Colombia elige a su nuevo presidente: ¿vuelve la línea dura?

En la segunda vuelta de las presidenciales, el candidato Iván Duque ha resultado vencedor con un 53,9% de los votos. Impulsado por Uribe, Duque es conocido por su oposición frontal a las Farc, lo que ha hecho que muchos cuestionen si el acuerdo de paz conseguido en 2016 seguirá en pie. El propio Duque, de hecho, ya ha advertido que la paz añorada «tendrá correcciones». También ha dicho al respecto: «Hoy todos somos amigos de los que queremos la paz y debe ser una paz que permita a la base guerrillera su normalización a la vida pública».

«No más divisiones —ha dicho Duque en un discurso también marcado por un ánimo conciliador—. Para mí es muy importante decirles a ustedes, y a toda Colombia, que no hay ciudadanos vencidos. Quiero ser el presidente que dé el mismo amor a los que votaron por mí a los que no lo hicieron. Hay que pasar la página de la polarización, la página de los agravios».

Al poco del discurso de Duque, el partido de los ex integrantes de las FARC ha emitido un comunicado en el que resume su posición sobre la nueva elección: «Solamente esa unidad, transformada en organización y movilización, podrá detener la tentación de los sectores más retardatarios de la política nacional, de profundizar los odios y las diferencias de todo tipo, con el único fin de perpetuar sus privilegios».

Por su parte, el adversario de Duque, Gustavo Pero, se ha mostrado contundente con los resultados: «Nos ganaron diciendo que éramos ateos —ha dicho—, que hemos matado a gente, que íbamos a volver a Colombia como Venezuela. Todo eso es mentira». Y también: «Aceptamos su triunfo. No le vamos a pedir ministerios ni embajadas ni nada. Hoy somos la oposición a ese Gobierno».