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En 2017, los ordenadores para minar la criptomoneda emitieron 69 millones de toneladas de dióxido de carbono
08 Noviembre 2018 15:51
Que el uso del coche es perjudicial para el medio ambiente y contribuye a acelerar el cambio climático es sabido por todo el mundo. Pero tal vez sorprenda saber que una moneda virtual también podría llegar a traer consecuencias negativas sobre nuestro planeta.
Dos estudios recientes -publicados en Nature Climate Change y Nature Sustainability- sostienen que el uso generalizado de bitcoins podría elevar la temperatura de la Tierra hasta 2ºC en los próximos quince o veinte años. ¿La razón? Su fabricación.
El creador del universo bitcoin, Satoshi Nakamoto -un seudónimo-, estipuló que la cantidad máxima de criptomonedas que se podrían llegar a fabricar estaría limitado a los 21 millones de bitcoins y que para alcanzar esta cifra se deberían resolver complejos cálculos informáticos, una tarea que realizan los llamados mineros con la ayuda de potentes ordenadores.
Según los estudios, el elevado consumo de electricidad que necesitan estas computadoras para resolver los cálculos puede contribuir de forma negativa al cambio climático en las próximas dos décadas. Para hacer esta aproximación, los investigadores se basaron en el análisis de los ordenadores utilizados en 2017 para la fabricación de bitcoins y descubrieron que habían emitido 69 millones de toneladas de dióxido de carbono.
Y eso significa que la criptomoneda tendrá un impacto negativo sobre el calentamiento global si es adoptada masivamente por la sociedad y, sobre todo, si el sector eléctrico no evoluciona hacia una descarbonización que produzca una energía más limpia. Es decir, hoy por hoy, las consecuencias que la criptomoneda puede tener sobre el cambio climático están estrechamente ligadas a un futuro sostenible del sector de la electricidad.
¿Y por qué no se reduce la electricidad de los ordenadores destinada a fabricar bitcoins? Porque esto implicaría hacer más sencillos los cálculos, lo que volvería el sistema mucho más frágil, haría aumentar la cantidad mineros y podría facilitar las fabricación de falsificaciones. Y eso, al final, conllevaría a la devaluación de la criptomoneda.
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