado. La obra denunciaba la trata de mujeres y ha conseguido ser provocativa y llamar la atención", dice el vicerrector. "No es justo que la opinión pública se quede con eso. Se trata de una polémica política. En Granada no están acostumbrados a cierto tipo de obras y seguramente puede generar cierta susceptibilidad en determinados sectores de la sociedad que no la entienden. En la Universidad trabajamos para que puedan convivir distinto tipo de ideologías y se respeten todo tipo de opiniones", ha dicho la comisaria en declaraciones recogidas por Diario de Sevilla.
La Delegación de Estudiantes de la Facultad de Bellas Artes de la UGR ha emitido un comunicado defendiendo a su compañera y criticando la censura: "Queremos mostrar nuestra desaprobación y enfado con la retirada de la obra de arte. Queremos darle todo nuestro apoyo, aquí nos tiene para lo que necesite", señalan los representantes que no comparten la idea de poner límites en el arte y relacionan la polémica con el cambio político en la comunidad autónoma.
