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La tibieza es un privilegio

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A Vox no lo vota "el obrero de derechas". El fascismo acaba de entrar en las instituciones españolas por la vía del odio a las mujeres y las rentas medias-altas

Ignacio Pato

03 Diciembre 2018 13:04

Es oficial: el fascismo ha entrado en las instituciones españolas mediante el odio a las mujeres. Once escaños de Vox acompañarán en el parlamento andaluz al de Francisco Serrano, un juez negacionista de la violencia machista y que se considera a sí mismo "víctima del yihadismo de género".

PP y Ciudadanos abrieron sin tapujos anoche la puerta a un pacto de gobierno con una fuerza que recoge en su programa la derogación de la Ley Integral contra la Violencia de Género. Eso suena a mera actividad administrativa comparado con lo que en realidad piensa el partido por boca de Serrano: que otorgar una mínima seguridad por ley a las mujeres es causa de suicidios masculinos en lo que él denomina directamente "genocidio de hombres".

Eso en la comunidad autónoma que más asesinatos machistas ha registrado en 2018: de las 36 estatales, 10 eran andaluzas.

Fascismo útil

En la ciénaga reactiva, infinitamente mejor que en el terreno de las propuestas, es donde se mueve mejor Vox. Acabar con el estatuto andaluz y devolver poder al centralismo madrileño ha sido, junto a la reacción misógina, otra de sus fuerzas internas. Las externas las hemos visto todos a través de titulares y tertulias que han acabado irresponsablemente por legitimar a la ultraderecha. A medida que crecía en los sondeos de intención de voto, la de Vox se resignificaba no solo como una papeleta válida y compartida con decenas de miles de andaluces -y españoles-, sino sobre todo como un voto útil.

El mito del obrero de derechas, edición 2018

Frente al resto de candidatos de la derecha que medían cada palabra, Vox ha sido el original frente a la copia. El mito del obrero de derechas se desvanece atendiendo a los datos. Según los publicados por eldiario.es, vemos más bien que a mayor renta media y estudios superiores, más voto a la ultraderecha de Vox. Bajado a un caso de la capital, andaluza, en el distrito sevillano de Los Remedios sigue arrasando la derecha ahora con Vox como segunda fuerza y en Cerro-Amate, con caída de la participación, sigue dominando el PSOE y Adelante Andalucía. Entre ambos hay hasta un 56% de diferencia de renta.

Sobre sexo y voto a Vox, queda el informe de Metroscopia para el grupo editorial Henneo. Según este sondeo, el voto a Vox es masculino en un 72%.

El antifascismo repentino de Susana Díaz

El escenario que se abre ahora no invita al optimismo. Por un lado, está Susana Díaz llegando tarde a plantear un cordón sanitario contra Vox. Primero porque ella misma se ha encargado de nombrar a Vox en campaña para sacar rédito electoral tratando de llevar a PP y Ciudadanos más a la derecha. No ha funcionado. Pero quizá lo peor sea que este repentino ataque de antifascismo no encaje demasiado bien con la vehemencia con que la propia Díaz pedía el artículo 155 contra Cataluña antes incluso del 1 de Octubre.

Por otro, el hecho de que anoche mismo PP y Ciudadanos corrieron a eliminar todo misterio: pactarán con Vox, o al menos hablarán con el partido fascista para formar juntos gobierno. La única puerta abierta a la esperanza democrática es esa foto de Moreno Bonilla o Marín estrechando la mano de Vox y el lastre político que puede suponer para ambos partidos -fuera de Andalucía- unir sus siglas a las del partido de Abascal y desgastarse en una legislatura que tampoco se preve simple.

La bienvenida

Todo mientras retumba en nuestros oídos que "Vox ha venido para quedarse". La frase fue repetida ayer varias veces por el director de Al Rojo Vivo Antonio García Ferreras, entre lamentos porque el partido impedía la entrada de la cadena a su hotel anoche, pero retransmitiendo en directo el discurso del secretario general y el del cabeza de lista.

"Somos la reconquista y hemos venido para quedarnos", decía también un Serrano eufórico ante sus votantes. Match.

Mientras, en plató, con el habitual tono de emoción profesional del que está viviendo un acontecimiento más parecido a una Nochevieja que a la llegada del fascismo al parlamento andaluz, Ferreras hablaba de "las derechas", liquidando conceptualmente la posibilidad de separación entre una derecha democrática, antifascista, y Vox.

"Han venido para quedarse". Como si hablara de Rosalía o de Solari.

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