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En este fin de semana se ha concentrado una serie de partidazos impropios del mes de noviembre. No había semana de Champions, pero tampoco ha hecho falta.
Para empezar, se jugaba la ida de la Superfinal de la Libertadores. Todo el mundo quería ver el Boca-River el sábado, pero para sumarle más épica al Superclásico se tuvo que aplazar por las lluvias que cayeron sobre Buenos Aires toda la jornada. La Bombonera estaba inundada y el partido se acabó jugando ayer.
Por motivos de fuerza mayor el partido queda suspendido para mañana, domingo 11 de noviembre a las 16:00 h.
Xeneizes y millonarios empataron a 2 en un duelo en el que todos los futbolistas iban con el cuchillo en la boca.
Los locales se adelantaron en el marcador gracias a un gol de Ramón Ábila en el minuto 33 en un doble remate. La réplica de River llegó de inmediato. En el minuto 35, Pity Martínez puso un balón a la contra a Lucas Pratto, que cruzó ante la salida del portero Agustín Rossi. Boca había perdido por lesión a Cristian Pavón antes de la media hora, pero su relevo, Darío Benedetto, volvió a ser decisivo entrando desde el banquillo al lograr el 2-1 en el descuento de la primera parte al cabecear a la red una falta botada por Sebastián Villa.
Tras el descanso el partido se igualó y River consiguió empatar en un lanzamiento de falta en largo que el defensa Carlos Izquierdoz peinó hacia su propia portería.
La vuelta, en la que no vale el valor doble de los goles en campo contrario, se disputará el 24 de noviembre en el Monumental.
En Inglaterra también se vivió uno de los mejores encuentros de todo el continente: el derbi de Manchester. El City de Guardiola sigue siendo líder de la Premier League y dio un nuevo golpe de autoridad imponiéndose al ManU por 3-1 en el Etihad Stadium. Los goles de Silva y Agüero adelantaron a los locales y Martial recortó distancias, aunque no fue suficiente porque Gündogan marcó el tanto de la sentencia en los últimos instantes.
La distancia entre los citizens y el equipo de Mourinho -octavo en liga- ya es de 12 puntos.
Por si fuera poco, este finde se jugó el duelo del norte de Italia. La Juventus noqueó al Milan en San Siro por 0-2 con bastante comodidad. Los goles de Mandzukic y Cristiano Ronaldo pusieron el broche de oro a una liga que parece destinada a ser bianconera un año más. Higuaín fue el protagonista negativo de la noche, ya que falló un penalti que pudo empatar el encuentro antes del descanso, pero Szczesny y el palo desbarataron la mejor ocasión del Milan.
Además, al argentino le expulsaron por doble amarilla, se encaró con el árbitro y sus compañeros tuvieron que separarle para que la cosa no fuera a mayores...hasta que abandonó el césped entre lágrimas debido a la frustración.
Por su parte, el PSG destrozó al Mónaco. Cavani volvió al once titular y marcó un hat-trick que hundió, aún más si cabe, a su máximo rival en la Ligue1 hasta hace muy poco. Los hombres de Heny solo han sumado 7 puntos en 13 jornadas, van penútimos y ya están a 5 puntos de la salvación.
En cambio, los parisinos llevan 13 victorias en 13 partidos, dejando en evidencia que el futuro de este campeonato ya está escrito.
En Alemania se enfrentaron los dos candidatos al título. Un gol de Paco Alcácer le dio la victoria al Borussia Dortmund por 3 a 2 ante el Bayern Múnich, en un partido que hace más líder aún al equipo de Lucien Favre. Ahora la ventaja del Dortmund sobre el Bayern es de 7 puntos, aunque los bávaros jugaron su mejor partido de la temporada.
Por último, en LaLiga el Barça fue barrido en su propia casa. El Betis de Quique Setién arrasó por 3-4 en el Camp Nou tirando de cruyffismo: presión alta, recuperación, salida de balón, juego por bandas y generación continua de ocasiones de gol.
Solo las chispas de Messi en su vuelta a los terrenos de juego -dos goles- y la lucha en la segunda parte hicieron que se llegara a un final apretado.
La derrota es el problema menos importante para Ernesto Valverde: la grada barcelonista ayer se cuestionó qué hacía Setién en el banquillo del Betis y no en el blaugrana.
