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Artículo "El permiso de paternidad tiene que potenciar que los hombres cuiden solos" Now

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"El permiso de paternidad tiene que potenciar que los hombres cuiden solos"

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Lo más frecuente es que el permiso paternal se comparta en simultáneo con el de la madre. ¿Pero por qué es tan importante que los hombres aprendan a cuidar solos?

anna pacheco

20 Julio 2018 13:46

Hay algo que se repite cuando hablas con varios padres: los primeros días de paternidad no te enteras de nada. Se pasan volando. Entre el mareo de las visitas y la burocracia que exige dar una identidad a ese nuevo bebé se consumen los primeros días. No te has dado ni cuenta y tu vida ha cambiado por completo. Desde este año, el permiso de paternidad en España se ha ampliado de cuatro a cinco semanas. No está mal si se tiene en cuenta que hace solo cuatro años, el padre disponía de trece días. Y hace unos pocos más, tan solo de dos o tres.

Lo cierto, sin embargo, es que las cuatro o las cinco semanas tampoco significan gran cosa y a muchos se le hacen cortas. En este artículo de El Confidencial, el periodista Álvaro Rigal subrayaba la necesidad de alargar los permisos. “Acabo de volver de mi baja de paternidad y no entiendo por qué es tan corta”, titulaba el artículo en el que relataba su experiencia como padre primerizo con una baja de cuatro semanas.

En el imaginario social, la maternidad ha sido vista tradicionalmente —con razón— como una cuestión femenina. Al fin y al cabo, ella se embarazaba, paría y luego pasaría 16 semanas cuidando del bebé prácticamente en solitario. La propuesta parlamentaria admitida a trámite en el Congreso y por unanimidad nos aproxima a otros modelos europeos en el sentido de que iguala y hace intransferibles los permisos entre padres y madres. De aprobarse formalmente, el objetivo sería alcanzar 16 semanas (cuatro meses) para cada uno de los progenitores en 2020. Al poco de conocerse esta propuesta, surgieron las primeras críticas o dudas que señalaban, en primer lugar, que es más urgente ampliar los permisos de la madre que igualar los del padre. La OMS considera insuficientes las 16 semanas de maternidad y recomienda que, al menos, el permiso debería garantizar 24.

“Tenemos una insuficiencia para con la crianza y para el cuidado. Es evidente. Pero nosotros consideramos que la equiparación es lo más urgente”, señala Virginia Carrera, portavoz de la Plataforma por Permisos Iguales e Intransferibles (PINA). Hace más de diez años que esta asociación batalla por un proyecto de ley, hecho conjuntamente con Podemos, que llega ahora, y tan tarde, por el bloqueo de partidos como el PP y Ciudadanos. Pero, para varios expertas consultadas, el proyecto de ley (aún en tramitación) tiene que incidir en un hecho más allá de la equiparación y la intransferibilidad: el hombre tiene que cuidar solo, tiene que aprender a hacerlo.

“El hombre tiene que tener que asumir el cuidado y la responsabilidad del bebé un tiempo en solitario, cuando la mujer se ha reincorporado al trabajo. Es muy diferente el rol que ocupa el hombre cuando se encuentra apoyando a la mujer que cuando está ‘solo ante el peligro'” (Gerardo Meil, catedrático de Sociología)

“El hombre tiene que tener que asumir el cuidado y la responsabilidad del bebé un tiempo en solitario, cuando la mujer se ha reincorporado al trabajo. Es muy diferente el rol que ocupa el hombre cuando se encuentra apoyando a la mujer que cuando está ‘solo ante el peligro”, explica Gerardo Meil, catedrático de Sociología en la Universidad Autónoma de Madrid.

Meil ha realizado diversas investigaciones analizando y estudiando los permisos paternales. El resultado, explica, es concluyente: los hombres que llegan a pasar una temporada a solas con el bebé desarrollan un vínculo más fuerte y esto a su vez tiene consecuencias directas en el ámbito de la vida doméstica. El problema es que esto, ahora, ocurre en extrañísimas ocasiones. Solo cuando la mujer cede parte de su permisos al padre. Ocurre menos del 1% de las veces. O cuando el padre pide una excedencia. Rara vez sucede ya que normalmente es el sueldo masculino el que hay que preservar. O cuando el padre solicita las cinco semanas de paternidad al finalizar la baja de la madre —las cinco semanas solo se pueden coger en bloque, ininterrumpidas, excepto una semana—.

“En la práctica eso de reservarse el permiso para después tampoco se da porque existe aún en el imaginario que la baja paternal se coge inmediatamente después del parto de la madre y porque también es lógico que los progenitores necesiten, al menos, dos semanas juntos para organizarse y tomar el pulso a una nueva vida familiar”, explica Meil. Por lo tanto, esa imposibilidad de fragmentar el permiso, de no poder dividirlo o utilizarlo a lo largo de un año, dificulta enormemente que los hombres gocen de la paternidad en solitario. El resultado: hombres cuidando durante un mes al bebé, pero junto con la madre; y cuidándolo de forma accesoria el resto del tiempo.

"Por qué no está todo hecho, si llevas todo el día aquí"

Roger Torrentsgenerós tiene 39 años y fue padre en agosto del año pasado. Tanto su pareja como ella, se acogieron a los permisos normales (16 semanas para ella, 4 para él) en España empalmándolos con algunas semanas de vacaciones. “Acabé mi baja con la sensación de que dejaba a mi pareja con toda la carga y sin haber podido disfrutar mucho de mi hijo”, explica Torrentsgenerós a PlayGround.

“Después de la baja, fue duro. Mi pareja cuidaba sola del hijo y yo no entendía muy bien qué implicaba todo eso. Yo trabajaba y no entendía por qué llegaba a casa y aún había cosas por hacer si ‘ella tenía todo el día’ para hacerlo. Tuvimos alguna que otra discusión, yo no lo veía de la misma manera”, cuenta.

“Todo cambió cuando estuve a solas con el bebé. Estuve más conectado, pasé muchas horas con él. Me sirvió para darme cuenta del esfuerzo que implica el cuidado de un bebé. Entendí el trabajo que implica preparar la ropa, los pañales, la comida, etc” (Roger Torrentsgenerós, padre)

A los pocos meses, por un cambio de convenio en la multinacional norteamericana para la que trabaja, él se benefició de un permiso ampliado que se aplicó con carácter retroactivo. Le tocó un mes más. Ahora sí, en solitario, empezó a entender muchas cosas.

“Todo cambió. Estuve más conectado, pasé muchas horas con él. Me sirvió para darme cuenta del esfuerzo que implica el cuidado de un bebé. Entendí el trabajo que implica preparar la ropa, los pañales, la comida”, argumenta. En otras palabras lo describía este otro padre primerizo en una columna en Verne. Este padre español, pero residente en Alemania, describe como una suerte de revelación el momento en el que se da cuenta de que “no va a tener tiempo para él, para escribir, para leer”.

El cuidado del bebé sumado a las tareas del hogar, y la planificación familiar, absorben el día a día de un modo antes inimaginable. Algo que el autor del texto era incapaz de entender o siquiera percibir cuando llegaba de trabajar, después de todo el día fuera, y se dedicaba a acurrucar un rato o a jugar con la niña antes de meterla a dormir. Y, al día siguiente, volvería a marcharse antes de las nueve.

Marc Balfagón es otro padre primerizo, en esta ocasión de dos gemelas. Balfagón cuenta que él se lo ha podido organizar de una forma más libre gracias a su trabajo de autónomo.

"No me imagino cómo lo hubiéramos hecho si yo hubiera tenido un trabajo normal y el permiso paternal correspondiente. Es claramente insuficiente", explica a PlayGround. Balfagón reconoce que su caso es excepcional, en el sentido de que, incluso, trabajando pasa más tiempo en casa y es capaz de reconocer "la carga brutal" que implica el cuidado de bebés y las tareas del hogar. También cree que habría que ampliar mínimo un año las bajas de los progenitores y resalta la contradicción que se dará con los futuros permisos de 16 semanas: la mujer española tendrá uno de los más cortos de Europa y los hombres uno de los más largos. "Tener un tiempo tan corto, además, crea una desigualdad social entre aquellas familias que pueden costearse guarderías, y las que no, o las que cuentan con una red familiar de apoyo, y las que no". Esta observación es compartida desde la PINA. "Un año es un mínimo imprescindible para no tener que empezar a buscarte la vida cuando el bebé solo tiene cuatro o seis meses".

“Esta es una de las chapuzas o trampas que contemplan los actuales permisos, incluso el extendido a cinco semanas”, explica Carrera. "Hay muy pocos hombres cuidando a solas de sus hijos con todos los refuerzos de estereotipos y roles que ello implica". Desde la PINA insisten en que este es uno de los elementos claves de su propuesta —aún en trámite y que esperan concretar en los próximos meses—. “Es esencial favorecer que 10 o 14 semanas de las 16 las pasen en solitario. Es esencial para que el bebé crezca con referentes masculinos y femeninos, para favorecer el potencial cuidador de los varones y para que las mujeres dejemos de estar etiquetadas como 'menos disponibles", explica.

“Esto no es un debate sobre maternidades, estamos hablando de derechos laborales, de que hombres y mujeres puedan cuidar. Es una cuestión de justicia social" (Virginia Carrera, portavoz de la PINA)

Por supuesto, las políticas y las leyes ayudan, pero también es exigible y necesario un cambio de mentalidad a partir de una educación adecuada y en perspectiva de género. El estudio realizado por Meil dedica un informe a las Nuevas formas de paternidad en profesiones masculinizadas a partir del caso singular de unos 15 guardias civiles con permisos parentales en solitario. El estudio revela que, incluso en estos casos, algunos hombres hacen frente a comentarios sexistas por acogerse a la baja paternal. El comentario más oído: "Vaya vacaciones que te vas a pegar". El autor de Verne explica situaciones parecidas vividas en Alemania —por cierto, uno de los países con bajas más largas, pero igualmente desiguales entre hombres y mujeres—. En este país es habitual que la mujer disfrute de unos 13 meses de permiso maternal. El hombre, entre 3 y 4.

Así relata este hombre las primeras veces que sintió cuestionada su capacidad cuidadora solo por pertenecer al género masculino:

"Supe que algunos hombres llaman "vacaciones para padres" al permiso por paternidad, como si cuidar de un bebé no supusiera un trabajo, sino una excusa para no trabajar. "¡Quedarte en casa!" me decían otros sorprendidos... "¿Y tu mujer?"", describe en el texto.

“Esto no es un debate sobre maternidades, estamos hablando de derechos laborales, de que hombres y mujeres puedan cuidar. Es una cuestión de justicia social”, explica Carrera, desde la PINA. El actual modelo de permisos es un generador de desigualdad social: penaliza a la mujer exclusivamente, aumenta la brecha salarial —que alcanza el 38% cuando la mujer tiene hijos— y potencia la figura de la mujer como “trabajadora de riesgo”. O lo que es lo mismo, mientras no asumamos ciertos cambios sociales y estructurales, contratarnos seguirá sin salir a cuenta y el padre seguirá sin ocupar un rol protagonista durante la maternidad.

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