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Por lo menos 12 ciudades mexicanas habrían recurrido a camiones refrigerados para almacenar a cadáveres sin identificar
27 Septiembre 2018 13:20
La semana pasada, se dio a conocer la existencia de una morgue ambulante que transportaba más de 200 cadáveres sin identificar en el estado mexicano de Jalisco, que a estas alturas del año ya reporta 1.533 homicidios, una cifra muy cercana a los 1.552 con la que cerró el 2017. La conmoción en México fue grande y se sucedieron las destituciones pertinentes. Primero al fiscal Raúl Sánchez Jiménez y más tarde al director del Instituto Jaliciense de Ciencias Forenses, Luis Octavio Cotero, que tras abandonar su cargo, declaró: “Otros veinte estados del país tienen el mismo problema”.
¿Cuáles son esos problemas? Los contaba Alejandro Puerto, que acudió al Servicio Médico Forense de Jalisco para reconocer a un sobrino, y después de 8 horas de espera escribió su testimonio:
Después de 8 horas de espera, estoy saliendo del Servicio Médico Forense de Jalisco. Acudí con la esperanza de encontrar a mi sobrino entre los cuerpos que estaban amontonados en las cajas de trailer que se volvieron tan famosas. Esto fue lo que viví al lado de decenas de madres:
— Alejandro Puerto (@ea_puerto) 25 de septiembre de 2018
1) la poca credibilidad del servicio de búsqueda, pues está la realizan prestadoras de servicio social y no personal forense. Peor aún, nO cuentan con una base de datos accesibles: la búsqueda se realiza en carpetas de archivo que contienen las fichas de control de los NN.
— Alejandro Puerto (@ea_puerto) 25 de septiembre de 2018
2) el estado en el que guardan estas carpetas es totalmente inapropiado. Las conservan apiladas en una silla y las servidoras sociales que realizan la búsqueda se las turnan, es decir, no existe un archivo para realizar búsquedas simultáneas.
— Alejandro Puerto (@ea_puerto) 25 de septiembre de 2018
3) aunque el esfuerzo de las servidoras sociales es muy afectuoso, la logística es muy limitada: sólo atienden de a dos familiares por turno. Mi ficha era la 55 y ahora qué voy saliendo hay 30 números más y la gente no para de llegar.
— Alejandro Puerto (@ea_puerto) 25 de septiembre de 2018
4) las deficiencias llegan a un grado de desesperación infinito. A pesar de que estuve esperando 8 horas, mi cita duró menos de 10 minutos pues por la tarde ¡sólo revisan los archivos del 2018! Por lo que me aconsejaron volver en una semana a las 9 am para que no haya tanta gente
— Alejandro Puerto (@ea_puerto) 25 de septiembre de 2018
5) es mentira que exista ficha de control de todos los cuerpos encontrados en los trailer. Si así fuera, ¿por qué tendrían que pedirnos regresar en una semana si se supone que estos cuerpos son del 2015 al 2017?
— Alejandro Puerto (@ea_puerto) 25 de septiembre de 2018
6) el edificio del SEMEFO se encuentra en el abandono y sin recursos tecnológicos. Mientras estaba esperando vi cómo les instalaban el internet y les proveían de máquinas apresuradamente.
— Alejandro Puerto (@ea_puerto) 25 de septiembre de 2018
Lo que más dolió de todo lo que experimentamos hoy en el IJCF, fue darnos cuenta de lo mucho que la gente está dispuesta a soportar un trato indigno e inhumano con tal de encontrar a sus familiares. Cierro con esto, esperando que nos ayude dimensionar el tamaño del problema.
— Alejandro Puerto (@ea_puerto) 25 de septiembre de 2018
Puerto alabó el trato que las trabajadoras de servicios sociales y algunos doctores tuvieron con los familiares de los desaparecidos y criticó duramente la gestión del escándalo de las morgues rodantes por parte del gobernador de Jalisco, Aristóteles Sandoval, y de la Fiscalía de Jalisco, así como por Roberto López, secretario general del estado.
En efecto, problemas similares estarían teniendo lugar en otros estados, tal y como pudo comprobar una investigación de Milenio, por lo menos otras seis ciudades mexicanas han empleado las cámaras frigoríficas en camiones para almacenar los cuerpos sin reclamar ni identificar que ya no cabían en sus morgues. Por ejemplo, en Acapulco, Chilpancingo e Iguala, en el estado de Guerrero, cuentan con 707 cadáveres en sus morgues y habrían comprado 12 camiones con una capacidad para 900 cuerpos en total. En Xalapa y Alvarado, Veracruz, el hallazgo de nuevas fosas comunes en los últimos años, así como el aumento de los asesinatos, habría motivado a las autoridades a comprar un gran tráiler con capacidad para 300 cuerpos. En Tijuana, donde entran en la morgue una media de 300 cadáveres al mes (de enero a agosto de este año ya suman 2.725 personas), se estaría utilizando un camión con capacidad para 50 cuerpos.
En el caso particular de Jalisco, la práctica de almacenar los cuerpos en esta suerte de morgue sobre ruedas dataría de 2016, cuando se propuso como medida provisional hasta la construcción de un nuevo cementerio, que se detuvo poco meses más tarde debido a las protestas de los vecinos. “Le dije al fiscal que no tenía dónde guardar los cuerpos. De hecho, los de la morgue ya estaban apilados”, dijo Cotero. En ese momento, se decidió esconder el camión en un almacén de la ciudad de Tlaquepaque, que había sido construido sin el debido permiso de obras, por lo que tuvo que ser trasladado cuando los inspectores lo descubrieron allí. Los cadáveres hicieron ruta hasta Paseos del Valle, donde quedó atrapado en el barro.
El gobernador de Jalisco, Aristóteles Sandoval, afirmó que todo el problema de debió a la “indolencia y falta de sensibilidad que de ninguna manera se pudo tolerar”. Negó conocer “la acumulación y el traslado de los cuerpos”.
No obstante, el futuro ministro de Seguridad pública, Alfonso Durazo, hizo referencia a la falta de infraestructura y afirmó que los hechos evidenciaban “la insuficiencia de la capacidad instalada en los Servicios Médicos Forenses para conservarlos. Es una expresión de la dimensión de la tragedia que está viviendo el país”.
El mismo Cotero, cuya hija de 37, Indira Cotero, fue secuestrada el pasado mes de julio, señaló la falta de recursos: cada investigador debe gestionar 400 expedientes, una cifra inabarcable. En el caso de Indira, explicó Cotero, “abrieron un expediente, hicieron una llamada y ya está. El crimen organizado tiene más poder que las autoridades locales, de hecho, han conseguido someter al Gobierno”.
En mayo de 2014 ya tuvo lugar un escándalo similar en el estado de Morelos: una gigantesca fosa común fue hallada en Tetelcingo, de donde se exhumaron dos años más tarde 117 cuerpos que habían sido enterrados sin seguir los procedimientos legales porque, de nuevo, las morgues estaban colapsadas y no se les podía mantener en buenas condiciones. El gobierno declaró que no habían sido reclamados. Sin embargo, un informe elaborado por la Universidad Autónoma del Estado de Morelos señaló que era posible que se tratara de encubrimiento de delitos por parte de las autoridades de la fiscalía del estado.
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