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Quizás aún no lo sepas, pero tu menstruación puede salvar el planeta

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¿Sabes que hay otra manera diferente de menstruar más allá de todo lo que te han explicado? Se llama menstruación sostenible y estas son sus claves

Playground community

02 Agosto 2018 13:08

La primera vez que manché las bragas de regla mi madre cogió un tampón, me metió al baño y me contó que a partir de entonces cada vez que fuera a la playa tendría que usarlo.

Además de tampones, con esa primera gota de sangre llegaron también los secretos, el estigma y los tabúes, la vergüenza de manchar la silla, el intercambio de compresas con compañeras de clase como si fueran contrabando, las charlas escolares patrocinadas por Evax en las que te explicaban que la regla, cuanto más escondida e inodora, mucho mejor.

Con el paso de los años, muchas de las niñas que crecimos en esa época descubrimos que (casi) todo lo que nos habían contado sobre el periodo estaba mal. Que desde pequeñas nos habían enseñado a odiar a nuestra menstruación y que no teníamos ni idea de lo que significaba nuestro ciclo. Que la regla es mucho más que sangrar una vez al mes y que los métodos convencionales para retener el flujo pueden dañar el medio ambiente e incluso nuestra salud.

Pero no todo está perdido.

Desde hace un tiempo, un nuevo movimiento está cogiendo fuerzas. Una forma distinta de entender la menstruación que nos enseña a reconciliarnos con nuestro cuerpo y con el planeta Tierra: la ‘menstruación sostenible’.

Hemos hablado con Paloma Alma, creadora de Cyclo Menstruación Sostenible, para entender cuáles son sus claves.

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¿Qué es eso de la menstruación sostenible?

A grandes rasgos, la menstruación sostenible es una manera de vivir el periodo en positivo, con productos que no te hagan daño a ti y al medio ambiente. Y para eso, lo primero que hay que hacer es romper el tabú que rodea a este proceso natural.

“Hay mujeres, por ejemplo, que no usan la copa menstrual porque les da asco su sangre. Es algo bastante fuerte. Por eso, el primer paso es entender por qué te da tanto asco tu propia sangre”, cuenta Paloma Alma. “Nos han vendido la regla como algo sucio, algo que se debe ocultar cuando simplemente se trata de una construcción social que se ha utilizado para tenernos a las mujeres avergonzadas una vez al mes durante cuarenta años de nuestras vidas. Una vez que deconstruyes todas esas creencias puedes darle la vuelta y reconciliarte con tu propia menstruación”.

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Deja de usar productos que te dañan

El siguiente paso consiste en repensar los productos que utilizamos. Se calcula que en los aproximadamente 40 años que pasamos menstruando generamos unas 260 toneladas de residuos solo en compresas y tampones. Además, estos productos desechables convencionales se blanquean, contienen productos y químicos y ni siquiera sabemos su verdadera composición.

Hace un tiempo, la activista y fundadora de Period Equity, Laura Strausfeld, explicaba a PlayGround algunos de los problemas que esconden estos productos íntimos. “En el caso de productos sin perfume (los productos con fragancia presentan una serie de problemas adicionales), lo que nos preocupa no son necesariamente productos químicos agregados, sino productos químicos utilizados en el procesamiento de los ingredientes principales, rayón y algodón. El rayón es pulpa de madera blanqueada y las dioxinas son un subproducto del proceso de blanqueo. Las dioxinas son muy tóxicas, incluso en pequeñas dosis. También estamos preocupados por los pesticidas, como el glifosato, que se encuentran en el algodón”.

Frente a ellos, se abre todo un Universo: compresas de algodón, bragas menstruales y la copa menstrual.

Usando estos productos alternativos no solo ayudas al medio ambiente sino que puedes descubrir más acerca tu propia regla. “Cuando usas la copa te das cuenta de que tu sangre menstrual no huele mal, que lo que huele mal son las compresas y tampones que se usan para contenerla. Huele a hierro como puede oler la sangre de una herida del codo”, cuentan desde Cyclo. “También te sirve para fijarte en el color, que te informa sobre tu salud y sobre cómo está tu endometrio”, añade Paloma. “No tenemos ni idea de cuánto sangramos, cuánto es normal sangrar y con la copa puedes comprobarlo. Puedes ver, por ejemplo, cómo el estrés afecta a tu sangrado. Yo sé que cuando estoy muy estresada sangro más”.

Además de dar pistas sobre tu salud, la menstruación sirve para cosas que ni siquiera imaginabas. ¿Por ejemplo? Regar las plantas.

“Con el agua de lavar las compresas de tela se pueden regar las plantas. La sangre menstrual contiene, además de células muertas del endometrio, hierro y un alto contenido en células madre”, explica Paloma.

El uso de la copa menstrual también ha ayudado a investigar los componentes de nuestra sangre menstrual, algo que hasta hace relativamente poco no se sabía con certeza. La ginecóloga Enriqueta Barranco, directora de la Cátedra de Investigación Antonio Chamorro-Alejandro Otero, es la coordinadora junto a Olga Ocón Hernández de un proyecto de investigación pionero en el mundo que, por primera vez, estudia los productos químicos escondidos en la sangre menstrual. Barranco y sus colegas recogieron muestras de menstruación analizables de usuarias de la copa menstrual.

Por otro lado, el uso de este tipo de productos es una manera muy poderosa de autocuidarnos. De darnos un respiro entre todas-las-tareas-por-hacer y dedicar unos minutos del día a nosotras mismas.

“Prefiero dedicar 30 segundos de mi vida a prelavar mis bragas menstruales y luego no tener una enfermedad, alergias en la vulva e infecciones… Al final eso me toma más tiempo y me quita más energía que dedicarle 30 segundos a lavarlas”, cuenta Paloma. “Además, no tienes que utilizarlas todo todo el tiempo. Hay veces que viene bien usar la compresa de tela, otras veces usar la copa y hay veces que te viene bien usar un protege slip desechable. No hay que sentirse culpable. Lo importante es tener opciones”.

“Cuando usas la copa te das cuenta de que tu sangre menstrual no huele mal, que lo que huele mal son las compresas y tampones que se usan para contenerla"

Paloma Alma

Entre esas alternativas, también se encuentra el ‘free bleeding’ o sangrado libre, esto es, no utilizar ningún tipo de producto para contener la menstruación. “Igual que aprendemos a retener la orina y las heces se puede aprender a retener la menstruación. De hecho, todas lo hacemos de manera inconsciente. Hay veces que te vas a dormir diciendo uy, me va a bajar la regla mañana. Al día siguiente te levantas, te bajas las bragas, haces pis y sale la menstruación. Ahí estás haciendo free bleeding de manera inconsciente”, explican desde Cyclo.

Además de una opción más, el sangrado libre es una potente arma reivindicativa. En los últimos años, la hemos visto reivindicada por mujeres como la poeta Rupi Kaur o la atleta Kiran Ghandi, una corredora que en 2015 participó en el maratón de Londres con la menstruación y llegó a la meta con las mallas manchadas de sangre. Ella quería correr cómoda y utilizó su propia menstruación como una manera de incentivar la conversación sobre este proceso natural.

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Conoce tu ciclo, entiéndelo

Conoce tu ciclo menstrual. Sé consciente de que la menstruación no solo es esa semana en la que sangras y tu útero se contrae, sino otras tres semanas más. “En la fase preovulatoria, que es mucho más dinámica y con una energía mucho más efervescente, tenemos muchas ganas de hacer cosas, un montón de ideas. Le sigue la fase ovulatoria, donde somos muy productivas, podemos trabajar 15 horas si hace falta, elaborar proyectos y tenemos una energía muy sociable. La fase premenstrual es una fase buenísima para analizar: reflexionar sobre nuestra vida, nuestro comportamiento, nuestro trabajo… cómo podemos mejorar, qué es lo que nos gusta de lo que hacemos y qué es lo que no, que nos queda por hacer y qué hemos hecho. Luego está la fase menstrual, que tiene una energía productiva, pero muy diferente a la que normalmente nos exigen”, resume Paloma.

“Sería maravilloso que las empresas pudieran respetar el ciclo natural de las mujeres”, defienden desde Cyclo. “No se trata de que una mujer no vaya a trabajar si está con la menstruación, sino tener la confianza suficiente para que si el día que una mujer está menstruando se encuentra mal pueda trabajar desde casa o hacer una media jornada y recuperar las horas cuando esté en su fase ovulatoria y tenga más energía. Es algo que requiere mucha comunicación, mucho diálogo y mucha empatía. Condiciones que, por desgracia, no siempre se dan en el entorno laboral”.

“Prefiero dedicar 30 segundos de mi vida a prelavar mis bragas menstruales y luego no tener una enfermedad, alergias en la vulva e infecciones… al final eso me toma más tiempo y me quita más energía que dedicarle 30 segundos a lavarlas”

Paloma Alma

Un ejemplo perfecto para comprender hasta qué punto es importante entender tu ciclo tiene que ver con una frasecita que toda persona menstruante ha tenido que escuchar alguna vez... y que sirve para invalidar cualquiera de tus argumentos. “¿Estás con la regla?”. No, no nos volvemos locas cuando menstruamos, simplemente todo lo que hemos ido reteniendo durante las otras 3 semanas del ciclo lo soltamos porque la realidad es clara: eso no nos gusta.

“La menstruación nos pone un espejo delante de nosotras y nos dice: mira, date cuenta de que esto no te está gustando”, cuenta Paloma. “Estamos muy acostumbradas a aguantar, sostener y a tragar pero llega un momento en el que explotamos y eso a veces coincide con la menstruación”, continúa. “Ante ese tipo de preguntas yo diría: sí, estoy con la regla, pero eso no quita la razón a lo que quiero decir”.

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Y aprovéchalo

Para sacar todo el partido a esos 28-35 días, es recomendable llevar un diario de las sensaciones, cambios de humor y de energía física y mental que se producen durante todo el ciclo. Y una buena opción es usar un diagrama menstrual.

Diagrama Menstrual

“Hay que dividir el diagrama en tantos gajos como días tenga tu ciclo menstrual. Tu ciclo suele variar entre 25 o 35 y en las mujeres irregulares yo lo recomiendo hacer lineal en vez de circular. Cada día apunta algo característico de ese día: hoy tengo sueño, hoy estoy supercreativa, hoy estoy cansada, hoy me correría tres maratones, tengo una energía sexual muy alta, hoy quiero llorar. Durante dos o tres ciclos lo repites y verás un patrón que aparece”, explica Paloma. “Seguramente, el día que quieras llorar suela ser siempre el mismo”.

De esa forma podrás adaptar tu vida al ciclo y en vez de pelearte con la creatividad o la tristeza que te embarga en ciertas fases, simplemente dejarás que fluya.

“El diagrama nos sirve para no sentirnos culpables, saber que todo pasa y que tenemos que respetar el ciclo y su energía”.

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