Una salida de Brasil del Acuerdo del Clima de París o el aumento de la deforestación del Amazonas son algunas de las posibles consecuencias de que la ultraderecha gane
La primera vuelta de las elecciones de Brasil ha dejado un panorama nada esperanzador. El candidato ultraderechista, Jair Bolsonaro, obtuvo el pasado 7 de octubre más de 49 millones de votos, consolidándose como favorito con un discurso homófobo, machista, racista, reaccionario y nostálgico de la dictadura militar.
Sabemos lo que piensa Jair Bolsonaro sobre las mujeres, la lucha LGTB+ o sobre la violencia policial. Pero ¿qué opina sobre el medio ambiente?
Prácticamente a la vez que Bolsonaro conseguía un 46,03 % del apoyo del electorado, la ONU publicaba un demoledor informe que advertía sobre la necesidad de cambios urgentes para evitar una catástrofe climática. Estos son algunos de los peligros que corre el medio ambiente si la ultraderecha consigue la presidencia de Brasil.
¿Adiós al Acuerdo del Clima de París?
Bolsonaro, sorpresa, ha resultado ser un negacionista del cambio climático. Desde tuits en los que comparte entrevistas con científicos negacionistas hasta otros en los que define el calentamiento global como “fábulas de efecto invernadero”, el candidato ultraderechista ha mostrado públicamente su escepticismo ante la grave situación que atraviesa el planeta.
Bolsonaro también elogió la retirada de Estados Unidos del acuerdo del Clima de París y prometió que, de ser elegido, también Brasil le diría adiós. Según él, el Acuerdo del Clima es un plan de las Naciones Unidas para quitarle soberanía sobre el Amazonas.
Ahora, la buena noticia: aunque ganase las elecciones, su poder para lograr la salida de Brasil del Acuerdo del Clima de París es limitado. A diferencia de Estados Unidos, Brasil ratificó el tratado en el Congreso que actualmente se encuentra dividido en 30 partidos. De querer hacerlo, Bolsonaro tendría que convencer a una amplia mayoría.
Desaparecería el Ministerio de Medio Ambiente
Bolsonaro también ha prometido fusionar los ministerios de Medio Ambiente y Agricultura para reunir todas las áreas de gobierno que se ocupan de política económica, agrícola, recursos naturales y medio ambiente rural. Así lo sugería Nabhan Garcia, el principal asesor en materia medioambiental y agrícola de Bolsonaro: “tenemos que fusionar los dos [ministerios]. Necesitamos reducir la burocracia y dar seguridad legal a los agricultores”.
Se relajarían las medidas destinadas a proteger el medio ambiente
El trabajo de la agencia ambiental de Brasil (Ibama), encargada del control de la deforestación y la degradación ambiental y del Instituto Chico Mendes también corren peligro si Jair Bolsonaro llega al poder.
Nabhan Garcia, asesor medioambiental del candidato, ha prometido “terminar con la industria de multas” y con “la persecución contra los productores rurales en Brasil”. Brasil cuenta con un 60% de selva amazónica que desde hace años se encuentra amenazada por la ganadería ilegal, la tala y la agricultura. Ibama es uno de los organismos dedicados a proteger este territorio. “En lugar de difundir el mensaje de que luchará contra la deforestación y el crimen organizado, dice que atacará al ministerio de medio ambiente, Ibama e ICMBio. Es lo mismo que decir que retirará a la policía de las calles ”, se lamentaba recientemente el actual ministro de medio ambiente, Edson Duarte.
Una Amazonia abierta a la explotación minera y a la tala descontrolada
El candidato de ultraderecha ha amenazado con retirar la protección que tienen las reservas ambientales y las comunidades indígenas. Eso abriría la puerta a la invasión de tierras antes protegidas y al auge de la industria maderera, minera, ganadera y de agricultura en la Amazonia brasileña. La deforestación, uno de los grandes problemas que afectan al pulmón verde de la Tierra, corre el riesgo de agravarse si este territorio queda desprotegido.
Las ONG, amenazadas
En una entrevista con periodistas de The Guardian, Bolsonaro también cargó con los organismos internacionales que trabajan en Brasil. “¡Este negocio de cobardes de ONG internacionales como WWF y tantos otros de Inglaterra que se meten en Brasil se va a acabar! ¡Esta tontería se detiene aquí mismo! ”, declaró el candidato de ultraderecha. Y añadió: "Estamos en Brasil: un Gran Brasil como la Gran América de nuestro querido Trump".
La industria petrolera y los grandes terratenientes se frotan las manos
El Congreso brasileño es uno de los más conservadores desde los tiempos de la dictadura. Y se espera que tras las elecciones de octubre la situación vaya a más. Según una encuesta de Reporter Brasil, “dos tercios de los diputados (66,5%) que buscan la reelección al congreso han presentado o votado proyectos de ley perjudiciales para el medio ambiente, los pueblos indígenas y los trabajadores rurales”.
Además, de los 248 candidatos con registros socioambientales negativos, 138 forman parte del Frente Parlamentario Agrícola y Ganadero. Conocida como la bancada ruralista, esta poderosa alianza de grandes terratenientes se caracteriza por sus posiciones en contra del medio ambiente y los movimientos sociales. Anteriormente, la bancada ruralista apoyó al presidente Michel Temer y sus intentos de deforestar el Amazonas y se cree que mostrarán su apoyo a Bolsonaro y sus posibles políticas en contra del medio ambiente.
La industria petrolera también podría salir beneficiada con la llegada del candidato de ultraderecha al poder. El Partido de los Trabajadores, el principal opositor a las concesiones de Michel Temer a la industria del petróleo, fracasó en la primera vuelta de las elecciones. Esto dificulta la revocación de una serie de reformas iniciadas por Temer, como la eliminación de los límites para las petroleras que operan en la región presalina, la simplificación de los requisitos de compra o la subasta de áreas de explotación petrolífera.
La prueba es que tras la primera vuelta de las elecciones, la petrolera estatal brasileña Petrobras registró una subida en bolsa del 11% en Wall Street.
