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¿Casualidad? Va a ser que no
28 Abril 2020 16:14
Islandia, Nueva Zelanda, Finlandia, Taiwán, Alemania, Noruega y Dinamarca son siete de los países del mundo que mejor respuesta están dando a la crisis provocada por el coronavirus. Y todos ellos tienen algo en común: están liderados por mujeres.
¿Se trata de una simple casualidad teniendo en cuenta que menos del 7% de los países están gobernados por una mujer? Es muy difícil responder a esta pregunta, sin embargo, vamos a explicar quiénes son estas líderes políticas y qué han hecho de diferente para que la tasa de mortalidad y de infecciones de los países que dirigen sean tan bajas.
Licenciada en física y doctora en química cuántica, Merkel preside uno de los países más grandes de Europa. Desde el inicio de la pandemia se dirigió a los alemanes de manera calmada y les dijo que era un virus peligroso, que podía llegar a contagiar el 70% de la población y que había que tomárselo seriamente.
Y así lo hizo ella. Merkel impuso medidas estrictas desde el principio, activó a todos los recursos sanitarios del país, movilizó a todas las empresas de biotecnología y puso en marcha un plan para realizar muchos tests de COVID-19. Alemania es el país europeo que más tests a la semana realiza, unos 350.000, y que tiene más camas de hospital para los pacientes de coronavirus. El país dirigido por Merkel tiene 83 millones de habitantes y es uno de los países del mundo con una tasa de mortalidad más baja; ha habido menos de 6.000 fallecidos.
A pesar del alto riesgo de contagio debido a su proximidad con la China continental, Taiwán ha controlado la pandemia como ningún otro país, y a día de hoy solamente han habido 6 muertes y unos 400 infectados. ¿Cómo es posible? En enero, su presidenta Tsai Ing-wen, profesora de derecho y abogada, implementó 124 medidas para evitar la propagación de la pandemia sin tener que imponer el confinamiento total a sus ciudadanos.
Entre estas medidas, destacan la producción de dos millones de mascarillas diarias, la realización masiva de tests para identificar a los infectados y la restricción de vuelos provenientes de Wuhan, Hong Kong y Macao cuando aún no había ninguna persona contagiada. La implementación de todas estas medidas fue muy eficaz, y de hecho, hace pocos días Taiwán envió 10 millones de mascarillas a Europa y Estados Unidos.
Nueva Zelanda seguramente sea el país más exitoso del mundo en la lucha contra el coronavirus. Esta isla basa su economía principalmente en el turismo, sin embargo, su primera ministra, Jacinta Ardern, decidió cerrar las fronteras del país cuando solamente había 6 infectados y pidió a la población que se aislara de manera voluntaria. Ardern fue clara y estricta desde un inicio, se bajó el sueldo un 20% a ella y a todo su gobierno e igual que han hecho las otras líderes mencionadas en este artículo, también apostó desde el principio para realizar pruebas masivas a toda la población. ¿El resultado? 19 muertes en un país de casi 5 millones de habitantes.
Cuatro de los cinco países nórdicos están dirigidos por mujeres. Islandia, Dinamarca, Finlandia y Noruega tomaron medidas de prevención enseguida y ahora tienen una tasa de mortalidad y de infectados muy baja en comparación con todos los otros países europeos. Suecia, el único país nórdico que no está liderado por una mujer, no quiso imponer una cuarentena ni cerrar las escuelas y negocios, sin embargo, su número de fallecidos y contagiados es mucho más elevado que el de sus países vecinos.
Con tan solo 34 años, Sanna Marin, es la jefa de estado más joven del mundo. Recientemente se ha publicado una encuesta que muestra que el 85% de los fineses creen que Marin está gestionando correctamente la pandemia. En cambio, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, cuenta solo con la aprobación del 41% de los norteamericanos. Entre las distintas medidas que implementó Marin destaca la de contactar con influencers para que a través de las redes sociales concienciaran a personas de todas las edades. Finlandia es un país de 5,5 millones de habitantes y tiene 4.500 infectados y 190 fallecidos.
Por su parte, la primera ministra islandesa ha optado por ofrecer pruebas de coronavirus gratuitas a todos los ciudadanos islandeses y así ha conseguido algo que ningún otro país ha logrado: testar al 10% de su población. Esta medida es distinta a la mayoría de países del mundo que han limitado los tests a las personas de alto riesgo o a los que presentaban síntomas. Además, meses antes de que llegar el virus a esta isla de unos 360.000 habitantes, ya se estaban haciendo pruebas a visitantes e islandeses que volvían a Islandia desde otros países. Y también pusieron en marcha un sistema tecnológico de seguimiento de todas las personas infectadas para así poder detectar los casos potenciales sin tener que cerrar escuelas y negocios. Islandia tiene 1700 infectados y 10 fallecidos.
Y otro ejemplo de país con ideas innovadoras es Noruega, donde su primera ministra organizó una rueda de prensa dirigida exclusivamente a los niños. Es decir, solamente ellos podían hacerle preguntas. Durante esta, respondió directamente a las cuestiones de muchos niños de distintos lugares del país, y les explicó que era normal que estuviesen asustados y que tomaran precauciones. Actualmente, los niños noruegos son los primeros en protegerse y en pedir a sus padres que tomen precauciones. Noruega, con solamente 7500 infectados y 200 muertos, ya ha anunciado que reabrirá pronto algunos negocios y escuelas.
Finalmente, la primera ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen, también reaccionó rápidamente a la pandemia, realizando tests masivos a la población, haciendo un seguimiento de los infectados y garantizando el 70% del sueldo a las personas confinadas de manera voluntaria aunque estas pierdan su trabajo. Dinamarca tiene 8.500 contagios y han fallecido 420 personas.
Estos siete países de tamaño, características y situaciones geográficas distintas tienen un número de contagios y una tasa de mortalidad mucho inferior a la mayoría de estados del mundo. Sus jefas de estado han demostrado la máxima eficiencia a la hora de enfrentarse a la pandemia y comparten una serie de características comunes: realización de test masivos a la población, medidas preventivas y estrictas desde un inicio, capacidad de decisión y ejecución rápida, transparencia con los datos, mensajes claros y empáticos, innovación en las soluciones y un liderazgo colaborador y compasivo.
¿Todas estas características se deben al hecho de ser mujeres? Probablemente no. Algunos estudios apuntan que las mujeres tienen que estar mucho más preparadas que los hombres para alcanzar posiciones de poder, y por lo tanto, las que llegan a gobernar son políticas muy competentes. Otros estudios revelan que las mujeres tienen una manera distinta de liderar que podría ser beneficiosa para la mayor parte de estados del mundo.
Quizás sea demasiado pronto para sacar conclusiones claras, pero no lo es para reconocer que a nuestro mundo le hacen falta muchas más mujeres políticas en el poder.
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