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Juncker concede a la ultraderecha una Europa blindada a los inmigrantes

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“Europa no puede acoger a toda la clase media africana”, declaró el portavoz de la Comisión Europea antes de que Juncker presentara su plan

Margaryta Yakovenko

12 Septiembre 2018 10:51

“No hay ningún imperio que haya sobrevivido sin proteger sus fronteras”, declaraba ayer ante la prensa Margaritis Schinas, actual portavoz de la Comisión Europea. Jean-Claude Juncker no ha querido ir tan lejos, no ha querido calificar a la UE como imperio -las terribles consecuencias de esa dialéctica durante el siglo XX no quedan muy lejos- pero el plan ya está en marcha.

El presidente de la Comisión Europa, al que le quedan apenas 250 días de mandato, ha presentado este miércoles sus propuestas hasta mayo de 2019 ante el Parlamento Europeo reunido en Estrasburgo. A pesar de que se ha referido a la necesidad de activar el voto de la mayoría frente a la unanimidad para desbloquear directivas en el Parlamento Europeo, y también a la necesidad de un control digital para hacer frente a la lucha terrorista y a las intervenciones de terceros países en las elecciones europeas, la inmigración ha sido el punto clave de su intervención.

“Necesitamos reformar a fondo la política migratoria, no podemos esperar a que llegue un nuevo barco a nuestras costas”, ha declarado Juncker antes de esbozar el nuevo paquete de la Comisión al respecto.

La intención es reforzar la ya creada Guardia de Fronteras y Costas. Aumentarla en 10.000 agentes más. Dotarla de una partida presupuestaria propia, de uniformes. La idea de la federalización de esta guardia paneuropea de fronteras bebe directamente de la manera de protección de la frontera de EEUU. De hecho, Schinas no puso este martes reparos en admitirlo: “Europa tiene que proteger sus fronteras como EEUU”, una declaración que despierta casi las mismas dudas que el precio social de las fronteras de Trump.

La política de puertas abiertas defendida por Merkel hace tres años queda suprimida en la frase que ha pronunciado Juncker este miércoles en Estrasburgo: “Tenemos que acelerar el retorno de inmigrantes ilegales”. Las nuevas medidas de la Comisión pretenden permitir la inmigración, pero solo la que interesa, la legal, la cualificada.

“Europa no puede acoger a toda la clase media africana”, dijo este martes Schinas. Por eso los presupuestos irán destinados al blindaje y no a la acogida. El propio portavoz de la Comisión admite que la nueva propuesta de Juncker hará que “muchos países estén contentos con ella. Sobre todo Europa del Este, el Sur de Europa y la Italia de Salvini”.

A apenas ocho meses de las elecciones al parlamento europeo y ante el despertar masivo de las fuerzas neofascistas por toda Europa, el mandato del conservador Juncker ha querido hacerles una pequeña concesión. Un regalito con la idea de que la derecha tradicional no pierda fuelle el próximo mayo y que sus votantes no acudan en desbandada a los partidos extremistas. En Bruselas han pillado el mensaje. Las bravuconadas de Salvini y los cánticos de Chemnitz se han encargado de dejarlo claro.




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