La macrocausa por corrupción brasileña ha salpicado Colombia tras la muerte fulminante de un testigo clave y el envenenamiento de su hijo
La investigación del caso Odebrecht, uno de las tramas de corrupción más complejas de Brasil, ha dado un nuevo giro. Esta vez, es la justicia de Colombia la que investiga el caso y la que también podría salir salpicada políticamente por este escándalo. La trama envuelve principalmente a la constructora Odebrecht por crear toda una red criminal basada en sobornos para conseguir concesiones de obra pública en más de 12 países, entre ellos, Colombia o Perú.
Ahora, los medios vuelven a poner el foco en este caso después de la muerte fulminante de un testigo clave del caso y la muerte, tres días después, de su hijo envenenado. Las muertes en raras circunstancias han levantado todas las sospechas.
Según revela el diario El Comercio, Jorge Enrique Pizano, trabajó como ingeniero interventor en una de las obras que al parecer habría conseguido de forma ilícita la macro constructora brasileña en Colombia. Pizano ya se percató de estas irregularidades hace diez años y en el 2015 llegó a informar al ahora fiscal general de Colombia, Néstor Humberto Martínez, de sus sospechas de sobornos. Entonces, Martínez aún no era fiscal, sino asesor jurídico del grupo Aval.
Los sobornos que pagó Odebrecht en Colombia para garantizar la entrega de contratos en la Ruta del Sol II, una de las principales vías, ascendieron unos 28,62 millones de dólares
Este hombre, cuyo testimonio era esencial en el juicio, apareció muerto el pasado jueves en su casa, a pocos kilómetros de Bogotá. Según recoge El Tiempo, Pizano temía por su vida, y no solo por el cáncer linfático que sufría, y llegó a pedir a un medio que esperaran a que marchara del país, o a que falleciera, para publicar una entrevista que había concedido. Esos audios fueron publicados cuatro días después de su muerte. En un principio se dijo que la muerte fue provocada por un infarto.
No solo eso: el caso se ha tornado aún más sombrío cuando también se ha informado de la muerte de su hijo, el arquitecto Alejandro Pizano Ponce de León. La autopsia ha revelado que el hombre murió envenenado tras ingerir una botella con cianuro. Y esta botella se encontraba en la casa de su padre, que fue a visitar al enterarse de su muerte.
La Fiscalía General de la Nacional ha abierto una investigación penal “para esclarecer las causas de estos dos hechos”, que no se pueden entender sino de forma conjunta.
Colombia no se ha librado de la contaminación política de esta red criminal. Según Infobae, los sobornos que pagó Odebrecht en Colombia para garantizar la entrega de contratos en la Ruta del Sol II, una de las principales vías, ascendieron a 84.000 millones de pesos (unos 28,62 millones de dólares), según fuentes de la Fiscalía. Y fue solo una de las tantas obras en las que intervinieron.
También se cree que la constructora brasileña intervino en la financiación ilegal de la campaña presidencial —del mismo modo que intercedió en Brasil—. En mayo de 2018, fue detenido el exgerente de campaña del ahora expresidente Juan Manuel Santos por recibir sobornos de la constructora que le habrían servido para “tapar huecos” durante la carrera presidencial. También se detuvo a otro excongresista de Santos por recibir un soborno de 4,6 millones de dólares por favorecer a Odebrecht en la concesión de una carretera.
